El Consejo de Seguridad Nuclear ha desestimado la solicitud para la construcción de una planta de uranio en Retortillo (Salamanca) presentada por la empresa Berkeley, ante la escasa seguridad en las instalaciones y el almacenamiento de los residuos radiactivos, como recoge el informe técnico emitido por la entidad. Según el dictamen técnico del CSN que en la práctica supone la puntilla para el plan de la mina de uranio antes de la decisión final delGobierno, el proyecto «presenta escasa fiabilidad y en las elevadas incertidumbres de los análisis de seguridad de la instalación radiactiva en los aspectos geotécnicos e hidrogeológicos, de los que depende la verificación del comportamiento adecuado de diversos parámetros del proyecto».

El CSN remitirá ahora el dictamen técnico, de carácter vinculante, al Ministerio para la Transición Ecológica que deberá adoptar la última decisión, en un largo proceso que lleva diez años de tramitación desde su presentación, y que mantenía a los vecinos de la provincia salmantina a la espera. Un polémico proyecto que lleva fraguándose una década aproximadamente, cuando la empresa planteó su programa de actuaciones a los alcaldes de las localidades del Campo Charro e inició una tala de más de mil encinas centenarias, a pesar de no tener las autorizaciones necesarias para el proyecto.

Tras conocerse la decisión, Berkeley avanzó que defenderá «firmemente» su posición y «considerará» inmediatamente las «opciones legales disponibles», al tiempo que recordó que las autoridades competentes a nivel local, regional, estatal y de la Unión Europea han concedido más de 120 permisos e informes favorables. Por su parte, la Junta mostró su respeto absoluto al informe y entiende que el Gobierno paralizará el proyecto. 

Alegría ecologista

Una decisión que celebraron ayer Ecologistas en Acción, Greenpeace y el Movimiento Ibérico Antinuclear, e indicaron que supone el fin del proyecto minero de Berkeley y, con ello, el fin de la minería de uranio en España. También Stop Uranio celebró «enormemente» que el Consejo de Seguridad Nuclear «haya dado carpetazo definitivo» al proyecto y destacó que, después de una década, «ven luz al final del tunel».