No es una afición barata. Lo reconoce el segoviano Juan Pedro Velasco Sayago, que elude desvelar cuánto es lo máximo que ha pagado en una subasta para incorporar una pieza a su colección. «En una puja [por internet] se han pagado hasta 300 euros por una simple postal», señala el coleccionista, que atesora unas 2.000 tarjetas postales ilustradas fechadas entre 1898 y los años 50 del siglo pasado; una cifra que se duplica si se añaden las postales ‘de color’ fechadas hasta la década de los 80. 
Las «más modernas» no le interesan a Juan Pedro, que ha recopilado sus ‘joyas de papel’ en casas y ferias de libros antiguos, anticuarios y a través de internet, sea a precio fijo o a través de las ‘subastas’ que organizan plataformas como ‘ebay’ o ‘todocolección’. La de Velasco  es una colección singular: todas sus postales tienen a Segovia—especialmente la capital— como protagonista. 

Como si fueran ‘álbumes de cromos’, hace gala de la diversidad de su colección, desde aquellos primeros enteros postales —sin dividir y con el sello ya impreso— hasta tarjetas ilustradas con motivos monumentales de Segovia, con elementos de propaganda durante la Guerra Civil, las que incluyen anuncios comerciales de algún ‘bálsamo’ milagroso o ‘perfume incomparable’ o las que están ilustradas con la visita de algún monarca, caso de Alfonso XIII a la Plaza de toros de Segovia, en 1903 o de la que realizó el mismo rey, dos años después, a Riofrío, junto al presidente de la República francesa Émile Loubet. La colección de postales reflejaba la jornada de caza de la que disfrutaron aquel día.

Autor de dos libros de postales —‘Segovia, un recorrido de hace un siglo a través de la tarjeta postal’ y ‘La Sierra de Guadarrama en las antiguas postales’—, Velasco ofreció este año una conferencia en la Real Academia de Historia y Arte de San Quirce donde exhibió, acudiendo a su colección y a las de otros conocidos, hasta 194 cartulinas diferentes con la imagen de Segovia capital, fechadas entre 1879 a 1905. La ciudad del Acueducto siempre fue un motivo «recurrente» para la tarjeta postal por su carácter monumental y su cercanía a Madrid, que facilitaba la llegada de aquellos primeros fotógrafos contratados por las casas editoriales para ilustrar las postales que lanzaban al mercado.

Tarjeta postal enviada a Francia y con la firma del pintor Ignacio Zuloaga. - Foto: COLECCIÓN JUAN P. VELASCO

Velasco se dedica a reunir el conjunto de tarjetas postales ilustradas denominadas ‘de colección’, —lanzadas por una editorial, empresa o fotógrafo— numerada y de gran tirada o, sin estar ordenada numéricamente, formando parte de un «conjunto cuidadoso de imágenes». También están las ‘fotográficas’, dado que fueron muchos, profesionales y aficionados, los que utilizaron para positivar sus negativos una fina cartulina con dorso de ‘tarjeta postal’, incluyendo algunas el texto impreso de su negocio.

La colección la integran ‘cartulinas’ que tenían como destino o envío Segovia, tanto capital y provincia. La pieza más antigua de la colección es un ‘entero postal’, postales que llevaban impreso el sello y que se lanzaron en 1874, en la época de la I República. Velasco posee uno de estos enteros postales, la primera tarjeta de la Fábrica Nacional del Sello, con grabado de Joaquín Pi y Margall, que responde a un envío desde la localidad segoviana de Muñoveros, en 1875.

El segoviano posee decenas de postales de la primera época, entre 1897 y 1905, cuando las tarjetas estaban sin dividir, de manera que el texto solo se podía escribir delante, sobre la foto e ilustración, quedando libre el anverso para poner la dirección del envío, «que era entonces lo importante» para el servicio postal. Las ‘joyas’ son las tarjetas editadas antes de 1900, donde aparecía ya impreso el sello de Alfonso XIII de niño, el famoso ‘pelón’.

