Hartos del cerco a los patinetes eléctricos en Segovia

Nacho Sáez
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Usuarios segovianos de estos vehículos de movilidad personal se plantean constituir una asociación para denunciar el «injustificado» veto del Ayuntamiento.

Borja Sanz (izquierda), Sandra Gala y Jesús Chamorro, usuarios segovianos de patinetes eléctricos. - Foto: D. S.

Sandra Gala tiene pinchada una de las ruedas del patinete eléctrico con el que se desplaza hasta la estación del AVE para coger el tren a Madrid, y no sabe si repararla o no. «Es que no tengo claro si me merece la pena con todas las trabas que me pone la Policía Local», señala mientras relata que han sido varios los encontronazos que ha tenido con los agentes municipales. En una ocasión incluso la estaban esperando en su camino a Guiomar. «Es que no entiendo porque no puedo circular en patinete por una vía pecuaria como es el espacio que hay junto a la carretera de la estación del AVE», se lamenta a la hora de poner voz a un colectivo que no es muy numeroso en Segovia, «porque no nos han dejado crecer con la campaña contra los patinetes eléctricos que ha realizado el Ayuntamiento», según subrayan Jesús Chamorro y Borja Sanz, que la acompañan en esta lucha en la que incluso se han planteado constituir una asociación para la defensa de los derechos de los usuarios de los patinetes eléctricos.

Ahora se consideran a sí mismos «furtivos». La Ordenanza de Circulación de nuestra ciudad prohibe  expresamente que circulen por la calzada y sólo permite que lo hagan por las aceras, zonas de prioridad peatonal y vías ciclistas acomodando «su marcha a la de los peatones» y sin gozar «en ningún caso» de prioridad respecto a estos. Esta última opción es la única que les queda a los usuarios de los patinetes eléctricos y pueden hacer uso de ella a pesar de que, en vísperas de las Navidades del año pasado, el Ayuntamiento emitió una nota informativa en la que advertía que tampoco podían circular por las aceras y que en caso de que la Policía Local observara la presencia de estos Vehículos de Movilidad Personal (VMP) en zonas peatonales procederían a su denuncia e inmovilización.

Al no haberse incluido en la Ordenanza de Circulación ninguna modificación, la norma que continúa vigente es que pueden utilizar las aceras. Pero sólo al paso de los peatones, algo que no satisface a los usuarios, que contemplan con envidia la regulación llevada a cabo en ciudades como Valencia, Barcelona o Bilbao. En esta última no se permite que circulen por las aceras pero sí por las carreteras con calificación de ‘carriles bici’ y ‘zonas 30’, que en Segovia serían la avenida de la Constitución, Vía Roma, el tramo de la Carretera de San Rafael entre la avenida de la Constitución y Gerardo Diego, la calle Las Nieves y el recinto amurallado.

Hartos del cerco a los patinetes eléctricos en SegoviaHartos del cerco a los patinetes eléctricos en Segovia

Las ciudades mencionadas anteriormente han tomado el camino que dejó abierto la Dirección General de Tráfico (DGT) antes de que se produjera el ‘boom’ de los VMP. En su Instrucción 16/V-124, este órgano gestor remarcaba que los ayuntamientos establecerían limitaciones a su circulación en las vías urbanas en función de la velocidad máxima por construcción, masa, capacidad, servicio «u otros criterios que se consideren relevantes», pero también subrayaba que los VMP «podrán ubicarse físicamente en el ámbito de la calzada, siempre que se trate de vías expresamente autorizadas por la autoridad local». «Sin embargo, el Ayuntamiento de Segovia ha despreciado completamente este tema no sabemos por qué razones», apuntan Chamorro y Sanz, que utilizaban el patinete eléctrico para moverse y sobre todo acudir a trabajar hasta que desistieron por el cerco y la vigilancia a la que les sometía la Policía Local e incluso los viandantes, «que han sucumbido a la tremenda campaña de desinformación que han sufrido los VMP». «A mí me han llegado a insultar y a gritar, pero la gente no se da cuenta de que imprudentes hay también al volante de los coches y no por eso se grita y se insulta a todos los conductores», argumenta Gala.

