Héroes de rescate

Sandra Segovia
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Enrique Arribas, natural de la localidad segoviana de Lastras de Cuéllar, ha participado junto a sus compañeros del Ericam en el rescate de dos personas en Alejandreta tras los terremotos de Turquía

Miembros del equipo del ERICAM, al que pertenece Enrique Arribas, buscan supervivientes entre los escombros que dejaba el terremoto de Turquía el lunes 6 de febrero

«Las imágenes allí eran dantescas, pero me siento orgulloso de mi trabajo», revela Enrique Arribas, bombero de la Comunidad de Madrid y natural de la localidad segoviana de Lastras de Cuéllar, quien ha participado  junto a sus compañeros de la Unidad Especial de Emergencia y Respuesta Inmediata (Ericam) en una misión de rescate en la zona turca de Alejandreta tras los temblores de magnitud 7,8 y 7,5 que asolaron el país la madrugada del lunes 6 de febrero.

En total, 40 efectivos del Ericam fueron movilizados a Turquía desde el lunes 6 hasta el miércoles 15 de febrero:  30 miembros del Cuerpo de Bomberos de la Comunidad de Madrid, cinco profesionales del Summa 112, cuatro guías caninos junto a sus cuatro perros y un veterinario de la unidad canina de Protección Civil de Las Rozas y de la escuela de Salvamento y detección con perros participaron en las labores de rescate.

«El mismo lunes por la mañana ya sabíamos que había sido algo muy gordo y que probablemente nos desplegaran allí. Y así fue. Cuando llegué a la base por la mañana solo faltaban los trámites administrativos y la preparación del material», revela Arribas. 

Miembros del equipo del ERICAM, al que pertenece Enrique Arribas, buscan supervivientes entre los escombros que dejaba el terremoto de Turquía el lunes 6 de febreroMiembros del equipo del ERICAM, al que pertenece Enrique Arribas, buscan supervivientes entre los escombros que dejaba el terremoto de Turquía el lunes 6 de febrero

Tras recibir los permisos, pusieron rumbo a  la zona de Alejandreta. «Era una zona bastante afectada y nada más llegar nos dividimos en dos grupos, uno de ellos fue el encargado de montar nuestro campamento, mientras que el otro, en el que yo iba, se puso a trabajar».

En ese primer día recibieron una de las mejores noticias: entre los escombros  de uno de los edificios derrumbados se podía oír a un hombre. Las labores de rescate, en las que participó el equipo español, se ampliaron durante más de 13 horas debido a que la situación era peligrosa por miedo a las réplicas ya que el edificio se encontraba en un estado «muy inestable». Algo que, según el bombero segoviano, «es una de las cosas que hay que tener muy en cuenta. No vas a ir a rescatar para que luego te tengan que rescatar a ti», explica.

«Trazamos un plan y afortunadamente salió bien. Tuvimos que perforar dos forjados hacia arriba, hacer un túnel y volver a perforar dos forjados hacia la derecha. Ahí fue donde encontramos el espacio de vida (como llaman los expertos  a los lugares en los que, al derrumbarse un edificio, se puede quedar atrapada una persona) en el que estaba un hombre de 65 años con vida. En ese mismo espacio estaba su hijo, que había fallecido en el acto. Increíblemente su padre había sobrevivido horas allí». 

Miembros del equipo del ERICAM, al que pertenece Enrique Arribas, buscan supervivientes entre los escombros que dejaba el terremoto de Turquía el lunes 6 de febreroMiembros del equipo del ERICAM, al que pertenece Enrique Arribas, buscan supervivientes entre los escombros que dejaba el terremoto de Turquía el lunes 6 de febrero

El segundo de los rescates se realizó en los últimos días. Era una mujer de alrededor de los 50 años que estaba cerca de nuestro campamento» y que fue encontrada tras seis días bajo las ruinas gracias a que los trabajadores que hacían labores de desescombro en la zona escucharon sus ruidos. Éstos llamaron al Servicio de Búsqueda y Salvamento Turco, quienes a su vez contactaron con el Ericam para realizar un rescate conjunto. Una de las médicas de la unidad, Ester Armela, ha tachado de «milagro» el hecho de haber podido sacar a la víctima con vida. 

«La estadística es muy injusta y es que una persona sin agua una semana, tiene muy pocas esperanzas de vida. Pero allí se junta que la climatología no era nada adversa; no había mucha temperatura con lo cual sin agua se puede aguantar bastante más tiempo», revela Arribas. 
«Hemos tenido la enorme suerte de poder sacar a dos personas con vida», desvela. Y es que éstos han sido los dos grandes logros de los efectivos del Ericam, pero hay mucho trabajo detrás. 

«Hacemos búsquedas técnicas. Primero pasan los perros, que son nuestro olfato. Ellos solo huelen a personas vivas, y lo marcan cuando lo hacen. Es algo genial. Cogen una calle completa y la escudriñan en 20 minutos», explica. «Después hacemos una escucha técnica con un geófono, que es capaz de captar el sonido a muchos metros a través del hormigón. Está muy protocolizado, se manda callar a la gente y se debe permanecer muy quieto para que no haya filtraciones dentro de los sonidos. Entonces se determina si hay silencio. Además, se hace una especie de intercomunicación. Damos golpecitos y, si te responden, es que hay alguien vivo. Por último, marcamos el edificio», añade.

La jefa del Ericam, Annika Coll, explicaba tras su vuelta a España que ha sido un trabajo muy intenso, con pocas horas de sueño y mucha tarea que realizar. «El trabajo ha sido continuo porque sabes que cada hora es importante». «Sientes la impotencia de que haces todo lo que puedes y aún así no llegas», relataba. 

Las labores de búsqueda de víctimas en el país finalizaban entre el domingo 19 de febrero y el martes 21, dependiendo de la zona. Por el momento se han contabilizado más de 43.000 fallecidos en un episodio que se volvía a repetir durante la noche del lunes 20 de febrero. Dos nuevos temblores de 6,4 y 5,8 grados de magnitud con epicentro en Hatay hacían que se derrumbaran numerosos edificios que ya habían quedado dañados por los movimientos sísmicos de hace tres semanas, dejando seis nuevos fallecidos.