El coleccionista segoviano Juan Pedro Velasco. - Foto: Rosa Blanco

De los primeros editores (1897-1905) de postales de Segovia, destacan Hauser y Menet, casa madrileña que imprime sus colecciones y las de otras casas comerciales; José Lacoste (edita también como ‘J. Laurent’); el comerciante segoviano Barba Cañas; el fotógrafo Moya y el impresor Antonio San Martín. En ocasiones, las librerías segovianas pedían postales a las grandes casas comerciales y las ponían a la venta bajo su nombre como editor, caso de la Librería Religiosa ‘La Concepción’.

Otras veces, son los comercios los que encargaban postales y las regalaban a sus clientes; eso sí, incluyendo su propaganda, caso de la Perfumería Marcos, que utilizó postales para publicitar su agua de colonia Acueducto-Ambarada. De esta primera época son también el editor alemán Purger que comercializa las imágenes segovianas a través ‘Madrid-Postal’ y el editor suizo Photoblog Zürich ‘PZ’, mientras que existen otra serie de postales sueltas en las que distintas casas, segovianas o no, utilizan una imagen de algún monumento de la ciudad.

Posteriores a 1905, existen las colecciones de la casa Levy, conocidas como ‘LL’; la fototípia Thomas, de Barcelona; la colección de 80 postales de Grafos-Madrid, también impresa para Ediciones Nuño de Segovia; E.J.G., Madrid-Irún; la serie de Luciano Roisin, de Barcelona; la colección ‘Rincones Segovianos’, de Jesús Unturbe y la colección ‘Loty’ del fotógrafo Antonio Passaporte.

Tarjeta con la propaganda de Licores Cuesta, de Segovia. - Foto: COLECCIÓN JUAN P. VELASCO

Además de la interesante colección ‘The Hispanic Society of America’ del fotógrafo Edward Manuel Newman; en el primer tercio del siglo XX destaca otra «muy rara y curiosa», conocida como «la francesa». «Fue editada en Francia y son postales que solo circularon en el país galo. En ella encontramos muchos motivos de Segovia y de distintos pueblos segovianos. Fue utilizada para propaganda de casas comerciales, para publicitar desde una pastelería o chocolataría hasta unos grandes almacenes”.

La firma de Zuloaga. En el ‘baúl’ de Velasco se pueden encontrar postales de ‘la francesa’, mientras guarda con especial cariño otra, precisamente con destino al país vecino, fechada en los años 20, donde aparece la firma del pintor Ignacio Zuloaga, en una postal que muestra la imagen de la iglesia de San Juan de los Caballeros, donde su tío Daniel tenía el taller de cerámica.

A partir de los años 40 las casas editoriales se multiplican al mismo tiempo que las colecciones —García Garrabella, Arribas, Heliotipia Artística Española, Darvi, Royuela, Dominguez, Manipel, Ediciones Artísticas, Exc. CEME, Artigot…—, mientras que a partir de los 60 el color se implantó en la tarjeta postal.

Postales editadas por Hauser y Menet sobre Segovia, editadas antes de 1905. - Foto: COLECCIÓN JUAN P. VELASCO

Velasco admite que la dificultad estriba en recopilar las colecciones de postales que están sin numerar. Hauser y Menet editó millones de postales para toda España. Del millar que editó para su ‘colección general’, existen 49 numeradas sobre Segovia, aunque, en años posteriores, sacó otra serie en tacos, de 20 y 40, sin numeración. De ésta última serie, Velasco ha podido recopilar entre 80 y 100 postales de distintas imágenes relacionadas con monumentos de Segovia, aunque «al ir sin numerar, es una locura, no sabes realmente lo que hay», dice.

Las tarjetas postales con la imagen de Segovia están repartidas por todo el mundo, asegura el coleccionista, que ha conseguido estas ‘joyas de papel’ hasta en 40 países, en poder de particulares y casas editoriales, entre ellas de Francia, Reino Unido, Portugal, Rusia y Ucrania, aunque también de Estados Unidos.