Ganaderos de la sierra denuncian daños por los vuelos bajos de globos

David Aso
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Aseguran que el ruido de los quemadores causa «estampidas» del ganado, estrés e incluso abortos, aparte de roturas en las alambradas y heridas a las propias reses al tratar de escaparse

Nadie duda de los beneficios que generan los globos aerostáticos para cualquier actividad relacionada con el turismo. Ni siquiera los ganaderos, al ser proveedores de la hostelería. Sin embargo, también aseguran que les están causando importantes daños colaterales debido a sus vuelos bajos por el entorno de la sierra, donde también suelen aterrizar.El problema viene de lejos: los vuelos con fines turísticos empezaron en Segovia hacia 1992 y ya hace más de una década que los afectados presentaron denuncia civil por primera vez, pero advierten de que los problemas han aumentado en los últimos años. Aseguran que los vuelos bajos de los globos asustan a las vacas sobre todo por el ruido de los quemadores, al accionarse estos a poca distancia, aparte de las consecuencias de los aterrizajes en las fincas. Causan estampidas, algunas reses resultan heridas al huir en su intento de saltar alambradas, y sufren un estrés que deriva en otros problemas de salud, hasta el punto de que incluso se les han atribuido abortos o partos prematuros.De hecho, la Agrupación de Defensa Sanitaria Sierra de Segovia, que representa a unos 110 ganaderos de vacuno extensivo, presentó un escrito la semana pasada en la Subdelegación del Gobierno para solicitar una reunión con la subdelegada, Pilar Sanz, que contribuya a buscar «una solución razonable».Y casi en paralelo, el pasado 2 de abril, un ganadero de Brieva, directivo de la misma agrupación, presentaba una denuncia ante la Guardia Civil del Real Sitio de San Ildefonso por supuestos daños causados a sus vacas por los globos.En el escrito remitido a la Subdelegación se advierte de que «es muy frecuente la presencia de estos globos a muy baja altura durante largos recorridos», así como su aterrizaje en fincas particulares, de modo que «los vehículos de recuperación de globo y pasajeros invaden también propiedades privadas». «El sonido violento de los quemadores de los globos asusta al ganado y provoca su huida, así como frecuentes trastornos por estrés (heridas, atropellos, abortos...)», prosigue la agrupación en un escrito donde también reseña que, «en ocasiones, las vacas en su huida han acabado en las carreteras, con el consiguiente peligro». «El problema va en aumento» y «la sensación de indefensión es grande», añaden.denuncia en curso. La denuncia interpuesta el 2 de abril se debe a un percance registrado sobre las 8.45 horas del 27 de marzo en unas explotaciones ganaderas de Brieva. Según la versión del ganadero que se recoge en la diligencia de la Guardia Civil, tres globos se aproximaron a sus tierras «a baja altura, haciendo un vuelo rasante y continuado, y haciendo ruidos con el quemador grande». Tres vacas de una finca rompieron las alambradas y cruzaron la carretera, mientras que un grupo de la otra finca saltó a las colindantes. Ese día por la tarde fue requerida la presencia de un veterinario en la segunda finca para asistir a una vaca preñada que tenía próxima la fecha de parto, pero «al sacar el ternero, el mismo se encontraba muerto», siempre según el relato que se recoge en la denuncia.Y al día siguiente por la mañana, el ganadero encontró en la primera finca dos terneros muertos que acababan de parir dos vacas. En la misma denuncia recalca el afectado que el problema de los globos «se lleva produciendo todas las semanas durante diez años».Reseña que el Seprona «ha remitido informe recientemente a la Subdelegación del Gobierno por hechos similares», y que «esta a su vez ha dado traslado a la Agencia Estatal de la Seguridad Aérea (AESA)», adscrita al Ministerio de Fomento, «pero aun así los vuelos rasantes se siguen produciendo».El ganadero adjunta a la denuncia un informe de un veterinario que, aparte de incluir fotos de los tres terneros muertos, describe el estado de las reses tras los vuelos del 27 de marzo.«Las vacas, habitualmente tranquilas y manejables, se hallaban en un estado de nerviosismo y agitación», apunta. Ese día recuerda que acudió a atender el parto de una de las vacas afectadas por el incidente y precisa que «se trataba de un parto a término, pero con suficiente dilatación y con la cría muerta». Y respecto a los dos terneros muertos que encontró el ganadero al día siguiente en la otra finca: «Estimo que estos partos anormales pudieron ser causados por el importante estrés padecido por los animales, lo cual puede provocar diferentes trastornos del desarrollo normal del parto», tales como su «adelanto anormal», con «insuficiente preparación o dilatación», concluye. Sin embargo, no sería la primera vez que este mismo ganadero presenta denuncia por hechos similares y acaba archivándose.Por un lado está la dificultad de aportar pruebas de la relación causa efecto entre los globos y los problemas que supuestamente provocan al ganado; y por otro, «lagunas» en la regulación del tráfico aéreo que juegan a favor de los globos. En concreto, como resume la directiva de la asociación de ganaderos, «la ley permite que los globos puedan realizar aterrizajes de emergencia en las fincas privadas por motivos de seguridad», aunque los afectados consideran que tales aterrizajes, por su frecuencia, ya deberían dejar de considerarse como de emergencia «cuando los responsables no hacen nada por evitarlos».En estos años los ganaderos llegaron a movilizar también a los alcaldes de una docena de pueblos de la sierra que trasladaron un escrito a la Subdelegación, y los contactos que han mantenido con representantes de las compañías de globos tampoco se han traducido en avances. No obstante, según asegura el ganadero que ha presentado esta última denuncia, una de las empresas de los globos que protagonizaron el incidente del 27 de marzo ha contactado con él, «ha reconocido el problema» y le ha puesto en contacto con su compañía de seguros. En sus propias palabras, «parece un avance, pero habrá que ver en qué termina todo».