El viejo edificio Sirenas mutará en apartamentos turísticos

Sergio Arribas
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Los empresarios que gestionan el Hotel Real Segovia adquieren el inmueble que acogió las oficinas de Fenosa para ampliar su oferta de alojamiento con 20 nuevos apartamentos «de categoría superior»

El viejo edificio Sirenas mutará en apartamentos turísticos - Foto: Rosa Blanco

Un ambicioso proyecto impulsado por los empresarios Enrique y Patricia Cañada transformará en un complejo de apartamentos turísticos el antiguo edificio ‘Sirenas’, también conocido como Fenosa, por albergar durante décadas la sede y oficinas de la compañía eléctrica. El inmueble, situado en la calle Juan Bravo 30, con fachada a la Plaza de Medina del Campo, albergará 20 apartamentos turísticos de «categoría superior», en diferentes variedades de alojamiento —tanto estancias diáfanas como de uno y dos dormitorios—, bajo la denominación ‘Real Segovia Apartaments’.

Las obras ya han comenzado y el propósito inicial es ponerlos a disposición del público en un plazo de cuatro meses, aunque «todo dependerá de las contingencias asociadas a una obra de esta envergadura», explica el promotor, que elude ofrecer cifras de la operación, aunque se antoja millonaria. Solo el valor del inmueble, de 1.300 metros cuadrados —con cuatro plantas, más sótano y terraza—  se situaría en torno a 1,2 millones, según figura en la documentación que obra en el Catastro.

Propietarios también del Hotel Infanta Isabel, en la Plaza Mayor, los hermanos Cañada son los actuales gestores, a través de un contrato de arrendamiento, del colindante Hotel Real Segovia —antiguo ‘Las Sirenas’—, propiedad del Casino de la Unión. De hecho, el edificio ‘Sirenas’, de Fenosa o ‘La Eléctra’ —como así se le conoce popularmente— que ahora han adquirido perteneció, como el hotel, al Casino de la Unión desde 1946 hasta la década de los 70 del siglo XX, cuando los socios acordaron su segregación y venta a Unión Fenosa, que estableció allí su sede, laboratorio y oficinas. 

Enrique Cañada, en la terraza del edificioEnrique Cañada, en la terraza del edificio - Foto: Rosa BlancoLa compañía, bajo la denominación Gas Natural Unión Fenosa, cerró las oficinas y desocupó el edificio en 2012, lo que suscitó el interés por su compra. El Casino de la Unión a través de la Sociedad Inmobiliaria Segoviana (ISSA), de la que posee el 100% de las acciones, apostó por la compra del inmueble, esto es, por recuperar un edificio que había sido suyo, aunque «razones técnico económicas surgidas a última hora desaconsejan nuestra continuidad en la compra del edificio», según explicó la directiva en noviembre de 2017, en una circular girada a sus socios, unos 1.100 en la actualidad.

«Estuvimos en negociaciones con el Casino de la Unión , por si lo compraban ellos o nosotros. Al final cuajó que se lo compráramos nosotros [a Gas Natural Fenosa]», explica Enrique Cañada, quien admite que las negociaciones fueron «duras y largas». «Íbamos un poco de la mano del Casino. Estuvimos más de un año sopesando si hacíamos algo o no y al final decidimos adquirirlo nosotros», añade.

Cañada explica que también sopesaron aprovechar el edificio para ampliar las habitaciones del colindante Hotel Real Segovia, aunque como quiera que el hotel seguiría perteneciendo al Casino, a través de ISSA, la existencia de dos propietarios diferentes «suponía una complejidad». Por otro lado, el propósito era también ofrecer una opción de alojamiento, la de los apartamentos turísticos, que, por ahora, es reducida en el casco antiguo y sus aledaños. «En vez de unirlo al hotel, hemos decidido reformar [el edificio] como apartamentos turísticos, para que nuestra oferta de alojamiento sea más diversa», añade.

