Un fichaje pendiente de otro

SPC
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El Real Madrid espera que el Chelsea contrate a un portero nuevo para hacerse con los servicios de Courtois

Como si de una jugada de billar se tratara, la contratación de un portero galáctico para el Real Madrid se jugará a tres bandas. Una operación casi quirúrgica en la que están involucrados el propio equipo merengue, el Chelsea, la Roma y el Barça.

Tras meses de especulaciones, el elegido por Florentino Pérez para ocupar la portería blanca es Thibaut Courtois. El guardameta gusta mucho en el Bernabéu y tras cuajar un gran Mundial es el candidato que más ‘papeletas’ tiene para relegar a Keylor Navas a un segundo plano. Además, el belga ya había confesado meses atrás que su interés para la próxima temporada era jugar en la capital de España, puesto que sus hijos viven en ella.

La operación entre madrileños y londinenses se cerraría por unos 35 millones de euros, un precio por debajo del valor de mercado, pero obligado para los ingleses, ya que si quieren sacar algún beneficio por el ‘espigado’ portero es este verano cuando deben aprovechar, ya que  Courtois sería libre el año que viene y no quiere renovar.

La salida del belga de Stamford Brigde dejaría un hueco muy importante en un equipo que este año, de la mano de Maurizio Sarri, quiere recuperar el ‘status’ perdido durante la última etapa de Antonio Conte en el banquillo ‘blue’. Dicho vacío esperaba llenarlo con el guardameta brasileño Allison Becker que, a sus 25 años, se ha convertido en una de las sensaciones del fútbol europeo tras su gran actuación en el conjunto capitalino. Sin embargo, la postura de los italianos ha cambiado desde la llegada de Monchi a la dirección deportiva del club y ha transmitido la filosofía que le hizo triunfar en el Sevilla a la escuadra transalpina, la de fichar barato y vender caro. Es por eso que la cifra que ofrecía Abramovich -65 millones de euros-, no satisfacía a los dirigentes romanos, que pedían 75 ‘kilos’ a aquel club que quisiera contratar al arquero carioca. Un precio de récord que dificultaba la contratación de un portero.

No obstante, en la fiesta del Real Madrid se coló ayer un invitado sorpresa, el Liverpool. El subcampeón de Europa, ansioso por relegar a Karius a un segundo plano y olvidar su fatídica noche en a final de la Champions, puso sus ojos en el meta de la Canarinha y el anuncio oficial de la contratación sería cuestión de días.