La UCI y el fin de la Alarma complican la desescalada

D. A.
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Segovia ha logrado rebajar la mayoría de sus indicadores a niveles de riesgo medio y bajo, pero Sanidad teme repuntes en próximos días. La UCI no baja y ahora la mayoría de pacientes tienen entre 40 y 60 años

La UCI y el fin de la Alarma comprometen la desescalada

Las autoridades sanitarias cruzan los dedos por que la relajación de medidas preventivas que ha retratado el fin del estado de alarma sólo se quede en una lamentable anécdota protagonizada por una amplia minoría inconsciente. Es probable que los contagios repunten pero, llegado ese caso, cabe la opción de que sólo sea un bache, aunque a estas alturas todo son hipótesis por despejar de aquí a unos días.

Segovia no necesita mirar hacia Madrid u otras grandes ciudades del país para encontrar icónicas escenas de aglomeraciones de jóvenes que, con el fin de la alarma en la medianoche del sábado al domingo 9 de mayo, no tenían claro si simular la celebración de un concepto desviado de la libertad, la victoria en un Mundial, una Nochevieja o un San Fermín, con carreras como las que pudieron verse por la calle Real tras la llegada de dos patrullas de la Policía Local, o decenas de chicos abarrotando el templete de la Plaza Mayor. Pero esas situaciones se repitieron en otros muchos puntos de la ciudad y la provincia, aunque no ocuparan escenarios ni escaparates tan llamativos, y las consecuencias de esa falsa sensación de seguridad necesitan tiempo para manifestarse. En este sentido, tal y como apunta a El Día el gerente de Asistencia Sanitaria de Segovia, Jorge Elízaga, «ya sabemos que cuando se producen conductas irresponsables, las infecciones vienen a la semana siguiente y los ingresos a los cinco o seis días, así que tendremos que estar muy atentos en estas dos primeras semanas (tras el fin del estado de alarma)».

Desde que una persona resulta contagiada suelen pasar concretamente «tres o cuatro días» hasta que empieza a manifestar síntomas, si es que los tiene. Y desde que desarrolla síntomas, acude al médico y se confirma su positivo, hasta que empeora lo suficiente como para requerir un ingreso hospitalario, suelen pasar de cinco a siete días más.

Es decir, que lo que pasara el fin de semana en el que decayó el estado de alarma y en los días posteriores podría repercutir en el hospital hacia mediados de la próxima semana.«Y efectivamente pueden aumentar las infecciones así que claro, yo cruzo los dedos», confiesa el gerente de Asistencia Sanitaria.

Sin embargo, las autoridades sanitarias no están especialmente preocupadas por la salud de las personas que protagonizaron las imprudencias postalarma, sino por cómo éstas pueden contribuir elevar los contagios». En este sentido, Elízaga explica que el perfil más repetido responde a una horquilla de edad de entre 18 y 30 años. «Por supuesto los puede haber de más de 30 y de menos, pero lo habitual es que estén en esas edades», explica. Y esa es precisamente una franja en la cual los contagios, aunque numerosos, no suelen ser muy graves.«Algunos casos de ingresos hospitalarios de chicos de 20 y 25 años ya hemos tenido, pero de manera puntual porque lo normal es que registren pocas complicaciones», reconoce. No obstante, «lo que me preocupa realmente no son ellos, sino sus padres, que además tendrán entre 50 y 55 años y por tanto no estarán vacunados».

Precisamente esta semana terminaba en Segovia la vacunación de los ciudadanos a partir de 60 años. Y podría decirse incluso que la provincia lleva buena dirección si no fuera por la incertidumbre que envuelve estas semanas por motivos como los ya citados, aparte del caos jurídico que está causando la disparidad de pronunciamientos judiciales que arrecia en estos días.

SITUACIÓN SANITARIA. La mejoría de Segovia está siendo clara sobre todo en las dos últimas semanas. La provincia sigue en Alerta 4 o riesgo muy alto, sí, pero sólo uno de los ocho indicadores de riesgo que componen el semáforo covid se sitúa realmente en ese nivel, con la desgracia de que se trata del grado de ocupación que presenta la UCI, justo la variable que la Junta ha considerado imprescindible en los últimos meses a la hora de autorizar (o no) desescaladas. 

