Un proyecto para dar el valor que merece al olivar tradicional

M.H. (SPC)
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El Grupo Operativo AOVE Tradicional, que llevará la tecnología blockchain a este cultivo y está coordinado por UPA, tratará de arrojar luz sobre el origen del virgen extra para el consumidor. China bate su récord de compras a España

Un proyecto para dar el valor que merece al olivar tradicional

E spaña es conocida a lo largo y ancho del mundo por muchos motivos y la gastronomía es, sin duda, uno de los más importantes. Lo es porque, además de contar con manos expertas para elaborar suculentas preparaciones, los ingredientes que manejamos en la cocina son de altísima calidad. Y entre estos ingredientes destaca, seguramente por encima de todos los demás, el aceite de oliva, y más concretamente el virgen extra (AOVE), estandarte de la dieta mediterránea.

Nuestro país es líder mundial en producción de este inigualable zumo de aceituna, con más de 2,6 millones de hectáreas de olivar y una producción media en los últimos diez años de 1,3 millones de toneladas (a pesar de la nefasta cosecha de esta campaña, que apenas va a superar la mitad de esa cifra), lo que supone alrededor del 45% de la producción mundial. Y ese aceite sale, en una gran parte, del olivar tradicional, que, según UPA, aporta aproximadamente el 70% de la producción total del país a mucha distancia de los intensivos y superintensivos.

Sin embargo, en ocasiones, para los consumidores no es sencillo reconocer el origen del virgen extra que encuentran en los lineales. De hecho, en la mayor parte de los casos el envase no especifica el tipo de cultivo del que proceden las aceitunas de las que se ha obtenido el aceite en cuestión, a pesar de que no se trata de un asunto baladí. Aunque la calidad pueda ser buena en cualquiera de los casos, las implicaciones sociales y medioambientales de los superintensivos e intensivos no tienen nada que ver con el olivar tradicional, que lleva siglos en nuestra geografía (como muchos de los árboles que lo conforman), genera biodiversidad, (sobre todo en el modelo ecológico, que se extiende cada vez más) y ofrece muchos miles de jornales anuales a las gentes de las zonas donde se cultiva.

Un proyecto para dar el valor que merece al olivar tradicionalUn proyecto para dar el valor que merece al olivar tradicionalPara defender esta manera de hacer aceite y con el objetivo de aportar transparencia y valor a la cadena de producción del AOVE ha nacido el Grupo Operativo AOVE Tradicional, que va a hacer uso de tecnologías innovadoras como el blockchain. Esta semana se ha celebrado en Madrid la primera reunión de trabajo de este proyecto, que tendrá una duración de dos años y está coordinado por la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), además de contar como socios con Grupo MIGASA y Wealize. Asimismo, participarán la Universidad de Jaén -como miembro subcontratado- y la cadena de supermercados LIDL -en calidad de miembro colaborador del proyecto-.

«Es un hito que toda la cadena de producción del sector del aceite de oliva se encuentre representada: desde la producción de las aceitunas y del aceite de oliva, hasta la puesta en el lineal», han explicado desde el grupo operativo. El proyecto persigue aunar esfuerzos en la valorización del producto y en la cooperación entre eslabones, incluyendo empresas líderes en sus segmentos que desarrollan sus actividades no solo en el ámbito nacional.

Entre las principales acciones del proyecto está la creación de una herramienta blockchain que ofrecerá al consumidor confianza sobre un producto de máxima calidad, producido en olivar tradicional y en explotaciones agrícolas con asesoramiento económico y medioambientalmente sostenibles. La idea pretende aportar innovación tecnológica (con la implantación de un proceso innovador), comercial (apostando por un posicionamiento diferente del producto) y social (dirigido a un sector con grave riesgo de exclusión, como es el olivar tradicional). El comprador podrá saber, en el momento de la adquisición, de dónde ha salido exactamente ese aceite, desde la parcela en la que se han cultivado las aceitunas hasta la almazara en la que se han exprimido. Esto, además de proporcionar garantías al consumidor, ofrece un valor añadido para el producto que genera el agricultor.

Un proyecto para dar el valor que merece al olivar tradicionalUn proyecto para dar el valor que merece al olivar tradicional - Foto: Javier PozoDesde enero de 2023 hasta febrero de 2025, el grupo operativo llevará a cabo un potente programa de ejecución, basado en veinte actividades diferentes que responden a distintos objetivos. El grupo tratará de profundizar en el conocimiento sobre tendencias, percepción de los consumidores respecto al aceite de oliva virgen extra en función de los sistemas y características de producción y descubrimiento de los elementos que les inspiran confianza.

La iniciativa, financiada por la Unión Europea, consta de tres fases. En la primera de ellas, que acaba de comenzar y se prolongará hasta el mes de junio, se pondrán los cimientos de las dos siguientes. Se reclutará a los agricultores que quieran participar, explicándoles los beneficios de la idea, que no son pocos. Además, la empresa Wealize, experta en blockchain, comenzará a desarrollar la plataforma que facilitará a los consumidores conocer la trazabilidad del aceite sin ningún tipo de posibilidad de error.

En la segunda fase, que se extenderá hasta el mes de junio del año que viene, se seguirá desarrollando esta plataforma y, además, gracias a la Universidad de Jaén, se llevará a cabo un estudio entre los consumidores que tratará de dejar claro cuál es la información que queremos encontrar en la etiqueta del aceite a la hora de comprarlo. En la tercera fase se diseñará un etiquetado acorde con lo averiguado en el estudio previo que, además, ofrecerá toda la información sobre la trazabilidad del aceite.

