Lo saben, la mujer del César además de honrada ha de parecerlo. Pero ni por esas aprenden. Son frecuentes los patinazos en política, torpezas que provocan un daño muy superior al objeto de la imprudencia más que de la falta. Un caso que está levantando gran polvareda es el que protagoniza el alcalde de León, el socialista José Antonio Diez, quien cometió la torpeza de aceptar la invitación de una empresa catarí, Aspira, propietaria del club de fútbol La Cultural Leonesa, para visitar Catar acompañado de su mujer entre los días 3 y 7 de diciembre, durante la celebración del Mundial de Fútbol. Como es lógico, la oposición municipal se ha lanzado en tromba a pedir explicaciones, exigencia a la que el alcalde ha respondido con el argumento de que se trató de un viaje comercial previsto en el año 2020 y aplazado por la pandemia, con resultados positivos para la ciudad. El más importante, la colaboración en el equipamiento de una nueva ciudad deportiva en León. La empresa árabe habría ingresado ya 350.000 euros y otros detalles deberían haber sido concretados en una reunión mantenida ayer en la embajada del país árabe en Madrid.
En el supuesto de que todo esto sea verdad, que en absoluto hay por qué dudarlo a priori, tres torpezas habría cometido el alcalde. Viajar acompañado por su mujer, la «nefasta coincidencia» de hacerlo en días en los que se jugaban partidos del Mundial, y no haberlo anunciado previamente con profusión de datos y objetivos. Toda ocultación suscita sospechas.
Tamaña falta de astucia, cualidad que en política se vende con prima, recuerda aquel ridículo patinazo que le acabaría costando la alcaldía a Mario Amilivia. La imprudencia fue haber anotado la compra de gomina para el aseo personal, no tanto por el dispendio como por la asociación que el fijador de pelo tiene con la derecha más radical. Nunca proclamó Amilivia, sin embargo, la decisión de no aceptar el Seat León que la marca de coches le regaló en la presentación mundial de este vehículo en la ciudad. Así es la política de paradójica. Y así pueden ser sus resultados perversos.