Clases a distancia: desde Torrecaballeros a China

Sergio Arribas
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El segoviano Jesús Pardo no puede regresar al país asiático por la crisis del coronavirus. Desde Torrecaballeros envía sus clases on line a sus alumnos de Huaqiao, recluidos en sus domicilios para evitar el contagio.

Jesús Pardo, la pasada semana, en el colegio de Torrecaballeros. - Foto: S.A.

El gimnasio del colegio de su pueblo, Torrecaballeros, el CEIP Marqués de Lozoya, es ahora su nuevo lugar de trabajo. Allí, el segoviano Jesús Pardo, profesor de educación física, graba sus clases y las envía, a través de internet, gracias a un ordenador portátil, a sus alumnos, que están a más de 10.000 kilómetros. En los vídeos el profesor, a punto de cumplir los 29 años, invita a practicar ejercicios físicos a los escolares, entre los 6 y los 12 años. Los alumnos deben ejercitarse en espacios reducidos, en la habitación o salón de sus domicilios, donde permanecen recluidos para evitar la infección del Covid-19 o coronavirus, que ya se ha cobrado más de 2.100 muertos y unos  75.000 infectados. Pardo lleva dos años y medio como profesor en el Kang Kang Chiao Internacional School East China, en la ciudad de Huaqiao, a unos 45 kilómetros de Sanghai. Por culpa de la epidemia, el profesor no puede regresar a China, aunque no ha abandonado las clases, que ofrece ‘on line’ desde el pequeño pueblo segoviano.

Pardo es profesor en China por carambolas del destino. Curso Magisterio y, al no encontrar trabajo en España, logró una beca para un curso de inglés en Estados Unidos, país al que regresaría un año después. Allí conoció a un vallisoletano que trabajaba en China y quien le informó de una oportunidad para desarrollar su carrera profesional en el gigante asiático. El ‘Kang Kang Chiao School’ le fichó para dar clases de educación física en inglés.

Huaqiao está al borde de Kunshan, con 1,8 millones de habitantes, ciudad satélite del gran Suzhou (14 millones de habitantes). Pardo reside cerca de Huaqiao, en una urbanización que suma 120 torres de unos 35 pisos y con una población de 65.000 habitantes. El docente muestra en su móvil un vídeo que le acaba de mandar por whatsapp un compañero de trabajo. Es de una calle en la zona próxima a la urbanización donde reside. «Lo normal es que esta calle esté saturada de tráfico y gente. Como veis, está desierta. Nunca vi una calle vacía en China. Hasta ahora», afirma el docente, que desconoce cuándo podrá regresar a su colegio, que sigue cerrado, con una comunidad educativa que suma 8.000 personas, entre alumnos y profesores.

Pardo, en una imagen de archivo, en el gimnasio del colegio chino donde da clases.Pardo, en una imagen de archivo, en el gimnasio del colegio chino donde da clases.

Coincidiendo con al Año Nuevo Chino y sus dos semanas de vacaciones, Pardo abandonó China el 17 de enero para iniciar un viaje por varios países asiáticos. Tras visitar Camboya, en Vietnam ya comenzó a recibir las primeras noticias del coronavirus chino y su propagación. La dirección del colegio le comunicó que sus vacaciones se alargaban a un mes. «Nos dijeron que si podíamos permitirnos estar fuera de China, que era mejor, que la situación era complicada», recuerda el segoviano. Les dijeron que la escuela estaría cerrada, al menos, hasta el 19 de febrero, de manera que Pardo y otro compañero, también profesor, de Valencia, optaron por regresar a España.

Las noticias procedentes de Huaqiao han desaconsejado cualquier intento de regreso, pese a que en Kunshan apenas se han contabilizado 80 personas contagiadas y la ciudad se sitúa a unos 880 kilómetros por carretera de Wuhan, epicentro de la epidemia. «Mis compañeros profesores que están en China —dice el profesor segoviano— tienen todos los días que tomarse la temperatura y mandársela a nuestros líderes de la escuela. Me cuentan que si salen y van a un restaurante o a comprar, también te miden la temperatura y si pasas de 37,3 grados, les mandan hacerse pruebas».

Paralizado. Las informaciones que llegan del gigante asiático hablan de un país paralizado. «Toda la población tiene que pasar cuarentena en sus casas. Y tengo compañeros que fueron a visitar a sus familiares a zonas afectadas y están encerrados, no pueden salir de allí», afirma Pardo que, casualmente, en el momento de la charla recibe un comunicado de su colegio.  «Nos dicen —desvela— que en Shanghái continuarán las clases on line al inicio de marzo, así que, al 90%. seguro que nosotros también».

Pardo, con un grupo de amigos de Segovia, frente al centro de enseñanza.Pardo, con un grupo de amigos de Segovia, frente al centro de enseñanza. - Foto: D.S.

Cuando Pardo regresó a España solo se lo comunicó a un familiar para que le fuera a recoger al aeropuerto. Luego fue casa por casa, trabajo por trabajo, informando de su llegada. «Asustan mucho las noticias, aunque, depende de la zona de China donde estés, hay más o menos riesgo», afirma. Fue cuando el alcalde de Torrecaballeros, Rubén García, a la vista de su situación, le ofreció la posibilidad de usar el gimnasio del colegio para preparar las clases on line y que los alumnos chinos de Pardo pudieran continuar con su formación, aunque fuera en su domicilio. «Tenemos que seguir dando las clases sin perder la programación. En el caso de otras materias es más sencillo, pero en este caso, la educación física es algo más complicado».

«Cuanta más capacidad respiratoria tengas, mejor para defenderte del virus, pero mis clases se tienen que desarrollar en un espacio de entre 4 ó 6 metros de largo por dos metros de ancho, el espacio que tienen en sus casas los alumnos, no es algo sencillo», comenta Pardo, que no tiene miedo en volver a China. «A día de hoy, este virus afecta, como la gripe, a las personas más débiles. Yo siempre hice deporte, atletismo, cuido mi salud y alimentación. En teoría sería de los últimos en caer, pero nunca se sabe...».

No conoce ningún segoviano en China, aunque, según dice, en la ciudad de Shanghái existe un grupo de unos 400 españoles, algunos amigos suyos. «En este grupo no hay miedo, estamos bastante tranquilos, aunque sí es preocupante tener que estar en casa en una cuarentena de al menos 14 días, tener que pedir comida a domicilio, no poder salir, sentirse encerrados… hay preocupación».