Durante los dos años que dura el proyecto, además, se estará muy pendiente de los agricultores que participen en él. Se les ofrecerá formación y asesoramiento para que sus cultivos se adapten a los nuevos tiempos (regadíos, técnicas agrícolas innovadoras...), haciendo hincapié en las nuevas incorporaciones, que serán, inevitablemente, las encargadas de asegurar el futuro del sector. Y se les hará ver que dar información al consumidor beneficia a toda la cadena, porque los potenciales compradores prefieren adquirir un aceite obtenido mediante técnicas tradicionales y respetuosas con el medio ambiente, de manera que cada uno de los eslabones, desde el primero hasta el último, podrá sacar provecho.

Gracias al proyecto será más sencillo diferenciar el aceite de oliva virgen extra de explotaciones de olivar tradicional, promoviendo la digitalización de la trazabilidad en la comercialización del producto y mejorando los resultados económicos de las explotaciones, favoreciendo al tiempo el relevo generacional, la creación o mantenimiento de empresas, el cultivo asistido y compartido y la incorporación de mujeres al sector. También se buscará mejorar la sostenibilidad ambiental de las explotaciones.

A china le gusta.

Por otra parte, las aduanas de China han publicado los datos correspondientes a las importaciones en los primeros nueve meses del año 2022. Datos que no pueden ser más positivos para el sector, asegura Pedro Barato, presidente de la Interprofesional del Aceite de Oliva Español: «En la pasada campaña (de octubre de 2021 a septiembre de 2022) exportamos al gigante asiático casi 46.000 toneladas de aceites de oliva, un 10,25% más que en la campaña anterior. Para que nos hagamos una idea precisa de lo que esa cifra significa, nuestro más inmediato competidor exportó 2.830 toneladas, 16 veces menos».

Este avance en las ventas ha permitido a China situarse este año como nuestro segundo comprador fuera de Europa, por detrás de Estados Unidos. Además, los chinos se aúpan hasta el quinto puesto absoluto de nuestros mejores clientes en el mundo, superando a Japón y Reino Unido, que tradicionalmente se disputaban ese puesto hasta el pasado ejercicio. Pero mucho más impresionante que el volumen de ventas es el valor de las exportaciones: «Alcanzan los 177 millones de euros. Eso significa que el valor ha crecido casi un 50% si lo comparamos con los datos de la campaña anterior».

Cifras que, para Pedro Barato, avalan el trabajo que llevan realizando las empresas españolas en ese mercado desde el año 2009 con el apoyo de la interprofesional. De hecho, el pasado domingo, coincidiendo con la celebración del Año Nuevo Chino, culminaba la primera fase de la promoción que se lanzó hace ahora cuatro meses: «El eslogan de la nueva campaña en China es muy sencillo: 'Aceites de Oliva de España. La Nueva Moda'. Esperamos que dé sus frutos. Estamos convencidos que China será un país de futuro y de moda para los aceites de oliva de España».

De hecho, a pesar de que el aceite de oliva es un producto que en China solo está al alcance de un porcentaje ínfimo de la población (por debajo del 5%) debido a su precio, ese porcentaje supone muchos millones de personas en cifras absolutas. Esto significa que el país asiático tiene un enorme potencial, aún por explotar en gran parte, para el sector.

La campaña echó a andar el pasado mes de septiembre en un gran evento para la prensa en el que el chef y escritor gastronómico Hu Yuanjun realizó un showcooking, demostrando las aplicaciones de los aceites de oliva en la cocina local. Además, el nutricionista Chen Zhikun analizó las bondades nutricionales de nuestro producto en el contexto de la dieta china. A partir de ahí, se desplegaron diversas acciones protagonizadas por los anuncios y las espectaculares gráficas de campaña surgidas de la colaboración con el realizador y fotógrafo español Eugenio Recuenco, que ha producido tres piezas que destilan refinamiento y que posicionan nuestro aceite como objeto de deseo.

Sin lugar a dudas, las implementaciones más impactantes han sido las realizadas en las fachadas de algunos de los rascacielos más emblemáticos de Pekín (Wangfujing y Lafayette) y de Shanghái (Puerto Global, White Magnolia Plaza o el Metro City). Destaca, por su singularidad, la proyección del spot sobre las Global Harbour Towers de la capital económica del país, dos torres gemelas de casi 250 metros de altura. Sólo la campaña en medios tradicionales y el circuito de exteriores ha reportado más de 500 millones de impactos durante estos meses.

También se ha logrado un notable impacto en el público profesional de la mano de la plataforma digital Great Chef, con la que se organizó    un webinar dirigido a cocineros para que conocieran las posibilidades y beneficios de cocinar con aceites de oliva de España. El evento fue dirigido por el chef Li Dong, del restaurante pequinés Jing Yaa Tang, poseedor de una estrella Michelin. Fue un enorme éxito, con una audiencia de más de 200.000 usuarios.

También se han elaborado videorrecetas para Douying (TikTok chino) y Xiachufang (plataforma de recetas con más de 126 millones de seguidores) y una batería de contenidos extensa y diferencial, que cuenta con colaboraciones de expertos en nutrición y gastronomía e incluso ilustradores singulares. Cabe destacar también la colaboración con ocho influencers que suman más de siete millones de seguidores. Sin olvidar tampoco las actividades de relaciones públicas con las que se han alcanzado otros 2.000 millones de impactos. Todas las activaciones se han reflejado en la página web de Aceites de Oliva de España en el gigante asiático: www.xbyolive.com.