Sinopsis oficial
En la Irlanda rural de 1981, Cáit, una niña de nueve años, vive retraída entre su familia numerosa y hostil. Sus padres la envían a pasar el verano a casa de unos parientes más adinerados, donde el misterioso silencio de Cáit se encontrará con el calor de un hogar y con idílicos paisajes. Allí, la pequeña se hará eco del secreto que esta familia adoptiva calla.
La crítica -
Por Juana Samanes
La profundidad emocional de este drama traspasa la pantalla por la sinceridad y la belleza que transmite.
En la Irlanda rural de 1981, Cáit es una niña introvertida, de nueve años, que vive en el seno de su familia numerosa y hostil. Ante el inminente nacimiento de un nuevo hermano, y para tener una boca menos que alimentar, sus padres la envían a pasar el verano a casa de unos parientes más acomodados. Alli, Cáit encontrará el calor de un verdadero hogar, aunque pronto apreciará que sus tíos ocultan un trágico secreto.
Conmovedora, de principio a fin, este film habla del sufrimiento que experimentan los niños cuando se sienten abandonados y de que el amor es la mejor medicina para "curarlos". En el otro extremo advierte de forma clara sobre que la paternidad siempre ha de ser responsable, a pesar de la pobreza.
Nominada a los Oscar en el apartado de Mejor película internacional, este film de cine independiente, de nacionalidad irlandesa, ha calado allí donde se ha presentado porque los sentimientos que describe conmueven. Se trata de una afortunada adaptación del relato corto "Foster", de Claire Keegan, en el que los silencios expresan más que las palabras.
Resulta totalmente de sobresaliente la elección del reparto, el debut de la niña Catherine Clinch, encarnando a Cáit, es de lo más adecuado, pero la veterana actriz Carrie Crowley encandila porque su personaje transmite bondad hacia sus semejantes, y ante esta niña triste, desde su primera aparición.
Una bellísima fotografía acompaña a este relato que es un poema de la vida, sobre la dificultad de superar el duelo, pero también de la posibilidad de cambiar las cosas si hay voluntad para ello.
Aquellos que les gusten los detalles, apreciarán la sensibilidad en el trato de esos dos adultos doloridos que convierten la estancia de "su invitada" en lo mejor de su existencia. Esos momentos en que Cáit acompaña a la tía en sus tareas cotidianas, disfrutando con las pequeñas cosas, o cuando su tío le cronometra cuanto tarda en llegar al buzón de la finca, mientras el viento mece los cabellos de la niña.
Independientemente de si logra o no el Oscar de Mejor película de habla no inglesa, The Quiet girl es una de las mejores películas que veremos este año.