El impacto de la reforma laboral se agota en Castilla y León

David Alonso
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La Comunidad gana 69.200 contratos de este tipo desde su entrada en vigor, un 15% más que a final del pasado año, lo que la sitúa como la tercera de régimen común con peor evolución

La hostelería es el sector con mayor repunte de la afiliación indefinida en Castilla y León. - Foto: Rueda Villaverde

Primer examen para la reforma laboral aprobada por el Gobierno de España, que comienza a dar síntomas de agotamiento en Castilla y León. Nueves meses después de su entrada en vigor y seis desde que venciera el periodo de transición dado a empresas y trabajadores, la Comunidad ha ganado 69.200 afiliados indefinidos con respecto a diciembre del pasado ejercicio, último mes antes de que la nueva normativa de trabajo entrada de lleno en el mercado laboral para atacar la temporalidad. Una cifra nada desdeñable, pero que, porcentualmente, se queda muy lejos de la evolución del resto de comunidades. Terceros por la cola entre las regiones del régimen común –quinta si se cuentan a las forales– es el puesto que ocupa Castilla y León con un repunte del 15 por ciento en la cifra de trabajadores indefinidos.

Seis puntos separan a la Comunidad del crecimiento de estos contratos a nivel estatal –21%– en el número de este tipo de empleados, en un listado que comanda Baleares con una estratosférica cifra del 85% de mejora en cifras totales de indefinidos –algo que se explica por el propio tejido productivo de las islas–. No obstante, lo cierto es que la reforma laboral ha tenido un evidente y positivo impacto en el empleo de Castilla y León, tirando para arriba de los afiliados indefinidos del Régimen General –al cierre de septiembre había 519.417–, espoleados por el hundimiento de los temporales, que bajan un treinta por ciento, y la desaparición de los contratos de obra y servicio.

No llega al 1,5%

Pero la gallina de los huevos de oro parece estar dando síntomas de agotamiento. «La afiliación a la Seguridad Social ha llegado a un tope, no hay contratación nueva», reconoce a este periódico el secretario regional de Acción Sindical de UGT, Raúl Santa Eufemia, que señala que lo que ahora se está produciendo es «un conversión de los precarios en indefinidos». Y es que, pese al impacto inicial, lo cierto es que Castilla y León solo ha logrado ganar un 1,2 por ciento de nuevos afiliados al Régimen General respecto a diciembre del pasado año, unos 11.600 en números absolutos. «Hay un gran número de sectores donde en los primeros meses tuvo mucho más impacto», sostiene el sindicalista, que no oculta que existe la sensación de que «ahora mismo hemos llegado a tocar techo en beneficio del indefinido».

Más incisivos se muestran desde Comisiones Obreras, que apuntan a la «desaceleración en la creación de empleo, e incluso un retroceso». Una realidad de la que culpan a las empresas, a las que su secretaria de Empleo, Nieves Granados, acusa de «no decidirse a estabilizar los contratos de su personal». «Esto es parte de su cultura empresarial, o viene dado por la inconsistencia que demuestra el gobierno bicéfalo de Castilla y León», valora la responsable de CCOO.

En cualquier caso, los números no ocultan que Castilla y León tiene más trabajadores indefinidos que antes de la aprobación de la reforma laboral, y que su peso sobre el total de afiliados ha hecho lo propio. Si en diciembre de 2021 este tipo de empleados suponían el 63,1 por ciento del total, ahora la cifra escala hasta casi el 72 por ciento. Es decir, siete de cada diez afiliados autonómicos ya están bajo el paraguas de un contrato de trabajo indefinido. 

Hostelería y sanidad

Los cambios introducidos con la reforma laboral han tenido dos claros vencedores en Castilla y León. Hostelería y sanidad han visto dispararse sus cifras de contratación indefinida ante la desaparición de los contratos de obra y servicio, muy utilizados en estos ámbitos. Solo entre ambos suman casi nueve mil indefinidos más que en diciembre del pasado año, revelando el profundo trasvase que la nueva normativa de trabajo ha desatado en estos sectores. También arroja unas cifras muy positivas la agricultura –dentro del Régimen General–, que avanza en 3.100 el número de indefinidos que atesora; y la industria manufacturera, con casi 3.000 más. El único punto negro autonómico está ubicado en el sector educativo, donde el fin del desdoblamiento de aulas por la covid ha restado casi 7.000 trabajadores indefinidos a Castilla y León.

Más con menos

Ahora que la reforma laboral lleva varios meses operativa, los sindicatos están comenzado a percibir los primeros problemas que esta normativa está desencadenando en el mercado de trabajo autonómico. «Estamos viendo que la exigencia que establece la reforma laboral se está convirtiendo en que desde las empresas se contrate a menos personas para hacer lo mismo», avisa Santa Eufemia, que hace una reflexión en voz alta para sostener que, si bien, «en números tangibles ha sido muy positiva por el anclaje de empleo de calidad», considera que «hay que darle una vuelta para ver cual es la calidad real de ese puesto indefinido». Además, ambos sindicatos coinciden en que hay colectivos como los parados de larga duración, jóvenes o mujeres, que siguen fuera del mercado de trabajo.