«Yo creo que tenemos que celebrar que Segovia tiene unos Presupuestos Participativos en los que la media de participación supera a ciudades de nuestro entorno», afirmaba este jueves la alcaldesa, Clara Martín, al ser preguntada por la prensa sobre la última edición, que sólo atrajo al 3,17% de los ciudadanos que podían votar. Es decir, a 1.423 de 44.780, según datos oficiales facilitados tras la jornada presencial del 5 de noviembre y la fase online que se desarrolló del 1 al 31 de octubre. El récord, aunque discreto, persiste desde la primera edición (2018), cuando se contabilizaron 1.442 votantes, pese a que entonces no podían participar los empadronados de 16 y 17 años y no hubo opción de votar por internet. Sin embargo, «ciudades como por ejemplo Ávila tienen una participación inferior, y lo mismo sucede en los casos de Valladolid o León», incidió Martín, hasta «agradecer la colaboración no sólo del concejal de Participación Ciudadana (Andrés Torquemada) en el desarrollo de estos presupuestos, sino también de todo el Consejo de Participación Ciudadana, que es del que parten estas iniciativas».
A ese órgano de consulta volvía a atribuir así el diseño de las bases que rigen los Presupuestos Participativos, a pesar de estar formado por colectivos vecinales y grupos políticos que no han ahorrado críticas en las últimas semanas. Desde el PP, Cs y Podemos hasta la asociación de SanLorenzo o las dos federaciones que concentran la práctica totalidad de las asociaciones vecinales de la ciudad. Cuestionan sobre todo la selección de propuestas para votación, al incluirse obras de bacheo y otras ordinarias que consideran que debería abordar el Ayuntamiento por propia iniciativa, y después de que se anunciara que en esta edición sólo habría 'proyectos de ciudad'.
Aun así, la alcaldesa insistió en que «esto ha salido de un Consejo de Participación Ciudadana, no de una cuestión impuesta por el equipo de Gobierno». «Sabemos que los propios miembros del Consejo han indicado que es necesario trasladar unas modificaciones de cara al año que viene; y tal y como hemos hecho durante todo este tiempo (desde la primera edición, según dice), el equipo de Gobierno cederá esas competencias al Consejo», reiteró.
¿Pero cómo puede ser este órgano el responsable del modelo si sus propios miembros lo critican? ¿No se les hace caso? ¿Dicen una cosa y luego la contraria? «Si allí no se opina, nadie aporta ni nadie dice exactamente qué es lo que quiere, o si no se llega a un entendimiento, pues es que el problema estará en el diálogo con las personas», contestó Martín. «Y el objetivo final que tenemos que conseguir es que de ese diálogo salga un consenso y un proyecto común para toda la ciudad». Aunque «el tema está en que si lo diseña el Ayuntamiento o el equipo de Gobierno, mal; si lo diseña elConsejo de Participación Ciudadana, mal; y es de ese foro de diálogo de donde tienen que salir unas bases».
GANA MADRONA. Entretanto, la propuesta más votada este año ha sido la reforma de una calle de Madrona, Cantarranas, que lleva décadas de parcheos que no han impedido la proliferación de socavones donde no sería la primera vez que un vecino se deja una rueda del coche. Se prevé que cueste 341.083 euros y la dotación de los Presupuestos Participativos de este año asciende a 400.000 euros, por lo que quedarán menos de 60.000 para repartir entre los siguientes proyectos más votados cuyos costes sí puedan asumirse con el sobrante, tal y como sucede con la instalación de cabinas de baños públicos en parques, arreglos en el camino de Otero en Fuentemilanos y en el firme del Paseo del Salón, así como la creación de aulas de informática en los barrios.
Del listado de propuestas sometidas a votación también destacaba la posibilidad de votar por que se implantara un programa de prevención de accidentes en el hogar para personas mayores, o por otro similar para reparaciones domésticas, cuando el programa electoral del PSOE de 2015 ya incluía esos compromisos. La única diferencia es que entonces se anunció para personas dependientes, pero nunca se llegó a poner en marcha.
Y mientras tanto, otro año que pasa sin encontrar la manera de atraer a más ciudadanos, una asignatura pendiente que, eso sí, ni mucho menos es exclusiva de Segovia.