El alto precio de los accidentes laborales

C.C. (SPC)
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Cada día dos trabajadores pierden su vida en España, lo que ha hecho saltar las alarmas de los agentes sociales para que se adopten las medidas de prevención que eviten esta lacra

El alto precio de los accidentes laborales

De todas las estadísticas que se manejan en el mercado laboral, sin duda, la de siniestralidad es la que mayor impacto genera tanto a los trabajadores como a los empresarios que, aunque tratan de evitar que no se produzcan, la realidad es tozuda y el número de víctimas no deja de aumentar.

Según el Ministerio de Trabajo, la cifra de los accidentes laborales dejaron en 2022 en España 826 fallecidos mientras realizaban su trabajo en un total de 1.196.425 siniestros ocurridos y, si se tiene en cuenta desde 2013, el número asciende a 7.000 muertes, lo que pone de relieve la necesidad de aplicar planes de choque con políticas urgentes que reduzcan esta estadística que representa una lacra que la sociedad no puede asumir.

El dato equivale a que cada día dos operarios fallecieron el pasado año en España en accidentes de trabajo y 1.731 sufrieron un percance laboral con baja médica.

De estos registros, 552.173 se registraron durante la jornada, con un alza del 10,9%, y el resto, 79.551 accidentes laborales, se ocasionaron de forma in itínere, es decir, en el camino del trabajo, un 6,5% más.

El informe revela que, de este balance, 679 personas perdieron su vida en su puesto de trabajo y 147 durante los desplazamientos de su domicilio al lugar de ocupación y, de ellos, 128 fueron en viajes.

Un escenario en el que los profesionales autónomos también se vieron afectados directamente con unos 3.000 accidentes laborales mensuales con baja laboral y casi un centenar de fallecidos.

En el análisis por sexos, los sucesos con baja en el trabajo afectaron en un 69% de los casos a los hombres y en un 31% a las mujeres. En cuanto a la edad, el 28% se correspondió con personas de menos de 34 años.

La estadística señala que la primera causa de fallecimiento en las empresas fueron los infartos y derrames cerebrales, con 285 casos en 2022 y un aumento del 29% respecto a 2021. 

 En segundo lugar, con 103 víctimas mortales, aparecen los atrapamientos, aplastamientos y amputaciones, que se dispararon un 21,2% respecto al curso anterior.

La secretaria de Salud Laboral de UGT, Ana García de la Torre, subrayó que «se han normalizado las muertes en el trabajo y tenemos un problema de invisibilidad. Son 121 fallecidos más que el año pasado. Nos parece una cifra brutal, alarmante y que una sociedad como la nuestra no se puede permitir. Muchos de estos sucesos son evitables, no son gajes del oficio que, con prevención y el cumplimiento de la ley, se hubieran atajado».

En este sentido, destacó que se trata de un tema que inquieta al sindicato «desde hace muchísimo tiempo». Las cifras, lejos de reducirse, «están superando las de años anteriores» y se alejan de la senda de la Unión Europea de «cero muertes en el trabajo».

«Tenemos que seguir denunciando estas muertes; más de 800 personas trabajadoras no volvieron a su casa en 2022», lamentó.

La Seguridad Social consideró que hay que poner límites a este contador de la vergüenza desde una estrategia que disponga de los suficientes recursos y financiación para combatir los riesgos innecesarios partiendo de la formación y la concienciación de todas las partes, tanto empresas como trabajadores y sindicatos.

La seguridad total no existe pero, según Trabajo, la mayor parte de los accidentes mortales que se producen se han podido reducir con medidas preventivas y planes ambiciosos que reduzcan los riesgos. 

Concienciación

Los analistas coinciden en destacar que los datos de siniestralidad laboral en España están desbocados y, lo que es más grave, superan la media europea en un escenario en el que las cifras del mercado nacional dejan muy mal al tejido empresarial cuando, además, la tasa de productividad está por debajo de la zona euro.

La solución pasa por una mayor mentalización de empresas y trabajadores e invertir en formación y poner todos los medios que sean necesarios para evitar que este fenómeno siga al alza dejando una huella difícil de asumir socialmente.