Miedo al parón y parón por miedo

Sandra Segovia
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Asetra se desmarca del paro convocado a partir del próximo lunes · Además de los que secunden la huelga, hay transportistas que pararán por miedo a las represalias

Miedo al parón y parón por miedo

La Plataforma Nacional en Defensa del Sector del Transporte ha anunciado un nuevo paro indefinido en el sector desde la medianoche del domingo al lunes 14 de noviembre. Esta convocatoria viene motivada, principalmente, por el incumplimiento por parte de los cargadores de la ley de costes, que prohíbe trabajar a pérdidas, así como por el aumento de los costes en el sector que no se ha conseguido solucionar con las ayudas que ha puesto en marcha el Ejecutivo.

Pero no todos los transportistas están de acuerdo.  La Federación de Empresas de Transporte de Mercancías por Carretera (Fetracal), que reúne a asociaciones provinciales de Valladolid, Palencia, Segovia, Salamanca, León y Zamora, se ha desmarcado de este parón. Y  desde la Agrupación Segoviana Empresarial de Transportes (Asetra), que representa a 400 empresas de la provincia, también han anunciado que no secundarán este paro patronal ya que consideran que se están produciendo avances importantes desde los acuerdos alcanzados en diciembre del año pasado.

Al margen de las federaciones y agrupaciones, muchos pequeños empresarios y autónomos tampoco comparten los motivos para secundar este parón. 

Sonia Brañas, transportista autónoma, revela que su camión se va a quedar parado, no porque vaya a secundar la huelga, sino por miedo.  «Tenemos un montón de compañeros a los que les han rajado lonas, ruedas o que les han tirado piedras», desvela entristecida.  «Si el parón no se desconvoca, el camión se va a quedar parado pero no porque secundemos la huelga, sino por realmente miedo a que nos hagan algo». Pero el miedo no es sólo por lo material, sino también por ellos mismos, física y psicológicamente ya que Sonia recuerda como si fuera ayer la agresión que sufrió uno de sus compañeros de sector en Villacastín durante la huelga convocada en marzo de este mismo año. «El hombre no podía parar porque su jefe le había mandado seguir», cuenta. Por ello, varias personas pertenecientes a uno de los piquetes hicieron al camionero parar y bajarse de su vehículo, para posteriormente ser agredido físicamente.

Este mismo miedo le comparte José Ramón Fraile, también transportista autónomo. «Voy a parar porque en el problema que tengo yo es que yo voy a las grandes superficies como puede ser Amazon o los polígonos, que es donde estarán los piquetes, y tengo miedo por las represalias», revela. «Todo lo que le pase al camión lo tengo que asumir yo», explica. «Parto de la base de que mientras esos señores estén en ciertos polígonos, a esas empresas sé que no voy a ir. En Seseña tengo un cliente, allí la otra vez no tuve problemas. Iba, acojonado, pero iba y le podía dar servicio, pero a Torrejón de Ardoz no podía ir por los piquetes. Te ves indefenso».  Fraile señala que no comparte las formas en las que se realizan estas huelgas. «Lo de atacar los camiones no está bien, más siendo compañeros».  

Por su parte, Víctor Fernández, uno de los propietarios de Segotransfer, empresa que cuenta con una flota de más de 20 camiones, explica que a pesar de que la convocatoria de huelga de transportistas siga adelante, en su negocio no van a parar. 

«Desde mi punto de vista particular la huelga va a tener poco seguimiento porque esta asociación es minoritaria y a parte de eso, su presidente, Manuel Hernández, se adjudica méritos que no tiene. Los vehículos que paren puede ser por dos motivos: la fiscalidad que tienen, que si están en módulos se pueden pasar y van a decidir parar por propia iniciativa y no por el seguimiento de una huelga; y habrá gente que parará por miedo. Pero este señor -refiriéndose a Hernández- va a utilizar todos los camiones que haya parados para su propia estadística», sentencia. 

 

SONIA BRAÑAS
Transportista autónoma
«En mi casa se come del camión»

Sonia Brañas es transportista, y autónoma. Su marido y ella trabajan desde hace 25 años con el mismo camión, por lo que en su casa 'comen' de él. «En mi casa se come del camión. Hemos criado dos hijos, los dos han estudiado y todo ha salido del camión, igual que la casa, los coches, las vacaciones..».

Para Sonia y su marido, el camión lo es todo. Y por eso le van a dejar parado durante la huelga de transportistas.  Una decisión que la cuesta tomar debido a que el camión es el motor económico de todo su núcleo familiar, pero es algo que ya tuvo que afrontar también durante la huelga convocada en marzo. «Fueron tres semanas en las que tienes que estar esperando a ver si a esta gente se les aclara un poco las ideas y son conscientes y razonables de lo que piden, porque hay cargadores que están cumpliendo, aunque no generalizo, y muchos de los problemas provienen de las cadenas de intermediarios que se quedan con los viajes y luego los venden a precios que no cubren gastos».

