Los cambios legales complican la implantación del nuevo servicio de limpieza este mandato

David Aso
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Medio Ambiente espera convocar el concurso en junio, pero resolverlo requiere como mínimo de cinco a seis meses y la empresa que lo gane contará con otros seis como periodo transitorio

Si el concurso para adjudicar la nueva contrata de autobuses urbanos es complejo, el de limpieza viaria y recogida de residuos no se queda corto y tiene menos margen para la posterior implantación del servicio antes de que acabe este mandato. Con las elecciones municipales a poco más de un año vista (9 de junio de 2019, junto con las autonómicas y europeas), los plazos de tramitación que requiere este proceso aún permiten pensar en la posibilidad (no certeza) de que dé tiempo a que la empresa ganadora arranque, ¿pero qué pasa con los cambios previstos?Del futuro servicio se espera la renovación completa de la flota, con nuevos camiones de gas y vehículos ligeros eléctricos; un nuevo sistema de recogida en el casco histórico aún por definirse; mejoras en 42 zonas de contenedores actualmente afectadas por problemas estéticos (17) o de accesibilidad (25), nuevos contenedores, nuevos uniformes para la plantilla o un método de identificación de heces de perro (ADN canino) que facilite multar a quienes no las recojan de la calle. Y todo eso, evidentemente, no se puede poner en marcha de un día para otro.En principio, según precisa a El Día el concejal de Medio Ambiente, Jesús García Zamora, ya se cuenta con dar un periodo transitorio de unos seis meses a la empresa ganadora para que aplique los cambios de forma paulatina. Nada extraño, cuando para los autobuses urbanos se ha previsto un plazo de siete; aunque lo primero en este caso es convocar el concurso y tampoco está siendo un trámite sencillo.FCC lleva doce años con la contrata actual, que acaba de ser prorrogada para mantener el servicio hasta la siguiente (de ocho años prorrogables por dos), y eso conlleva un plazo especialmente indefinido. García Zamora prevé que el pliego de condiciones técnicas y administrativas que regirá el concurso se apruebe por fin en el pleno de mayo, que en principio tendrá lugar el 25 de ese mes. «La nueva ley de contratos del sector público (que entró en vigor el 9 de marzo) nos ha retrasado mucho», justifica, debido a adaptaciones legales que «están dando mucho trabajo». De hecho, matiza que la parte técnica que depende de la Concejalía de Medio Ambiente está resuelta desde hace tiempo y falta la administrativa que asumen Contratación, Secretaría General e Intervención. «Si no fuera por los cambios legales ya no es que se hubiera podido llevar al pleno de este mes, sino al de marzo», asegura.Por tanto, «si no sucede nada extraño» y efectivamente el pliego se aprueba en mayo, el concurso se convocará en junio y ahí arrancará un plazo estimativo de entre cinco y seis meses, como mínimo, para la resolución y posterior firma del nuevo contrato. Ese es el tiempo que se suele indicar como referencia, si bien puede variar de forma notable según cuántas empresas se presenten, hipotéticos recursos planteen éstas para apurar sus opciones si discrepan de alguna valoración u otro tipo de incidencias nada ajenas a procesos de este calibre. Ahí está el ejemplo de la contrata de autobuses urbanos, cuyo concurso se inició hace seis meses (en octubre de 2017) y se reinició el pasado enero por errores en los pliegos que se publicaron. Aún sigue abierto y pendiente de que se analicen a nivel técnico las ofertas presentadas, que en ese caso han sido «sólo» tres. «Cuantas más se interesan por estos concursos, lógicamente, más tiempo se necesita para valorar página a página cada propuesta», advierte el concejal de Medio Ambiente.Y está por verse cuántas optan al de limpieza.Un contrato de una trascendencia económica muy inferior como es el de la prestación de servicios jurídicos al Ayuntamiento (menos de 150.000 euros anuales, frente a 7,4 millones el de limpieza) tardó un año en cerrarse por todos los recursos que hubo que resolver; y año y medio se ha tardado con el de limpieza de colegios. Ninguna institución se salva de semejantes demoras: el concurso del Ministerio de Fomento para adjudicar el transporte por carretera entre Madrid y Segovia arrancó en enero de 2017 y aún no se ha resuelto, también por recursos, y aún más grave está siendo lo del Ayuntamiento de Salamanca, que adjudicó su transporte urbano hace cuatro años con polémica, con Globalia anunciando ya entonces batalla legal, y hace apenas un mes que el TSJCyL ha declarado nulo ese proceso de licitación.Toda una invitación a mirar más el terreno que se pisa que el calendario. «Es verdad que esperábamos que el concurso de limpieza hubiera salido mucho antes y luego te encuentras con que cambia la ley, los plazos... Aunque no hemos trabajado nunca con la perspectiva de que el nuevo servicio llegue antes o después de elecciones», recalca García Zamora.No en vano, aun poniéndose en el escenario más optimista, con una adjudicación a finales de este año o principios del próximo, ahí comenzaría el periodo transitorio de seis meses.«Habrá que sentarse entonces con la empresa para ver cuándo se va poniendo en marcha cada cosa», avanza. «Puede haber cosas sencillas como el cambio de uniformes y otras que no se apliquen al día siguiente de firmar el contrato pero que tampoco necesiten seis meses, como el ADN canino», cita como ejemplos. La renovación de la flota sí llevará su tiempo porque la empresa que gane deberá encargar la fabricación de los vehículos, así como construir un depósito de gas para la carga de los camiones. Quizá la renovación de contenedores se pueda hacer antes,«pero igual tienen relación con los propios camiones por la anchura que deban tener para la recogida», matiza; y también está la cuestión del nuevo sistema de recogida que se pretenda implantar en el casco histórico, que requerirá más o menos tiempo de implantación según la complejidad de la propuesta que se elija. Pero lo primero, sobre todo, es aprobar el pliego en mayo para que el tiempo administrativo empiece a correr.