La baja ocupación del hospital palía el aumento de casos

David Aso
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Asistencia Sanitaria advierte que el aumento de los casos detectados suele repercutir sobre los ingresos con una demora de entre siete y diez días, pero matiza que siguen predominando los enfermos leves y asintomáticos

La baja ocupación del hospital palía el aumento de casos - Foto: Rosa Blanco

La lógica preocupación por el ritmo de notificación de nuevos casos de coronavirus, creciente si se observa la evolución desde agosto, aunque esta semana baje por ahora con respecto a la anterior (131 frente a 181 de lunes a jueves), contrasta con la situación del Complejo Asistencial de Segovia, que está entre los que menos presión soportan actualmente en la Comunidad. El pasado domingo Sanidad registraba 93 positivos por PCR en una sola jornada (93), la cifra más alta desde el 15 de abril (109), a la vez que se alcanzaba la mayor tasa de incidencia acumulada en siete días: 241 nuevos casos por cada 100.000 habitantes, más del doble que a principios de septiembre y una de las cinco más altas de España en ese momento, si bien ha descendido en los días posteriores (a 221 el martes, todavía entre las mayores del país). 

También se marcaba este jueves el récord de brotes activos: 43 repartidos por Segovia, Coca, Nava de la Asunción, Riaza, Cuéllar, Carbonero el Mayor o San Ildefonso, entre otros municipios, con 304 positivos vinculados en total. Y sólo en 5 de las 16 zonas básicas de salud ha bajado la incidencia de nuevos positivos con respecto al jueves de la semana pasada: Villacastín, Nava de la Asunción, Cuéllar, Navafría y Cantalejo. Destaca Riaza, con 25 nuevos positivos en siete días, frente a 15 en los siete anteriores, y una tasa de incidencia acumulada que escala hasta 41,60 por cada 10.000 tarjetas sanitarias, cuando el umbral mínimo del nivel naranja, que es el segundo más alto, está en 5. No obstante, ninguna zona de salud de Segovia está amenazada de confinamiento por ahora por no percibirse transmisión comunitaria, circunstancia que se produce si se pierde el seguimiento o la trazabilidad de los contagios. 

Tampoco debe olvidarse que ahora se hacen muchas más pruebas PCR que en abril (se detectan más del 70% de los enfermos, frente a apenas un 10% al principio de la pandemia) y predominan los casos leves y asintomáticos, de ahí que quede mucho margen hasta verse en la dramática situación de hace cinco o seis meses en el hospital, donde los pacientes covid llegaron a ser 341 el 2 de abril (317 en planta y 24 en la UCI), frente a la veintena actual (19 y 2, según datos del jueves). Contando pacientes ingresados por otras patologías, la ocupación en planta se sitúa en torno al 65% y en la UCI, al 41% de su capacidad actual.

Cierto es que inquieta la vuelta al cole, con cinco aulas confinadas en Primaria tras retomar las clases el 9 de septiembre: dos en el CEO Virgen de la Peña de Sepúlveda, una del colegio Teodosio el Grande de Coca, otra en el Agapito Marazuela de La Granja y otra en el CRA de Riaza. Hay casi 200 estudiantes y profesores afectados, y están por verse los efectos del inicio del curso de 11.400 estudiantes de Secundaria y Bachillerato desde el pasado lunes. 

Inquietan también los temporeros, ya que las campañas de la planta de fresa y la vendimia se intensificarán en las próximas semanas. Cualquier impacto de nuevas actividades como éstas sobre la incidencia global del virus en Segovia suele tardar de 10 a 14 días en empezar a manifestarse, pero toda inquietud es relativa cuando se compara el hospital segoviano con los de Madrid (allí las UCI sí que están ya por encima de su límite ordinario) o incluso con los de la mayor parte de Castilla y León. De hecho, ninguna capital de provincia de la región tiene menos pacientes covid ingresados, a pesar de que ninguna tiene más incidencia acumulada de nuevos casos en siete días.

«Estamos tranquilos con Segovia», decía este jueves la consejera de Sanidad, Verónica Casado, aunque no deja de preocupar lo que pueda afectar la cercanía de Madrid, que vuelve a tener la capacidad ordinaria de sus UCI desbordada.

