Fiscalidad sin límites

SPC-Agencias
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Los españoles destinan de media casi el 40% de su salario bruto a impuestos y cotizaciones, frente al 34% de los ciudadanos de la OCDE, más el 21% de IVA en sus compras o el 60% en productos como la luz o los carburantes

Fiscalidad sin límites

En plena fase de la Declaración de la Renta, pocos son los contribuyentes españoles que confiesan pagar de buen grado al fisco, especialmente en el momento actual, con una inflación disparada que ha encarecido la mayoría de los productos con una tributación en máximos históricos. Así, a la ya de por sí alta presión fiscal que existe en España se suma ahora la falta de equiparación de los salarios con el IPC o la cerrazón del Gobierno para deflactar el IRPF de una forma temporal para que las clases medias y quien menos ingresos tiene pueda compensar la pérdida de poder adquisitivo y poder llegar a fin de mes.

La tributación actual no tiene límites ni entiende de crisis, sino más bien todo lo contrario. A los impuestos del Estado como el IVA, el de la energía o los carburantes, hay que añadir también los locales como el IBI, la tasa de basuras, el impuesto de circulación, plusvalías, así como los regionales. Y si eres autónomo o una empresa la carga es aún mayor.

 En este contexto, el 39,3% del salario bruto de los trabajadores españoles solteros y sin hijos se destinó al pago de impuestos y cotizaciones a la Seguridad Social en 2021, frente a una cuña fiscal media del 34,6% para el conjunto de ciudadanos de países pertenecientes a la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), según el reveló recientemente el informe Taxing Wages publicado por el think tank de las economías avanzadas.

España se sitúa en el decimosexto puesto de los territorios con mayor gravamen tributario de la OCDE, en un ranking encabezado por Bélgica, donde a los trabajadores solteros y sin hijos se les retiene el 52,6% de su salario. Por detrás de Bélgica, las naciones con mayor diferencia entre salario bruto y neto son Alemania, donde se retiene el 48,1%, Austria (47,8%), Francia (47%), Italia (46,5%), Eslovenia (43,6%), Hungría (43,2%), Finlandia (42,7%), Suecia (42,6%), Portugal (41,8%), Eslovaquia (41,3%), Letonia (40,5%) y Luxemburgo (40,2%).

Por contra, los Estados de la OCDE con gravámenes fiscales más bajos en 2021 eran Colombia (0%), Chile (7%), Nueva Zelanda (19,4%), México (19,6%), Suiza (22,8%), Corea del Sur (23,6%), Israel (24,2%), Australia (27,1%), Estados Unidos (28,4%) y Costa Rica (29,2%).

Se trata de unos datos que no se pueden analizar de una forma aislada, puesto que hay que tener en cuenta lo que los ciudadanos perciben después de pagar al fisco. Así, por ejemplo, el salario mínimo mayor de la UE corresponde a Luxemburgo, con 2.257 euros al mes, por delante de Irlanda, con 1.775 euros mensuales, seguido por Holanda en tercer lugar, con 1.725 euros. En cuarta posición, se sitúa Bélgica con 1.658 euros al mes y cierra el top cinco Alemania con 1.621 euros mensuales frente a los 1.000 de España.

A esta realidad hay que añadir el impacto que va a representar en las familias el anuncio de una subida de los tipos de interés como ya ha ocurrido, por ejemplo, con el euríbor, que está encareciendo las hipotecas entre 600 y 1.200 euros al año.

Recomendaciones

En definitiva, los economistas recomiendan estudiar la situación que ha diezmado la clase media de España en los años de crisis con una elevada fiscalidad y adoptar medidas como han hecho otros países entregando cheques para aliviar las pérdidas y desajustes de los últimos años y, sobre todo, recortar el gasto público como hace cualquier ciudadano en su casa. 

Entre los consejos de los expertos están bajar impuestos para que sean los contribuyentes los que tengan el dinero y puedan consumir y deflactar el IRPF para no agravar más el poder adquisitivo de las familias.