Pocas presentaciones de un libro en Segovia consiguen reunir a tantas personas como ha logrado este miércoles en el salón de actos del campus María Zambrano Juan Carlos Manrique, profesor universitario, decano de la Facultad de Educación, exjugador y entrenador de baloncesto y ahora también autor de 'Club Imperio. Crónica de un equipo histórico' (Ediciones Derviche). Un libro que 'resucita' a una entidad que desapareció en 1985 tras cuatro décadas de triunfos, derrotas, alegrías, decepciones y sobre todo salud, educación y amistad.
El Imperio dio sus primeros coletazos antes de la Guerra Civil pero se constituyó de manera oficial cuando se apagaron las bombas. Se convirtió en una alternativa de ocio para los más jóvenes gracias al espíritu "aventurero" e "innovador" de Jacinto Serrano, el pionero del baloncesto en Segovia, tal y como subraya Manrique, arropado en la presentación por un hijo y un nieto de Serrano y por otros antiguos integrantes del Imperio.
Presentes en el público, la leyenda del Real Madrid Vicente Ramos, que entrenó al club segoviano a finales de los setenta y principios de los ochenta, y Jesús Iradier, jugador del Imperio antes de militar en el FC Barcelona y ser 75 veces internacional con España, son dos de los personajes a los que el autor ha dedicado un capítulo en el libro, que repasa temporada a temporada la historia de este club. Desde los partidos en Chamberí, Sancti Spiritu, los patios de los Maristas y de los Misioneros o el Campo de la Juventud -la cancha de la calle Cañuelos antes de que se cubriera y fuera bautizada como Pabellón Enrique Serichol- al pabellón de los Maristas o el Emperador Teodosio.
Escenarios en los que el Imperio se llegó a medir a Clifford Luyk, Emiliano Rodríguez o Lolo Sainz. Una época dorada en la que se movió entre la Segunda y Tercera División y en la que los niños soñaban con jugar algún día en el Imperio, como ha explicado en la presentación del libro uno de sus excomponentes. Manrique ha lamentado que algunos de esos años se dividieran fuerzas por la presencia también en esas categorías de un equipo de baloncesto de la Gimnástica Segoviana.
La mano del régimen franquista en el Imperio -era el Imperio del Frente de Juventudes y más tarde el Imperio OJE- alejó patrocinios en la parte final de la dictadura, pero fueron las deudas y la falta de relevo en la directiva las que acabaron con un club que ha sido el más importante del baloncesto segoviano, en opinión de Manrique. Este ha aprovechado la presentación del libro para pedir al Ayuntamiento que alguna de las instalaciones municipales en las que se practica el baloncesto lleve el nombre de Jacinto Serrano. Y ha expresado su deseo de que vuelva a haber una entidad en Segovia como el Imperio: "El CD Base está formando jugadores. Tiene que dar el salto".