Festival Medusa: "El aire quemaba la piel como un horno"

A.M.
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El segoviano Miguel Mateo relata la experiencia vivida en la tragedia del festival Medusa Sunbeach, en Cullera

Miguel Mateo, a la derecha, junto a los amigos con los que acudió al festival. - Foto: D.S.

El segoviano Miguel Mateo, estudiante de tercero de Periodismo en la Universidad Carlos III, fue testigo del suceso que se registró en el Festival Medusa, en Cullera, donde se había trasladado con un grupo de amigos, que tenían una «espina clavada» al haberse suspendido ediciones anteriores debido a la crisis sanitaria.  La madrugada del sábado un reventón térmico provocó presumiblemente la caida de la estructura del escenario principal, ocasionando un fallecido, de 22 años, y unos 40 heridos, de los que cuatro fueron hospitalizados.  

Mateo ha relatado a este periódico que antes de producirse este fenómeno meteorológico la sensación era de bastante calor, el mismo que por la mañana, pese a ser más de las tres de la madrugada, cuando comenzó a levantarse polvo. Explica que «era un aire que te quemaba la piel, como cuando abres el horno y sale una bocanada, pero a mayor escala, por lo que pensamos que había un fuego al lado y venía de ahí». 

Con un aire aún con más fuerza y alta  temperatura los miles de asistentes, entre ellos el grupo de segovianos que se encontraba en el escenario principal, comenzaron a ver volar trozos de plástico, hasta que paró la música y empezaron a percibir la gravedad.  Al llegar al camping, dos días antes, a Mateo ya le había llamado la atención que aún se estuviera montando la estructura del escenario y que, sobre las diez de la noche del viernes, seis horas antes de la tragedia, cayera un trozo de escenario sobre una torre de altavoces. En el momento del suceso, Miguel Mateo no sintió miedo, aunque pudo ver a personas en el suelo y ambulancias, sino agobio e incertidumbre por la ausencia de información, tras ser desalojados. 

A la mañana siguiente, comenta que sí se asustó cuando se levantaron y el camping estaba vacío, pensando también en que se pudiera repetir el fenómeno anterior.  

Todo se fue calmando hasta que el Ayuntamiento de Cullera puso a disposición un polideportivo para  quienes permanecían y no podían regresra hasta el lunes, cuando partía el autobús contratado con la entrada que hacía una ruta con parada en Segovia.