«El aumento del número de contagios es obviamente preocupante», reconoce a El Día el gerente de Asistencia Sanitaria, Jorge Elizaga. Sobre todo porque «habitualmente un incremento de detección en Atención Primaria conlleva, con un decalaje de 7-10 días, un aumento de ingresos en el hospital», advierte. «Sin embargo, en la actualidad, a diferencia de la situación que se produjo en marzo y abril, este número de contagios está muy relacionado con el estudio pormenorizado de contactos de los casos positivos», confirma. 

Los enfermos registrados en este nuevo repunte «frecuentemente son más leves o incluso asintomáticos, o son positivos en la segunda PCR que se realiza a los diez días del contacto», y además «son mucho más jóvenes que los de la primera oleada», continúa Elizaga. La gran diferencia está en las residencias, que en marzo y abril llenaron los hospitales hasta que se optó por llevar equipamiento médico a las propias residencias para reducir traslados, mientras que ahora, al menos de momento, «afortunadamente se están manteniendo libres de covid». «Todo lo mencionado ha provocado hasta la fecha, y esperemos que se pueda mantener, un número de ingresos en el hospital inferior al de otras provincias con la misma incidencia que nosotros», aprecia.

La sobrecarga, en todo caso, la tiene ahora Atención Primaria, donde el incremento de casos activos es notable: de apenas 400 en julio a superar el millar en agosto, y unos 1.500 esta semana. «El trabajo tanto de Atención Primaria, fundamentalmente de todo el engranaje relacionado con las RESE (responsables de seguimiento), el estudio y seguimiento de contactos está siendo espectacular», valora Elizaga. No en vano, se están realizando hasta 1.000 PCR por día tras haberse habilitado turno de noche en el laboratorio para mantener activo el sistema de realización de pruebas las 24 horas del día. «Incluso, a tenor de la estrategia de la Consejería de Sanidad de trabajar en red, en no pocas ocasiones estamos realizando PCR para otras provincias, dado que nosotros estamos teniendo una capacidad de realización mayor», asegura.

Aun así la carga de trabajo de los rastreadores es muy alta. Actualmente son 36 y «en los centros de salud donde ha habido más acumulación de casos el resto de profesionales han colaborado activamente», al tiempo que «se ha contratado a un auxiliar administrativo más por centro para aligerar a las RESE de tareas burocráticas y que se puedan volcar más en su labor de rastreo». Y «se va a hacer un esfuerzo para contratar a algún otro profesional que, no siendo enfermeras, porque no hay más, puedan colaborar de alguna manera en toda esta labor». En cuanto a los efectivos de la Unidad Militar de Emergencias que se esperan, darán «apoyo telefónico en el seguimiento de los casos y contactos». Cualquier ayuda es poca porque, independientemente de que la situación actual pueda verse controlada por la baja presión asistencial sobre el hospital, nadie duda de que el otoño amenaza con deshojar el dique de contención en que se ha convertido la Atención Primaria.

Para entonces al menos ya se prevé que estén listas las ampliaciones de la UCI (pasará de 10 a 16 puestos estructurales, si bien ahora ya hay 22 camas habilitadas) y de las Urgencias (ganarán un 40% de superficie). Lo estarán «entre el 15 y el 20 de octubre», según Elizaga; y mientras tanto, se van dando pequeños pasos en los planes para dotar de nuevas infraestructuras de mayor calado al Complejo Asistencial. 

Ampliación. La consejera avanzaba el jueves que, de todas las parcelas analizadas para ubicar la futura unidad de Radioterapia y un nuevo edificio de Consultas Externas, se «inclinan» por la del centro de salud mental Antonio Machado. «El objetivo es que (la ampliación) esté lo más cerca posible del hospital para crear un complejo hospitalario, y creemos que además (la parcela citada) va a tener menos dificultades de clasificación urbanística». No obstante, semanas atrás advertía la Junta de la «complejidad» que conlleva que la altura de las nuevas edificaciones estaría limitada allí por la protección patrimonial de las vistas, y habría que tramitar una modificación urbanística para que ese suelo pase de un uso calificado como aparcamiento a equipamiento sanitario. 

Pero esas nuevas infraestructuras se prevén a medio plazo, e incluso a largo (seis u ocho años) la unidad de hospitalización para estancias medias como alternativa a la reapertura del Policlínico para acabar con el déficit histórico de camas hospitalarias que sufre Segovia. Aunque ahora lo que urge es contener la covid en la antesala de un otoño y un invierno extraordinariamente complicados. Con la situación relativamente controlada de momento, pero en alerta permanente.