Ella tiene suerte y revela que en su familia nunca han tenido la sensación de trabajar a pérdidas, pero que «no se gana lo que se tiene que ganar». «Tenemos unos márgenes comerciales muy pequeños; tenemos que hacer encaje de bolillos todos días» para que salgan las cuentas.

En lo que respecta a la bonificación de 20 céntimos que el Estado aplicó a los carburantes, Sonia explica que «la subida tan grande de precios ha absorbido esa bonificación». Pero todo tiene su lado bueno. «Toda ayuda es bien recibida», aunque el gasoil no es lo único en lo que los precios se han disparado. «Hemos tenido que comprar un juego de ruedas para el camión y han sido 3.000 euros más de lo que hubiera sido el año pasado», desvela. 

En lo que respecta al cumplimiento de la prohibición de carga y descarga de mercancías, explica que su el tipo de transporte que realiza es basculante, una de las excepciones a esta norma. «Por lo que sé de compañeros hay plataformas que sí que lo están cumpliendo y hay otros en los que no. La semana pasada en una fábrica de piensos a un compañero le dijeron que ayudara a descargar, y él dijo que no. Le dijeron que allí no volviera».

 

JOSÉ RAMÓN FRAILE 
Transportista autónomo
«Si me compran ahora el camión, lo vendo»

José Ramón Fraile es transportista autónomo. Al igual que Sonia, señala que en su caso particular no está trabajando a pérdidas aunque considera que «una gran mayoría, sí». A esto se suma el «descenso de la demanda». «Faltan muchos conductores pero falta mucho trabajo», explica. 

«Yo si me compraran ahora el camión, lo vendo. Ipso facto», desvela convencido. Uno de los principales problemas que ve en el sector es que ellos no pueden repercutir el aumento de los precios, como es el caso de los carburantes, al cliente; pero las empresas sí lo repercuten».

«Además, hay plataformas en las que te ofrecen un precio fijo por viaje y ahí tú no puedes incluir el incremento del gasoil, y si te interesa bien, y si no también». 

«Mucha gente sí que coge trabajos a pérdidas. He hablado con compañeros que por un viaje de Toledo a Segovia le pagan 60 euros, cuando tendría que costar hoy por hoy, mínimo, unos 400 euros para que  salga rentable», explica. «Viajes que se cogen porque tienes que volver a casa desde Toledo, y ese gasto ya le tienes sí o sí». 

En su caso, es él mismo el que tiene que descargar su camión, pero revela que hay plataformas que sí que siguen haciendo a los transportistas descargar. «Siempre parecemos los tontos del barrio. Si quieres salir, descárgate tú», revela.
 

A pesar de esto, José Ramón no va a secundar el paro patronal indefinido convocado y espera que no se alargue tanto como pasó en el mes de marzo, cuando las huelgas paralizaron el país durante 20 días. 
«Yo creo que ahora no tiene tantos amigos como entonces, es más el boca a boca, pero vamos a verlo», explica. «Se han hecho muchas cosas, cosas que ya estaban horneándose pero que con la huelga de marzo de este añose han adelantado, pero las maneras y las formas no son esas», sentencia.

 

VÍCTOR FERNÁNDEZ
Propietario de Segotransfer
«Sin la ayuda de los combustibles sería un caos»

Víctor Fernández es uno de los propietarios de Segotransfer, una empresa con 23 camiones dedicada al transporte de mercancías.

Él explica que a pesar de ser un sector con unos márgenes «lo más ajustados posibles», no trabajan a pérdidas pese al aumento de los costes «de todo». En porcentaje, el precio de mantener un camión ha subido entre un 20 y un 25 por ciento, «y eso sin hablar del personal, que también hay que subirle el sueldo porque todos los costes repercuten en la vida de las personas, si se le mantiene el mismo salario es una pérdida de capacidad económica para ellos. Este es un tema del que casi no se habla pero que también es importante porque supone otro gasto», a lo que además se añade el aumento continuo en el coste de los carburantes. 

El propietario de Segotransfer revela que «sin la ayuda en el coste de los combustibles, la situación sería un caos y podríamos haber entrado en unas pérdidas que fueran inasumibles», por lo que considera que era «absolutamente necesaria».

En lo que respecta al cumplimiento de las leyes, señala que «en la mayoría de los casos» se está cumpliendo con la normativa, como es el caso de la carga y descarga aunque «hay alguna excepción, ya sea porque la empresa es pequeña y no tiene personal, por desconocimiento o porque se la han saltado. Pero son casos aislados». Fernández incide más en el tema de las esperas, considerando que es algo «que queda pendiente».

«El tema de las esperas es más complicado porque es difícil de seguir si realmente nos están dejando parados en las puertas de los clientes», señala. 

A pesar de esos remates que quedan para que se cumpla la ley, Víctor se muestra contundente y no secundará ni parará durante la huelga a pesar de que en el parón convocado el pasado mes de marzo, cuando tampoco interrumpieron su trabajo, tuvieron algún problema al paralizarles alguno de los camiones, además de que alguno de sus conductores fueron amenazados verbalmente.