Sofía, una segoviana mundialista en casa

Nacho Sáez
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La segoviana Sofía de Lucas participa este fin de semana por primera vez en la Copa del Mundo júnior de sable femenino, tras meterse entre las 20 mejores del ranking nacional.

Sofía de Lucas, en primer término, junto a sus compañeros de equipo Camila Monnet y los hermanos José y Millán Garrido.

Reconoce que está «nerviosa», pero la ilusión por participar por primera vez en una Copa del Mundo compensa estos días en los que le cuesta dormir, concentrarse en el instituto o estudiar. Sofía de Lucas Maroto va a hacer historia al codearse con las 140 tiradoras de 23 países que se darán cita este fin de semana en Segovia. Unas cifras récord para una competición de sable júnior femenino que cumple cinco años en nuestra ciudad y que permitirá de nuevo, durante este sábado y domingo, acercarse a deporte al más alto nivel a través de sus dos sedes: el Pabellón Pedro Delgado y la Academia de Artillería. 

La escuela militar acogerá las semifinales y la final del torneo individual, en cuyo cuadro inicial aparecerá Sofía, no por pertenecer al club organizador, sino por sus resultados. A sus 15 años, esta joven de Torrecaballeros que estudia cuarto de la ESO en el instituto Peñalara, en La Granja, ocupa el undécimo puesto del ranking nacional cadete de sable y el decimoctavo en la categoría júnior, en la que compite –igual que en sénior– a pesar de que por edad todavía no le tocaría. Pero su progresión le ha permitido subir escalones más rápido hasta llegar a esta Copa del Mundo en la que su entrenador, Ricardo Alba, le ha recomendado que «sólo piense en disfrutar».

Entró en la Escuela Segoviana de Esgrima con 10 años animada por su madre. «Desde su época de estudiante siempre le había gustado. Yo lo probé, me encantó y aquí sigo», cuenta antes de comenzar un entrenamiento. Se ejercita dos días a la semana, durante una hora y media cada uno –algo más cuando se acerca una competición–, y trabaja todos los aspectos. Desde el físico a la técnica. «Es diferente a otros deportes que también he hecho. Aquí el ambiente es muy familiar», destaca.

Esa felicidad que le proporciona la esgrima se ha trasladado a sus resultados. Además de su privilegiada posición en los rankings nacionales, ha sido campeona de Castilla y León y este año domina –también en el ámbito de la Comunidad– las categorías cadete, júnior y absoluta. «Tiene buenas cualidades, porque además es alta, y está incluida en el programa de tecnificación de la federación regional», apunta su entrenador.

A Valladolid acude también Mario Aguado, bronce en uno de los últimos campeonatos de España infantiles y otro de los frutos de la Escuela Segoviana de Esgrima. Esta cuenta con más de medio centenar de alumnos desde 5 años hasta 60. «Tuvimos a una mujer de 67 años. Es un deporte apto para todas las edades», indica Ricardo Alba, al frente junto a Rafael López de un club que ha logrado situarse como el primero de Castilla y León en sable. Todavía no se han lanzado a la espada y el florete para reforzar una actividad que dan a conocer cada curso a través de campañas y exhibiciones que llevan a institutos y colegios.

La esgrima se ha hecho con un espacio propio en Segovia, a la que además regala esta Copa del Mundo júnior de sable femenino, que reserva para el sábado la competición individual –desde las 9:30 horas– y deja para el domingo la cita por equipos. En esta última participarán 15 selecciones. Una de las primeras expediciones en llegar ha sido la de Japón en un fin de semana de intenso trabajo para la Escuela Segoviana de Esgrima, que se ha encargado de organizar los traslados de las competidoras desde el Aeropuerto de Barajas hasta Segovia.

Un desafío más para sus responsables, que ya están acostumbrados, no obstante. De momento, todos los retos los han resuelto con éxito y han conseguido que la esgrima esté al alcance de cualquiera. Su escuela pone a disposición de los aprendices todo el material necesario. «Aunque luego cada uno, a medida que le gusta, se lo va comprando», asegura Alba, que también resalta el rápido aterrizaje que se produce en la competición. Hasta los chupetines acuden a campeonatos. Los mayores tiran por equipos en la Liga Nacional de Clubes.