Los cuatro museos de la Catedral

M.Galindo
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La próxima apertura de la sala de Santa Catalina culmina la oferta de espacios expositivos del Cabildo, que muestran una compleja y extensa oferta de arte religioso

La sala Bajo Claustro es el espacio expositivo más importante con el que cuenta la Catedral - Foto: Rosa Blanco

Por su configuración, estructura e historia, la Catedral de Segovia es por si mismo uno de los principales monumentos de Segovia, cuyo valor intrínseco merecería la visita  de los millares de turistas que acoge a diario. A su propio valor patrimonial como uno de los mejores ejemplos del gótico en España, se une el de las piezas artísticas que alberga en sus distintos espacios expositivos que han ido habilitándose en algunas de sus salas. En los últimos diez años, la apuesta del Cabildo Catedral ha reforzado esta parte con una importante inversión económica para poner en valor el nutrido catálogo de bienes religiosos y artísticos que conserva, dándoles carta de naturaleza en algunas de las salas más señeras de la seo segoviana.

La última que el Cabildo incorporará a esta relación será la sala de Santa Catalina, que el próximo 1 de diciembre abrirá sus puertas para ofrecer al público una selección de setenta y tres objetos al servicio de la liturgia, entre ellos, una muestra de la riqueza de la orfebrería del templo, relicarios o cristos de marfil de gran valor artístico y religioso. Otra pieza esencial de esta nueva sala de exposiciones es la vitrina dedicada a las vestimentas restauradas del Infante don Pedro, datadas en la segunda mitad del siglo XIV, que fueron descubiertas en 2019 durante los trabajos de restauración en el sepulcro, ubicado en el centro de esta antigua capilla.

La sala, situada bajo el cuerpo bajo de la torre, también contará con la tecnología como aliada para divulgar el patrimonio. Un audiovisual junto al expositor de las vestimentas, reproduce la historia del Infante don Pedro, hijo del rey Enrique II de Trastámara, desde su muerte en 1366, el traslado de sus restos a la antigua capilla de Santa Catalina en 1558, y el descubrimiento de las vestimentas y los tres restos óseos en 2019. Como novedad, se introducen recreaciones en 3D de la antigua catedral de Segovia y una fotogrametría, también con modelado 3D, para visualizar con todo detalle el tejido del conjunto único de indumentaria medieval.

De este modo, la oferta de museos de la Catedral integra la Sala de Tapices y Ornamentos Litúrgicos, la Sala Bajo Claustro y el Palacio Episcopal, este último incorporado en marzo de este año y a cuya entrada se accede con la propia entrada de la catedral.
La Sala de Tapices y Ornamentos Litúrgicos fue inaugurada en junio de 2017 tras un proceso de reconversión para hacerla visitable. Este espacio cerrado antes al público fue diseñado para albergar la librería de la Catedral, función que realizó hasta 1975, cuando todos los documentos y libros del Archivo se trasladaron hasta su ubicación actual, en el cuerpo de oficinas.

Desde 1975 y hasta finales del siglo XX, fue centro de exposición de diferentes objetos litúrgicos, pinturas y tapices de distintas series, ahora distribuidas de forma homogénea. Situada sobre la Sala Capitular y con acceso a través del claustro, fue construida a mediados del s. XVI bajo la dirección del maestro de cantería, García de Cubillas, dentro de la primera fase de construcción del templo. Los trabajos de esta zona de la Catedral fueron dirigidos por el maestro Cubillas, quien diseñó estas dos salas -Sala Capitular y de antigua librería- unidas a través de una escalera de gran tamaño, terminada en 1555.

En los muros de esta sala de exposición se observa la serie de tapices «Los Planetas» tejida durante el s.XVI en Bruselas. En dos grandes vitrinas se exponen los ternos -conjunto de indumentaria litu?rgica destinada a la celebracio?n de solemnes ceremonias- pertenecientes a los obispos segovianos, Arias Dávila y Fadrique de Portugal, realizados entre los s. XV y XVI. En la actualidad se lleva a cabo un proyecto de restauración de la serie de tapices 'Los Planetas'. Ya han sido restaurados dos, 'Sol' y 'Marte', a la espera de restaurar el resto, un objetivo planteado para los próximos años.

Bajo esta sala se sitúa la Sala Capitular, antiguo espacio de reunión del Cabildo Catedral  construida entre 1542 y 1562 por el maestro de obras García Cubillas. En sus paredes cuelga la serie de tapices 'Zenobia, Reina de Palmira', la mejor conservada y de más relevancia de las cuatro que alberga el templo. Está formada por once paños tejidos en Bruselas por Geeraert Peemans y que narran la vida de la reina Zenobia y el emperador Aureliano. En el conjunto de la Sala Capitular sobresale por su decoración el artesonado de fines del siglo XVI, en blanco y oro traído de América, obra del maestro carpintero Francisco López. En la entrada, el tallista José Ortega fue el encargado de realizar el retablo de estilo barroco clasicista presidido por una imagen de la Virgen de la Concepción, obra del escultor valenciano José Esteve y Bonet (1741-1802).

En diciembre de 2018, la Catedral abrió al público la que considera su  sala de exposiciones más importante, culminando un proyecto de casi 20 años para reconvertir la cimentación de asentamiento del claustro en un espacio museístico que desde entonces recibe el nombre de Sala Bajo Claustro.
Esta sala cuenta con un total de 405 m2 donde se exponen cuarenta y dos obras pictóricas flamencas y castellanas de alto valor artístico y religioso.

La mayoría de ellas han sido sometidas a un proceso de restauración y, entre las obras intervenidas, destacan La Fuente de la Gracia, copia de la original del taller de Jan van Eyck, La Duda de Santo Tomás, de Alonso Sánchez Coello, o La Misa de San Gregorio, pintada por Pedro Berruguete.
 La Sala está distribuida en dos espacios situados bajo el claustro gótico y el cuerpo de la Librería, este último cubierto de una bóveda con una magnífica estereotomía.

La obra más emblemática es el Tríptico del Descendimiento de Ambrosius Benson, que ocupa gran parte de este segundo espacio, con una ubicación que hace posible observar de cerca esta espectacular tabla de casi tres metros de altura con dos puertas laterales.
No pocos avatares atravesó también el Palacio Episcopal, que desde marzo del presente año afronta una nueva etapa vinculado a la gestión de la Catedral y que ofrece un renovado marco expositivo. Así, en el Palacio Episcopal se puede contemplar una selección de orfebrería, pintura y escultura perteneciente a la Diócesis de Segovia. El discurso museográfico, diseñado en 2019, ha sido preservado y tiene como principal función dar a conocer el sentido de la liturgia a través del arte y la historia de este espacio.

Esta visión se completa con el recorrido por las conocidas como salas nobles, en las que el mantenimiento de la planimetría y los muebles originales permiten conocer el modo de vida de los obispos de entre el siglo XVIII y 1969.