Hotel de lujo y 4.400 m2 de nuevos inmuebles en Santa Cecilia

David Aso
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Los promotores proyectan un «destino internacional» de «turismo de nivel alto», e incluyen un edificio de más de 1.900 m²como centro de educación ambiental y de ocio con albergue «para niños y empresas»

La finca Santa Cecilia se caracteriza por la imagen típica del palacio junto al embalse, pero abarca más de 55.000 metros cuadrados de superficie. - Foto: Rosa Blanco

'La finca del Palacio de Santa Cecilia vuelve a la vida', se titulaba el comunicado que, el 19 de febrero de 2021, difundían los promotores del ambicioso proyecto de recuperación de este espacio de San Ildefonso ubicado junto al embalse del PontónAlto, días después de firmar el contrato de alquiler con la propiedad, Patrimonio Nacional. Los trabajos previos ya los iniciaron en esas fechas y las obras las esperaban en pocos meses, pero no todo está siendo tan rápido como pensaban cuando lanzaron aquella nota. De hecho, la intervención prevista es de tal magnitud que puede requerir dos o tres años, según precisaron entonces a El Día, pero la fase previa de trámites, informes y autorizaciones también está siendo larga, con el proyecto pasando actualmente la fase de exposición pública, y con opción de que los interesados presenten alegaciones hasta finales de este mes.

Detrás de la iniciativa se supo también entonces que había un equipo multidisciplinar que, constituido con la sociedad Calma Deco como promotora, planeaba rehabilitar tanto el propio palacio como los edificios adyacentes, además de reforestar la finca y, «con ella», propiciar «la vuelta de especies de flora y fauna autóctonas perdidas por el paso del tiempo». «Se pondrá especial énfasis en el desarrollo de espacios para niños, destinados a un aprendizaje saludable a través de distintos talleres de escritura, pintura, música y otras disciplinas enraizadas en la tradición de los talleres artesanos que significaban, y algunos todavía lo hacen, gran parte de la actividad del Real Sitio de San Ildefonso», destacaban en aquel comunicado de febrero de 2021. No explicaban más sobre papel, aunque en días posteriores añadieron a preguntas de la prensa que la idea era «acoger colonias o estancias de niños y alternar esta actividad con un uso hostelero»; y que al frente estaba David Beltrán, empresario de larga trayectoria internacional en diseño e interiorismo, quien de niño estudió como interno en el antiguo colegio que los Hermanos del Sagrado Corazón mantuvieron precisamente en Santa Cecilia entre los años 60 y 80 del siglo pasado. Pero es ahora, con el proyecto en fase de información pública, cuando se puede consultar su contenido (proyecto básico, planos y estudio de impacto ambiental) y empezar a vislumbrar su dimensión con algo más de claridad.

Por de pronto, aparte de la rehabilitación del palacio de Santa Cecilia y otros inmuebles existentes, que suman algo menos de 3.800 metros cuadrados de superficie construida, el proyecto incluye casi 4.500 m2 más repartidos en nuevas edificaciones. El propio palacio, que data de principios del siglo XX, se prevé ampliar con la construcción de un edificio anexo para convertirlo en un hotel de cinco estrellas de 15 habitaciones con restaurante y spa, destinado a «turismo de alta calidad de familias y grupos, así como de encuentros empresariales», junto con una treintena de cabañas u otro tipo de alojamientos rústicos repartidos por la finca. Por otro lado, la antigua Casa de los Guardeses y las Caballerizas se reconvertirán en un hotel rural y en su restaurante, respectivamente. Y en otra parte de la finca, un edificio de casi 2.000 m2 ideado como centro de educación ambiental, con albergue para niños y empresas. 

El palacio tiene 2.157 m2 de superficie construida repartida en cuatro alturas, sótano incluido, y se prevé que pase a 2.884 m2 añadiendo la construcción de un edificio anexo.El palacio tiene 2.157 m2 de superficie construida repartida en cuatro alturas, sótano incluido, y se prevé que pase a 2.884 m2 añadiendo la construcción de un edificio anexo.

En esencia, el proyecto en su conjunto se concibe como «un centro de turismo, ocio y espacio sostenible de educación ambiental», y en la práctica aspira a convertirse en «objetivo de destino internacional» orientado fundamentalmente a «turismo de nivel alto, tan necesario para el desarrollo deseado», tal y como se recoge en el proyecto básico.

CASI 7,4 MILLONES DE EUROS DE INVERSIÓN. Según el pliego de condiciones que rigió el concurso que convocó en su día Patrimonio Nacional, quien se interesase por arrendar esta finca debía garantizar una inversión mínima de un millón en la rehabilitación, aparte de 300.000 euros por todo el periodo de vigencia del contrato, con un tope de 20 años más una prórroga de otros 20. Y los términos en que se terminó cerrando definitivamente el acuerdo no llegaron a trascender, pero ahora la inversión global ya se estima en casi 7,4 millones, contando 'sólo' el presupuesto de contrata: es decir, la ejecución material de los trabajos, cifrada concretamente en 6.213.994 euros, junto con una previsión de gastos generales de 807.919 (el 13%) y un beneficio industrial de 372.839 (6%).

La superficie total de la finca en su conjunto asciende a 55.370 metros cuadrados, de los cuales hoy sólo 1.066 están ocupados por las edificaciones existentes; y con las nuevas, la ocupación se elevaría a 6.092, abarcando así el 11,39% del espacio, cuando los promotores consideran que, por normativa urbanística, podrían alcanzar el 50%.

