Los aficionados suelen tener olfato para los días grandes de fútbol. Los casi 1.900 que acudieron este domingo al duelo entre la Segoviana y el líder no se equivocaron  y disfrutaron de un verdadero partidazo. Resuelto además con una victoria gimnástica para soñar en grande gracias a los goles marcados por Diego Gómez y Acuña y a una excelente actuación coral.

La puesta en escena de la Segoviana fue perfecta. Ambiciosa y fina con el balón, sorprendió en los primeros veinte minutos al Melilla. Con juego y con ocasiones. Tuvo una Hugo Díaz tras un estupendo pase atrás de Fernando Llorente y dispuso de otra Acuña, el mejor de los gimnásticos en ese ilusionante tramo de buen fútbol, que consiguió calentar a la grada.

Y no paró en busca del bingo, bien abrigado además en la retaguardia por Óscar de Frutos, un partido más exuberante a campo abierto y líder de una Segoviana con colmillo en cada metro de terreno. En la primera media hora, el Melilla no dijo esta boca es mía salvo en un aviso sobre la portería de Julen Pagola -titular por primera vez- a los pocos segundos de comenzar.

Pero la pegada decide muchos partidos y primero la mostró el equipo melillense. Sin tener que someter a su rival desde el balón ni tener que acumular méritos, se anticipó en el resultado con una genialidad de Sergio Pérez, puntual para embocar desde el vértice del área y golpear a una Segoviana sin premio para su brillante despliegue pero con capacidad de reacción.

A cinco minutos para el descanso, Javi Borrego hizo un guinde al melillense Braun, condujo el balón hasta la frontal del área y puso delante del portero a Diego Gómez, que no falló. El 1-1 supuso otro vuelco emocional en el encuentro y a la Segoviana le dio igual el paso por los vestuarios. Con la charla de los entrenadores aún fresca, Acuña, que estaba siendo el futbolista azulgrana más afilado, recogió un balón suelto dentro del área y autografió el 2-1.

Un tanto que despertó al Melilla, instalado en el campo de la Segoviana a partir de ese momento y agobiante. Ramsés trató de apagar esa sublevación al alistar a Pablo Arranz, Ivo y sobre todo a Juan de la Mata, fundamental para dar oxígeno a su equipo con el balón. Aun con él los últimos minutos fueron una tortura. 

El Melilla no empató de milagro. La respuesta de los azulgrana la dio Ivo con una jugada maravillosa que no acabó en gol por la intervención del portero melillense. Ramsés terminó de abrochar el triunfo con David López, otro soldado en la batalla del centro del campo que contribuyó también a la conquista de la segunda plaza. Porque la Segoviana es ahora mismo segunda. Lo dicho, va muy en serio.

Ficha técnica:

Gimnástica Segoviana: Pagola; Adrián, Javi Marcos, Óscar de Frutos, Rubén Yubero; Manu; Acuña (Pablo Arranz,m. 64), Fernando Llorente, Hugo Díaz (Juan de la Mata, m. 71), Javi Borrego (Ivo, m. 71); y Diego Gómez (David López, m. 82).

Melilla: Salcedo; Pepe, Fran Serrano, Dani García, Ali Ali (José Enrique, m. 46); Alberto Martín, Braun (Nicolás Santos, m. 76), Sergio Pérez, Álvaro (Fran Núñez, m. 55), José Antonio (Javier Díez, m. 88) y Jordan (David Suárez, m. 88).

Goles: 0-1, m. 32, Sergio Pérez; 1-1, m. 40, Diego Gómez; 2-1, m. 49, Acuña.

Árbitro: Carbajales Gómez, del Colegio Asturiano, auxiliado en las bandas por Suero Rodríguez y Agoultim Boumater. Amonestó a Javi Borrego, Hugo Díaz, Javi Marcos, Rubén Yubero y Adrián por la Gimnástica Segoviana, y a Ali Ali y a Alberto Martín por el Melilla.

Incidencias: 1.892 espectadores presenciaron el encuentro en el Estadio Municipal de La Albuera. Presenció el partido desde el palco el padre de la pequeña Olivia, Eugenio García, acompañado por parte de su familia.