Luquero espera que se pueda celebrar el programa navideño

D. A.
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Confía en mantener la Carrera de Fin de Año, la cabalgata y el resto de eventos, pero pendiente de las restricciones que pudieran imponerse y que "por supuesto" acataría. Para la 'tardebuena', la Policía Local controlará el aforo de la Plaza Mayor

La Plaza Mayor, durante una 'tardebuena' previa a la pandemia.

La alcaldesa de Segovia, Clara Luquero, señaló el jueves que el Ayuntamiento cuenta con celebrar una programación navideña «convencional». Al menos de momento, y obviamente siempre a expensas de lo que determinen las autoridades sanitarias, que no han aplicado nuevas restricciones para este puente, pero no puede descartarse que las pueda haber después, en función de cómo evolucione la incidencia de contagios y, sobre todo, el impacto que tenga sobre las hospitalizaciones.

"Esperamos poder desarrollar toda la programación, a ver cómo evolucionan los datos de la pandemia", respondió al ser preguntada por la prensa durante su habitual comparecencia de los jueves tras la sesión de Junta de Gobierno Local. "Por un lado, el Ayuntamiento ha preparado una programación convencional, y más teniendo en cuenta que los actos que concentran a más público son en la calle, caso de la carrera de fin de año o la cabalgata. Eso sí, siempre con la recomendación de que todo el mundo lleve mascarilla", precisó. "Tenemos la intención de celebrar esas actividades, pero la evolución de la pandemia dirá, y si llegan medidas restrictivas actuaremos en consecuencia. Hemos sido cumplidores hasta el punto de suspender las dos Ferias y Fiestas de San Juan y San Pedro, y de no hacer nada de programación navideña del año pasado más que cosas pequeñas y puntuales", recordó. Por tanto, "si la incidencia de la pandemia evoluciona negativamente y llegan restricciones por parte de las autoridades sanitarias, que nadie dude que actuaremos en consecuencia", incidió.

En cuanto a la ya prácticamente clásica 'Tardebuena', el vermú largo del día de Nochebuena que llena la Plaza Mayor y que nada tiene que ver con el programa oficial, pero ahí está cada año, Luquero matizó que ningún hostelero ha solicitado al Ayuntamiento ningún permiso especial por este evento, pero cuenta con la posibilidad de que se celebre, aunque sólo sea por la inercia de los ciudadanos, así que avanzó que la Policía Local controlará los accesos para evitar excesos con los aforos.

En cualquier caso, lo cierto es que ni siquiera la hostelería puede tener claro cómo llegará a las próximas navidades. Sanidad lleva semanas destacando que la prioridad ahora es la vacunación, por encima de las restricciones, e incluso la semana pasada apuntó que si se llegara a aplicar el pasaporte covid, sería para restringir las entradas en los hospitales y en los albergues, nada más.
Este jueves, sin embargo, el vicepresidente de la Junta, Francisco Igea, avanzó que el jueves de la semana que viene se estudiará la aprobación de esta medida en Consejo de Gobierno, y que para entonces pueden ser más las actividades que se vean condicionadas. «Se va a debatir su implantación la semana que viene, pero hasta entonces no puedo adelantar el sentido de la decisión», matizó al ser preguntado por ello.
La clave de este cambio está también en el hecho de que el Tribunal Supremo haya aceptado el recurso presentado por el Gobierno del País Vasco contra la decisión del Tribunal Superior de Justicia de esa Comunidad, que le había impedido exigir el certificado covid para acceder a locales de ocio nocturno y restaurantes con capacidad para más de 50 comensales. Ahora sí se puede, y en Castilla y León no se descarta seguir esa línea u otra parecida.
Por otro lado, preguntado como profesional sanitario por su opinión ante el debate abierto a nivel europeo sobre la posibilidad de establecer la vacunación contra la covid como obligatoria, Igea se mostró contrario. En primer lugar, por preservar los derechos del paciente, y también por considerar que «lo importante no es la obligatoriedad, sino la efectividad de las medidas que se toman». «Si tuviéramos necesidad de tomar la decisión de hacer vacunación obligatoria es que habríamos perdido muchas cosas en la batalla contra el virus, como es la confianza de la población», añadió.