La cabra montés amenaza ya la vertiente norte de la Sierrra

N.S.
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La vertiente segoviana de la Sierra de Guadarrama está amenazada por la irrupción de la cabra montés. La Unión de Agricultores y Ganaderos alerta del creciente paso de esta especie a Collado Hermoso, La Salceda y Navafría desde la parte madrileña.

«Te lo dicen los ganaderos y los propios funcionarios del Parque Nacional». El problema de población excesiva de cabra montés que sufre desde hace años la vertiente madrileña de la Sierra de Guadarrama ha comenzado a tener repercusiones en la parte segoviana, donde es creciente la presencia de ejemplares de este animal que han cruzado el monte de un lado a otro, según señalan el alcalde del Real Sitio de San Ildefonso, José Luis Vázquez, y también organizaciones agrarias. «Se pasan por el alto de Malangosto y pastorean por las zonas de Collado Hermoso, La Salceda y Navafría», explica el secretario general de la Unión de Agricultores y Ganaderos de la Comunidad de Madrid, Alfredo Berrocal, que reconoce que la preocupación se empieza a extender entre los ganaderos segovianos de esos territorios ante posibles contagios a sus animales

de las enfermedades que son comunes en la cabra montés.

Ésta supera en muchas zonas de la parte madrileña del parque los 45 individuos por kilómetro cuadrado, una cifra que «casi triplica» la que los expertos consideran máxima admisible para la especie, según señala un informe elaborado por la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Montes, Forestal y del Medio Natural de la Universidad Politécnica de Madrid. Sin embargo, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid tiene decretada la prohibición de eliminar ejemplares tras estimar un recuerdo impuesto por la organización animalista PACMA contra el Plan Específico de Gestión de las Poblaciones de Cabra Montés. «En este animal es muy habitual la sarna, pero por suerte de momento no se ha producido ningún brote fuerte. Porque el contagio a los humanos es posible.

Si llegara a haberlo, veríamos quién da explicaciones», indica Berrocal, que tampoco se olvida de los problemas de tuberculosis que padece el ganado «y que con la cabra montés conviviendo en el mismo espacio son imposibles de erradicar».

El traslado cada vez más masivo de esta especie por su cuenta a la vertiente segoviana del parque también es visible por los destrozos provocados por estos individuos

en los límites de algunas parcelas ganaderas. Estas suelen estar cercadas por paredes construidas con piedras apiladas y las organizaciones agrarias ya han recogido

varios testimonios de titulares de estos terrenos que se las han encontrado derribadas. «Son paredes de 1,10 o 1,20 metros y ya no es que no impidan el paso de las cabras,

es que estas se las cargan y el ganado queda expuesto a otros animales o a que se escape. Eso es un problema», asegura el presidente de la Unión de Agricultores y ganaderos de la Comunidad de Madrid.

También preocupa la amenaza sobre la flora de la Sierra de Guadarrama, puesta de manifiesto igualmente por el estudio mencionado de la Universidad Politécnica. Entre los 3.500 ejemplares de cabra montés que se contabilizaban en 2014 a los 5.000 de 2017, se encuentra un problema ecológico para el que no se acaban de encontrar soluciones y que ya se ha empezado a dirigir a Segovia. El director general de Medio Natural de la Junta de Castilla y León, José ÁngelArranz, niega que exista un problema de superpoblación en nuestra provincia. «Sería sólo en una zona de cumbres porque en el resto –siempre que no esté dentro de los límites del parque– se podría controlar a través de la actividad cinegética. Si hubiera un exceso, estableceríamos controles», concluye.

En la zona de Madrid, la Unión de Agricultores y Ganaderos critica que una de las medidas puestas en marcha por la Administración ha consistido en acabar con la concentración de cabras en espacios como la Bola del Mundo. «Pero el problema así no se resuelve porque las sueltan en otra parte del parque», subraya su presidente. Más anecdótica ha resultado la venta de ejemplares a los Pirineos, donde el objetivo es el contrario que en la Sierra de Guadarrama. Allí buscan la repoblación.