La interiorista Ana Montarelo ya trabaja en la decoración de los apartamentosLa interiorista Ana Montarelo ya trabaja en la decoración de los apartamentos - Foto: Rosa BlancoLa operación de compra se materializó en diciembre de 2017 y los promotores presentaron el proyecto en las oficinas municipales de Urbanismo en febrero del año siguiente. Una vez que los técnicos municipales verificaron que el proyecto se ajustaba a las estrictas normas que establece el PEAHIS para complejos de apartamentos turísticos  —como que ocupen un edificio entero y tengan una entrada independiente— los promotores obtuvieron todos los permisos.

obras en marcha. Con independencia de los trabajos preliminares de desescombro, las obras arrancaron con el desmontaje del antiguo ascensor del edificio y el ensanche del hueco de escalera para instalar un nuevo elevador adaptado a la normativa actual. El viejo ascensor del edificio, que comenzó a operar antes de 1960, el primero para personas registrado en Segovia que ha llegado a nuestros días, fue desmantelado por  Ascensores Zener-Grupo Armoniza. Dejó de funcionar, coincidiendo con el cierre de las oficinas, cuando el edificio quedó vacío, hace siete años.

Una constructora inició hace un mes las obras. Desmantelado el viejo ascensor, es visible ya el hueco, más ancho, donde en breve se instalará el nuevo elevador, alrededor del que se sitúan las escaleras, en forma de caracol. Mientras desde el exterior la obra ya es visible, gracias a la instalación de un enorme andamiaje, que permitirá la limpieza de la fachada y la cubierta, los trabajos avanzan con rapidez en el interior del inmueble, donde se adaptan las antiguas dependencias de Fenosa en las distintas tipologías de apartamentos que ofrecerá ‘Real Segovia Apartaments’. 

Estado de las obras en uno de los apartamentos de la cuarta planta del inmueble.Estado de las obras en uno de los apartamentos de la cuarta planta del inmueble. - Foto: Rosa BlancoSerán apartamentos de 35 a 90 metros cuadrados, con una o dos habitaciones, aunque también diáfanos, dotados con una pequeña cocina y salón de estar, bañeras de hidromasaje  y balcones que ofrecerán a los inquilinos unas vistas espectaculares de la iglesia de San Martín y de la Plaza de Medina del Campo. La decoración correrá a cargo de la interiorista segoviana Ana Montarelo, que ya se encargó de esta misma tarea durante la reforma del antiguo Hotel Las Sirenas —lugar de alojamiento de grandes artistas de Hollywood— en el Hotel Real Segovia, que alcanzó de esta manera la categoría de cuatro estrellas.

Uno de los atractivos del complejo de apartamentos será la amplia terraza, de casi 80 metros cuadrados, que corona el edificio y donde los huéspedes podrán disfrutar de almuerzos, tomar café o una copa, mientras contemplan unas vistas poco usuales del casco antiguo y, concretamente, de la iglesia de San Martín o del Paseo del Salón.

 

El Casino recreará la antigua sala de fiestas Las Sirenas en el local que ocupó Sala Boss

Al margen del proyecto de transformación del ‘edificio de Fenosa’ como apartamentos turísticos por parte de los hermanos Cañada, el Casino de la Unión ha emprendido la reforma de la sala de su propiedad, en planta baja, que ocupó hasta 2017, como último inquilino, la discoteca Sala Boss. 

En este espacio, la Sociedad Inmobiliaria Segoviana (ISSA), del Casino de la Unión, abrió en 1946 la sala de fiestas ‘Las Sirenas’. El presidente del Casino de la Unión, Pedro Pozuelo, ha explicado que hace dos años la junta de accionistas de ISSA acordó extinguir el contrato de alquiler con la Sala Boss con el fin de reconvertir el espacio en una sala multiusos para uso exclusivo de los socios del Casino.

Cañana espera que las obras puedan concluir en abrilCañana espera que las obras puedan concluir en abril - Foto: Rosa BlancoEl proyecto pasa por «recuperar aquel glamour» que tuvo el espacio en la década de los 40 y 50 cuando la sala de fiestas ‘Las Sirenas’ era la única que existía en Segovia. Pozuelo —que elude concretar la inversión, aunque «será importante»— recalca que el propósito es recrear la sala «tal y como estaba hace 72 años». 

En función de documentos y fotografías de la época, la sala recuperará la decoración de techos, columnas y paredes de aquella época; mientras que la idea es cubrir las paredes del interior recinto, así como la entrada al edificio, con vinilos que muestren fotografías y dibujos de los principales monumentos de la ciudad. Pozuelo confía en que las obras puedan concluir en un plazo de unos cinco meses. 

El espacio quedará para el uso exclusivo de los 1.100 socios del Casino; y será acondicionado como sala de reuniones, conciertos y conferencias; además de un recinto para  representaciones teatrales, al mantener el escenario con el que ya contaba la discoteca Boss.