Los gigantes, gigantillos y cabezudos de Segovia, algunos con orígenes en los siglos XVIII y XIX, han rendido homenaje este sábado a quien fue su custodio, Juan Antonio Sanz, recientemente fallecido, miembro del grupo de títeres 'Libélula' y colaborador del Festival Internacional de Títeres 'Titirimundi'.

Junto a los inseparables músicos 'Los Silverios', una saga familiar que desde 1942 acompaña a estas figuras festivas a los sones de dulzaina y tamboril, han recorrido las calles principales de la ciudad hasta la Plaza Mayor, este año con un crespón negro en señal de luto y acompañados de numeroso público.

A los pies de la casa consistorial los porteadores de los gigantones junto a la hermana e hija del homenajeado, Marina y Elvira, respectivamente, así como la alcaldesa de Segovia, Clara Martín, y el concejal de Cultura, Alberto Espinar, han escuchado la entradilla, una melodía popular recopilada por el folclorista Agapito Marazuela, en compañía de amigos del fallecido como la directora de 'Titirimundi', Marian Palma.

Gigantes y cabezudos de rinden homenaje a Juan Antonio

Todos los miembros de la comparsa, que tiene antecedentes en la procesión del Corpus, en el siglo XVII, donde se celebraba la exaltación del Santísimo, han danzado una jota castellana en la Plaza Mayor como homenaje a Juan Antonio Sanz, constructor de teatrillos y autor de las marionetas del grupo Libélula, algo inusual porque, generalmente solo bailan Frutos y Fuencisla

Además de regresar cada año desde su Sevilla natal para preparar y acompañar a la comparsa en las fiestas de San Juan y San Pedro, su fallecimiento le sobrevino cuando estaba creando un nuevo espectáculo de títeres sobre la Ópera Carmen.

Sabiendo que a Juan Antonio Sanz no le gustaría demasiada tristeza ni luto, tras el breve recuerdo, la comparsa ha vuelto a desfilar en honor de su custodio, labor que desempeñaba desde hacía más de dos décadas, siempre tratando de llevar alegría al público, terminando su itinerario bajo los arcos del Acueducto.