Los parajes urbanos de La Granja y Valsaín en el siglo XX

P. Martín-ICAL
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Eduardo Rodera retrató con su cámara personal momentos muy destacados de la vida y naturaleza del entorno de la Sierra de Guadarrama, que ahora salen a la luz gracias a una exposición en el Museo Rodera Robles

Los parajes urbanos de La Granja y Valsaín en el siglo XX - Foto: Nacho Valverde

Medio centenar de instantáneas de las extensísima colección personal del mecenas y coleccionista segoviano Eduardo Rodera, impulsor de la fundación y del museo Rodera Robles de Segovia, componen la exposición que muestra su mirada sobre La Granja, Valsaín y la montaña de la Sierra de Guadarrama entre 1949 y 1976. El museo Rodera Robles mantendrá abierta esta muestra fotográfica hasta el mes de junio.

El presidente de la Diputación de Segovia, Miguel Ángel de Vicente, destacó que la exposición ‘El mundo apacible de Eduardo Rodera al pie de Guadarrama” permite ver la transposición de los parajes “con su situación actual y comparar”. Unos parajes que cuenta ahora con la protección de ser Patrimonio Nacional, lo que tiene mucho ver con los usos, costumbres, fuentes y paisajes naturales.

“Poder comparar los parajes cómo eran y cómo se han enriquecido medioambiental y patrimonialmente”, subrayó de Vicente, “con esta exposición que habla de los nuestro, del algo propio que tenemos que poner en valor”.

Los parajes urbanos de La Granja y Valsaín en el siglo XXLos parajes urbanos de La Granja y Valsaín en el siglo XX - Foto: Nacho Valverde

Por su parte, el secretario de la Fundación Museo Rodera Robles, Rafael Cantalejo, explicó que esta exposición es “un libro con las páginas expuestas en las paredes y a buen seguro se convertirá en un libro de fotografías. Su autor, Eduardo Rodera, fue un gran aficionado a la fotografía, en una época en que era cara pero su posición económica le permitió disponer de “un buen material fotográfico”.

Esta afición por la fotografía, desde un punto de vista como paisajista y de etnógrafo, permitió que captara personajes, actividades, situaciones de la vida local de mediados del siglo XX.

Cantalejo quiso remarcar que Rodera no era un veraneante al uso de La Granja, al no tener una procedencia de las familias que formaban parte del entorno aristocrático de la Corte de Madrid, que luego se mantenían en el tiempo. Rodera eligió La Granja para pasar los veranos por el cariño y nostalgia que sentía de los momentos y excursiones que hizo con sus padres por La Granja, Valsaín y el entorno de la sierra.

“Salía con la cámara al hombro e iba por ejemplo al Campamento de Robledo, donde mucho españoles hicieron las milicias universitarias entre los 50 y los 70 y nos ha dejado ese documento”, resaltó Cantalejo. Su colección de miles y miles de negativos reflejan otros hitos históricos como la inauguración de la iglesia de Valsaín, el paso a nado de la laguna de Peñalara o la primera judiada de La Granja, con sus famoso judiones, en agosto de 1976.

Rodera, junto a su esposa Rafaela Robles y el resto de su familia, fueron testigos de la vida granjeña, que ha llegado hasta la actualidad gracias a su legado y su interés por el coleccionismo. El matrimonio Rodera Robles creó una fundación para donar su legado y crear un museo que apostar por difundir la cultura y tradiciones de la provincia de Segovia. 

Además del medio centenar de fotografías, la nueva muestra temporal del Museo Rodera Robles de Segovia, incluye una serie de objetos, folletos, libros y publicaciones de la época, gracias a los colaboradores del museo: Juan Pedro Velasco, Juan Ignacio Davía o Juan José Bueno Maroto, que también se ha encargado de dar “más calidad a la fotografías originales”.