Verja de entrada a la finca Santa Cecilia.Verja de entrada a la finca Santa Cecilia.

En la zona central de la finca se encuentra el palacio. La trampilla de la terraza del torreón ha permanecido muchos años abierta, permitiendo la entrada de agua al interior, lo cual ya puede dar una idea de su mal estado de conservación. Varias décadas de vandalismo y «saqueo» pesan además sobre un inmueble con forjados de madera muy deteriorados por las humedades, igual que la cubierta, y al que le llegaron a robar hasta las chimeneas; por algo estimó Patrimonio Nacional en un millón la inversión mínima. Asimismo, el plan de rehabilitación proyectado, al incluir la construcción de un edificio anexo, contempla que su superficie construida pase de 2.157 a 2.884 m2. 

El hotel de 5 estrellas se plantea con el palacio como edificio principal de un «todo homogéneo» que incluye otras 33 unidades de alojamiento dispersas por la finca. De estas últimas, 24 serán cabañas de madera «desmontables y absolutamente respetuosas con el entorno», y «destinadas a un turismo de tranquilidad y sosegado», según se precisa en el proyecto; cinco al norte del palacio y las otras 19 al sur, entre el palacio, el hotel rural (Casa de los Guardeses y Caballerizas) y la zona denominada como el patio de la acequia, donde se prevén otros ocho alojamientos. Es en la parte oeste de la finca, en la que se encuentra una plataforma de hormigón sobre la que se situaron en los años 70 las aulas del colegio, y sobre la cual se proyectan ahora estas ocho construcciones, de entre 40 y 50 metros cuadrados cada una, junto a otra de menor tamaño como edificio auxiliar. Se plantea levantarlas «con bloques sostenibles de arcilla prensada 'Fetdeterra', un producto innovador prefabricado con tierra cruda sin cocción que no genera residuos». La última unidad de alojamiento del hotel va aparte de las cabañas y las estancias de arcilla, «en el este de la finca y entre el bosque de frutales», y es un pabellón de 100 metros cuadrados previsto como suite.

Por otro lado, en el extremo sureste de la finca, y ocupando la entrada de esta, se plantea un hotel rural de seis habitaciones con la rehabilitación de la Casa de los Guardeses, un edificio de principios del XX al que se añadirá otro anexo. Su restaurante se acondicionará en las Caballerizas, y también se levantará otro inmueble de hormigón como espacio polivalente (estancia u ocio) de 100 metros cuadrados (10x10).

La piscina es una de las instalaciones existentes que se prevé rehabilitar. La piscina es una de las instalaciones existentes que se prevé rehabilitar.

ESPACIO EDUCATIVO. «El objetivo de sensibilización medioambiental presente en toda la propuesta queda especialmente materializado en el trisquelion, espacio concebido como centro de ocio y encuentro educativo», recoge el proyecto. Y apunta a ser de lo más llamativo por su tamaño y geometría. «Enfocado principalmente en la sensibilización y concienciación medioambiental, así como en una estancia lúdica para niños y empresas», se prevé en el extremo norte de la finca con una superficie construida de 1.938 metros cuadrados, y su nombre lo toma del símbolo celta en el que se inspiran sus formas, el trisquel: tres brazos en espiral que se unen en un triángulo central. Así, «este edificio se compone de tres elementos con forma de gota y 28 metros de diámetro, con patios circulares en el centro de 13 metros». «Se unen entre ellos mediante unos brazos o puentes de 7 metros de ancho que dejan en el centro una plaza central triangular de 17 de lado», continúa.

La finca también tendrá otras pequeñas edificaciones, unas ya existentes y la mayoría nuevas, para usos auxiliares como vestuarios, almacenes, cuartos de instalaciones, lavandería, un mirador… Y en total, 8.142 m2 de superficie construida, frente a los 3.759 actuales. Un proyecto ambicioso, no exento de complejidad, que apunta a ver luz en los próximos años; pero de momento en fase de exposición pública, de cara a la recepción de alegaciones, empezando por las que presentará el grupo municipal de Izquierda Unida de San Ildefonso, que ya las anunció el 28 de diciembre por considerar que lo que se plantea es «excesivo y desproporcionado».

ALEGACIONES. «IU San Ildefonso considera que dicho megaproyecto puede influir de manera sustancial en el futuro del municipio y lo considera excesivo y desproporcionado para ser denominado como sostenible», advertía en un comunicado. «Va a demandar muchos recursos, con evidentes impactos en la zona, y para nada es equilibrado o respetuoso con el medio ni basado en la educación ambiental, como citan sus promotores, por muchas intervenciones paisajistas que dicen tener planteadas».

«La propia documentación cita que su turismo será de alta calidad, es decir, excluyente para la mayoría de la población y la ciudadanía media, compitiendo con el Parador del municipio», añadía, al tiempo que lamentaba «que el Ayuntamiento no haya publicitado ni presentado ninguna alegación al proyecto».

«Precisamente Izquierda Unida está trabajando para presentar alegaciones, con el fin de que este plan se desarrolle de manera más acorde, eficaz y sostenible con el entorno», avanzó. La alternativa de IU pasaría por «respetar las edificaciones históricas existentes y rehabilitarlas sin necesidad de implementar nuevas construcciones, haciendo una repoblación correcta o respetuosa». Otra cuestión es que ese plan lo vieran viable los promotores, que de momento siguen adelante con el suyo, sin más trabas, al menos de momento, que los plazos administrativos.