Estos usuarios segovianos de patinetes eléctricos escribieron esta pasada primavera al Procurador del Común, que les remitió al informe que precisamente había elaborado pocas fechas antes. En él, transcribeía la información facilitada por los ayuntamientos sobre los modelos adoptados para regular la utilización de los VMP. En este sentido, los servicios municipales de Segovia apelaban a la Ordenanza de Circulación antes citada y esgrimían, a la hora de justificar la prohibición de que circulen por las calzadas, que «hasta la fecha de la emisión de este informe, [los patinetes eléctricos] ni están homologados ni en consecuencia autorizados para poder circular por las vías públicas». También subrayaban en su respuesta que «urge la regulación de este tipo de vehículos por la DGT en cuanto a su homologación, seguro de responsabilidad civil, dados los graves daños que se pueden ocasionar con su circulación, la incomodidad que supone para el resto de los usuarios o la dejación a las potenciales víctimas de cobertura de las lesiones o daños que se les puedan irrogar, al no ser obligatoria la contratación de un seguro de responsabilidad civil».

Sin embargo, el defensor del pueblo de Castilla y León instaba al Ayuntamiento de Segovia a que «revise» la Ordenanza de Circulación para comprobar si incluye las recomendaciones de la DGT y reclamaba su modificación «si no fuera así». En ese aspecto, recordaba que la Instrucción 16/V-124 incluye en uno de sus apartados que «desde el ámbito de legislación de tráfico los dispositivos de movilidad personal tendrán la consideración de ‘vehículos’», mientras que en otro hace hincapié en que los VMP «no son vehículos de motor y por tanto no requieren de autorización administrativa para circular». «En consecuencia, y hasta que no se regule definitivamente, no cabe exigir al usuario la titularidad de permiso o licencia de conducción. Lo anterior sin perjuicio de las exigencias técnicas o de otra naturaleza que la autoridad local determine para autorizar el uso de los VMP en las vías de su competencia», añade la DGT.

La normativa municipal de Segovia no incluye ningún tipo de especificaciones técnicas, pero la Policía Local sostiene que los VMP no están homologados por la DGT y, por tanto, no puede autorizarlos, y el Reglamento Europeo no permite que los vehículos autoequilibrados o que carecen de una plaza de asiento como mínimo –como son los VMP– se asimilen a los vehículos de dos o tres ruedas y los cuatriciclos. «Por tanto no necesitan homologación ni matriculación ni pueden ser considerados ciclomotores», asevera en un comunicado la Asociación de Usuarios de Vehículos de Movilidad Personal, que asegura haber recibido una «avalancha» de consultas por la aplicación entre las diferentes policías de un protocolo de actuación con los patinetes eléctricos que es contrario a la legislación vigente y «que está provocando numerosos problemas a los usuarios por la elevada cuantía de las sanciones asociadas».

En su informe, el Procurador del Común desvelaba que en Segovia sólo se ha formulado una denuncia, pero el conflicto de fondo aún está lejos de resolverse porque la nueva norma que regulará estos vehículos no se aprobará hasta que se forme Gobierno. Así lo aseguró esta semana el director de la DGT, Pere Navarro, que trabaja en un real decreto que modificará los reglamentos generales de circulación y de vehículos y que, entre otros puntos, prohibirá a los patinetes y vehículos de movilidad personal similares circular y estacionar en las aceras. Navarro apostó por que esta será «una de las primeras normas que apruebe el próximo Gobierno» y reconoció que cada vez nos la demandan más los ayuntamientos». Entre ellos el de Segovia, que no tiene previsto de momento variar su postura sobre los VMP hasta que se vuelva a pronunciar la DGT.