El bar del pueblo busca inquilino

Sergio Arribas
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El ayuntamiento de La Matilla ofrece un local destinado a bar y vivienda a cambio de una renta mensual de 250 euros. «Queremos que sea un motor para revitalizar el pueblo», dice su joven alcalde.

Interior del bar de La Matilla, que se ofrece en alquiler. - Foto: D.S.

El anuncio no está en una inmobiliaria, sino en el tablón del ayuntamiento de La Matilla, pueblo situado a 43 kilómetros de Segovia capital.  La oferta inmobiliaria viene firmada por su joven alcalde, con apenas año y medio en el cargo, Diego Hernández Benito, de 28 años, empeñado en revitalizar su pueblo, con apenas 73 habitantes censados, aunque son menos, entre 35 y 40 vecinos, los que viven a diario en la localidad.

El ayuntamiento ofrece en alquiler un amplio local municipal, destinado a bar en su planta baja y a vivienda en la superior, con patio y caseta en la zona trasera, a un precio de alquiler de 250 euros al mes. El coste del agua, la basura y la electricidad sería a costa del arrendatario, al que solo se le pone una condición: en verano deberá permanecer abierto a diario. No en vano, La Matilla, situada en un enclave estratégico —a 15 kilómetros de Cantalejo y situada entre las turísticas Pedraza y Sepúlveda— multiplica por cinco su población en época estival.

A priori no parece el momento más propicio para embarcarse en la explotación de un bar, a tenor de  las medidas restrictivas que afectan a la hostelería por culpa de la COVID, aunque el alcalde prefiere ver la botella ‘medio llena’. «Este parón nos permite más tiempo para elegir y prepararnos. Elegiremos en diciembre al inquilino —las instancias pueden presentarse hasta el 1 de diciembre— y luego podrá abrir cuando considere, no hay exigencia en ese sentido».

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Amplio local. En la plaza Mayor de La Matilla se adivina lo que es un gran edificio municipal. Junto a la zona reservada como salón multiusos, se encuentra la zona del inmueble ofrecida en alquiler, que ocupa una superficie de unos 328 metros cuadrados y que integran el bar (157 metros cuadrados), la vivienda (142) y un amplio patio trasero dotado con caseta, listo para múltiples usos, capaz de reconvertirse, según explica el alcalde, en espacio ‘chillout’ o lugar para instalar parrillas y barbacoas.

La oferta del contrato es para un año, un plazo que está fijado «para cubrirnos un poco las espaldas», aunque «todo es negociable», aclara el regidor. A un precio de alquiler de 250 euros al mes (sin incluir otros gastos) ¿es rentable? «Hemos calculado —explica Diego— que los gastos totales pueden ascender a unos 400 euros al mes, sumando alquiler y gastos de agua, luz, calefacción, y la licencia de autónomos. En verano la clientela se multiplica y en invierno puede ser algo más complicado, pero si se organizan eventos, no faltará gente, incluso de los pueblos de alrededor. Si abre y no hace nada, pues puede llegar justo, pero creemos que a poco que lo mueva, el negocio es rentable», asegura el alcalde, que garantiza ayuda al hostelero «si vemos que se lo curra».

El ayuntamiento está dispuesto a brindar ayuda al futuro inquilino, tanto en amueblar o reformar la vivienda de tres habitaciones, salón, baño y cocina; como en equipar la cocina del bar. «Tendrá que aportar algo en estos aspectos, aunque intentaremos ayudarla con nuestros pequeños recursos o con subvenciones. Todo es negociable», afirma.

Diego Hernández, alcalde de La Matilla.Diego Hernández, alcalde de La Matilla. - Foto: D.S.

Mucho más que un bar. La Matilla carece de ultramarinos, panadería o farmacia. El consultorio médico abre dos días a la semana, con cita previa, uno para la visita del médico y otro para la de una enfermera. «Realmente lo que vamos a valorar es que nos presenten un proyecto que demuestre ganas de hacer cosas», dice el alcalde, porque «queremos un bar, pero vamos a ir más allá (…) el bar tiene que ser uno de los motores de dinamización del pueblo». Diego Hernández ofrece algunas pistas. «Si vende pan, por ejemplo, sería un plus, porque ahora viene el panadero desde Cantalejo y a los cinco minutos se va. Tampoco tenemos tienda de comestibles, por lo que también podría ofrecer productos básicos a la venta; o, por ejemplo, dar comidas a domicilio. Queremos gente con ganas e ideas nuevas», resume. 

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Interior del local destinado a bar.
Interior del local destinado a bar. - Foto: D.S.
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La juventud toma el mando. La corporación municipal en La Matilla es minúscula, con solo tres sillones. La anterior alcaldesa, María del Carmen Rojo (PP) es ahora la única edil en la oposición. El equipo de Gobierno lo forman el alcalde y su teniente de alcalde, Alfonso Sanz, de apenas 21 años, ambos elegidos bajo las siglas del PSOE. Son dos de los seis jóvenes menores de 30 años que viven en La Matilla y que decidieron presentarse a las elecciones para trasladar a la política municipal sus inquietudes para revitalizar el pueblo, ya demostradas, con otros jóvenes compañeros, en las actividades organizadas por la asociación cultural del pueblo. «Queremos que sea alguien proactivo, que sea capaz de sugerir actividades, porque el bar es como un foro social», añade el regidor, ejemplo en sí mismo de capacidad y conocimiento para dinamizar el medio rural. Y es que Diego compagina su cargo como alcalde de La Matilla con su trabajo para la Fundación General de la Universidad de Valladolid (UVa) como agente de innovación rural; que no es otra cosa que trasladar todo el conocimiento que genera la institución universitaria para favorecer el desarrollo de empresas y autónomos en los pueblos.