Tras la actualización de datos del jueves, en la UCI del hospital de Se-

govia se contabilizaban once pacientes con covid, cifra que representa un porcentaje de ocupación del 35,43% de los puestos disponibles (31), y diez puntos por encima del umbral a partir del cual se sitúa este indicador en nivel de Alerta 4 o riesgo muy alto. 

Para bajar este indicador a Alerta 3, el hospital de Segovia no debería tener más de 7 pacientes con covid en UCI, y eso es algo que no ha logrado en todo el año.Tampoco ayudan en ese sentido las largas estancias que requieren: de tres a cuatro semanas. El 30% llega a superar el mes de hospitalización y el 10%, los 40 días, pero es que el hospital de Segovia no ha visto bajar del 25% la ocupación de esta unidad en todo este año.

Además, la UCIde Segovia destaca por ser actualmente la que mayor porcentaje de menores de 60 años tiene en Castilla y León, un 63%. Allí había este jueves dos pacientes de sólo 42 años y uno de 43, así como uno de 48 y otros de 53, 57, 58... En total, siete pacientes menores de 60 y cuatro con más (62, 66, 67 y 76).

No obstante, la noticia más positiva de las últimas semanas está en el notable descenso de las tasas de mortalidad por coronavirus. Antes de que empezara la vacunación se situaba en el entorno del 1% de los contagios (es decir, que una de cada cien personas infectadas no superaba la enfermedad) y ahora, con la población más vulnerable ya inmunizada, ese porcentaje ha caído a un tercio, según destacaba el pasado miércoles el vicepresidente de la Junta, Francisco Igea. «No ha habido cuarta ola de mortalidad, y tampoco se está observando un incremento en las UCI ni en planta», añadió. Porque el problema en UCI no se debe tanto a la cantidad de ingresos que se producen, sino a la saturación que han ido acumulando por el tiempo que cuesta recuperar a los pacientes.

De ahí que la Junta cuente con abordar el próximo jueves nuevos cambios en la valoración de los indicadores y las restricciones asociadas a cada nivel, dado que los umbrales marcados para las tasas de incidencia de casos ya no se corresponden con las tasas de mortalidad que pretenden evitarse, aunque estas últimas sigan siendo prioritarias.

«Analizaremos la posibilidad de un acuerdo que contemple una variación en los indicadores teniendo siempre en cuenta que lo primordial para nosotros es: uno, salvar vidas; dos, evitar el colapso sanitario; y tres, conseguir una reactivación lo más rápida posible, pero también lo más segura posible», continuó Igea. «No se modificará el ‘semáforo’, sino los umbrales donde tomamos las decisiones extraordinarias,», añadió la consejera de Sanidad, Verónica Casado.

En la práctica, se espera que tales cambios faciliten la desescalada en lo económico, una vez se considera que los ciudadanos, gracias a la inmunidad de su población más vulnerable y con la campaña de vacunación avanzando, están preparados para tolerar mayores niveles de contagios. Lo agradecerá la hostelería, sin ir más lejos, dado que Sanidad prevé suavizar el umbral de 150 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días que estableció para determinar el cierre del interior de los establecimientos hosteleros.

El Consejo de Gobierno del próximo jueves se presenta por ello como un momento clave para la desescalada, aunque todavía está por decidirse no sólo las medidas concretas que se adopten entonces, sino cuándo entran en vigor. La consejera de Sanidad no descartó que lo hicieran de cara el siguiente fin de semana, tal y como puede ocurrir con alivios para la hostelería; y si no sucede ya entonces, el nuevo inicio de una desescalada de niveles de alerta se perfila para la semana del lunes 24 de mayo, que será a su vez el decimoquinto día tras el fin de la Alarma y, por tanto, del toque de queda y el confinamiento perimetral.

Pero todo depende ahora de que, efectivamente, transcurran esta semana y la próxima sin repuntes excesivos en el ritmo de notificación de contagios. Que pasen estos días sin consecuencias y, en el caso de Segovia, que mantenga la buena tendencia de las últimas semanas, que es la que ha llevado a la mayoría de sus indicadores a niveles propios de riesgo medio (Alerta 2) e incluso bajo (1), gracias a la responsabilidad de una mayoría cuyo esfuerzo se ve ahora comprometido por esa minoría que confundió el fin de la Alarma con el fin de la pandemia.