Los años de la crisis golpearon con fuerza a la cultura, y tampoco el mundo de los títeres se libró de sus efectos. Hasta en un 50 por ciento se cifran las pérdidas que sufrieron en algunos casos. Así se ha subrayado en el Congreso Nacional de la Unión Internacional de la Marioneta (Unima), que ha elegido Segovia como escenario. "La necesidad agudiza el ingenio. Si hay menos funciones, hay más tiempo para crear", resalta, no obstante, el secretario de la Federación Española de la Unima, Pablo Girón. 

Una de las asignaturas pendientes entre las compañías de títeres es incrementar su participación en las convocatorias de subvenciones públicas. Sin embargo, en España, la dotación en ayudas también está muy lejos de otros países. "Hay muchos países que nos llevan la delantero, como el modelo francés, que está a años luz", lamenta el gestor cultural José Luis Melendo, cuya ponencia ha precedido en este congreso a la de Ana Salas, de Ikebanah Artes Escénicas.

"El problema, quizás, es el exceso de propuestas que hay actualmente, la cantidad de compañías interesantes que están surgiendo, y la incapacidad del sector para asumir eso", reflexiona la representante de esta distribuidora internacional. Por suerte, subrayan los participantes en este Congreso Nacional de Unima, los títeres no entienden de fronteras ni de idiomas y su único lenguaje es la creatividad.