Siete semanas después del pico de la sexta ola de coronavirus, Segovia ha reducido casi un 95% sus niveles de contagios de entonces. El 7 de enero elevó su récord de nuevos positivos en una sola jornada a 772 y el 13 alcanzó su tasa de incidencia acumulada en siete días (IA7) más alta de toda la pandemia con 2.718 casos por cada 100.000 habitantes; nada que ver con los 190 que reflejaba este jueves el 'semáforo covid', después de haber vuelto a registrar partes diarios mucho menos inquietantes, entre los 22 casos notificados el lunes (mínimo diario de 2022) y los 62 del miércoles o los 56 el jueves. 

De hecho, según datos oficiales actualizados a 2 de marzo, 163 de los 209 municipios de la provincia no registraron un solo contagio en los siete días previos, entre los cuales destaca Riaza, libre de covid pese a tener más de 2.100 habitantes. Otros 15 pueblos tuvieron sólo un caso; nueve se quedaron en dos; ocho en tres; y ocho oscilaron de cuatro a seis. SanCristóbal de Segovia, por su parte, contabilizó ya nueve; y destaca especialmente Espirdo con 14, la misma cifra que Palazuelos, mientras El Espinar tuvo 15. Así, entre 207 municipios sumaron 133 contagios en siete días, mientras los dos restantes, justo los más grandes, que aglutinan el 39,61% de la población, coparon prácticamente la mitad de los contagios (48,4%), con 139 entre Segovia capital (101) y Cuéllar (38).

La IA14 también alcanzaba su peor pico el 13 de enero (5.016,35) y este jueves se situaba ya en 465, si bien ahora es la IA7 la que valora Sanidad como principal referencia de evolución epidemiológica, dada la velocidad de descenso que ha tomado la curva.Las dos han desescalado esta semana del umbral de riesgo extremo al de riesgo alto, en cualquier caso, y la IA7 ya se acerca incluso al riesgo medio (fijado entre 150 y 50) por lo que, teniendo en cuenta además la limitada letalidad de ómicron cuando afecta a población vacunada, aunque sea más contagiosa, en la práctica ya ha devuelto la calma (siempre relativa) a las autoridades.

Este viernes terminan las llamadas masivas para vacunarse, y a partir del lunes continuarán sólo por el sistema de autocita. - Foto: Rosa BlancoNo en vano, aunque la evolución de los contagios se analice a partir de la IA7, en esta sexta ola no ha habido indicadores más escrutados que los de presión hospitalaria.Esos eran los prioritarios, los que han guiado a la Junta para decidir si fijaba restricciones más allá de la mascarilla y el sentido común, y lo cierto es que no sólo se han mantenido en niveles muy inferiores a los de los meses más intensos de pandemia, sino que esta misma semana se han asentado en umbrales de riesgo bajo o nueva normalidad. El pico hospitalario se alcanzó el 24 de enero con 53 pacientes ingresados con covid, por encima del registrado en la quinta ola (30 pacientes el 3 de agosto de 2021) y parecido a los de la cuarta (51 el 12 de abril) o la segunda (44 el 27 de octubre de 2020), pero muy por debajo de la saturación de la tercera (157 el 2 de febrero de 2021) y, por supuesto, del colapso absoluto de la primera (341 el 2 de abril de 2020).

El recién terminado febrero aún arrancó con 50 pacientes con coronavirus en el hospital, pero más del 20% de los que han pasado en esta ola por la planta covid (o zona covid, porque en realidad se ha llegado a ocupar planta y media) ?no lo hicieron por esta enfermedad, sino que ingresaron por otras causas y dieron positivo en el test que se realiza a todos los pacientes por protocolo preventivo. Este jueves ya sólo quedaban siete, incluidos algunos con el perfil citado de otros motivos de hospitalización; y además todos estaban en planta, después de que la Gerencia del hospital confirmara a primera hora del miércoles que la UCI se quedaba libre de covid por primera vez en más de cuatro meses. 

Ese mismo día, sin embargo, el Complejo Asistencial confirmaba también la primera muerte covid de marzo; y este jueves la segunda, así como la vigésimo novena del año (tras notificar 19 en enero y ocho en febrero) y la número 416 desde el inicio de la pandemia en este centro; cifra que se eleva a 1.065 contando segovianos fallecidos en otros hospitales, residencias o domicilios, según el balance oficial que publica la Junta, con datos hasta el 1 de marzo.

No obstante, igual que más de un 20% de los pacientes covid hospitalizados en esta sexta ola ingresaron en realidad por causas ajenas a la covid, la propia Gerencia del hospital ha venido apuntando también en estos meses que la gran mayoría de los fallecidos eran personas con edades muy avanzadas y patologías previas que pudieron ser las que determinaran el desenlace fatal, al actuar la covid como agravante o desencadenante de la descompensación de otros problemas de salud.

Además, del mismo modo que la proporción de hospitalizados por cada positivo confirmado se ha reducido en esta sexta ola a una séptima u octava parte de lo que dejó la tercera o la primera, la mortalidad también ha descendido en niveles semejantes. Entre enero y febrero de este año se notificaron hasta 15.464 nuevos positivos (en dos meses, más de un tercio de los registrados en dos años de pandemia), y tomando esa referencia, el porcentaje de contagiados que ingresó en el hospital se redujo al 1,28%, frente al 7,90% en esos meses de 2021 (tercera ola). 

La contagiosidad de ómicron ha sido tan alta que, sin vacunas de por medio, con un nivel de peligrosidad semejante al de variantes anteriores y con la ratio citada de hospitalizaciones de la tercera ola, en lugar de los casi 200 ingresos que se registraron en los dos primeros meses de 2022 se habrían superado los 1.200, y el pico de 53 pacientes que se produjo el 24 de enero se habría disparado a más de 350, por encima incluso de la primera ola (341).

En cuanto a la proporción de positivos y fallecidos, en enero y febrero se ha desplomado a un 0,17%, muy inferior al 1,30% de ese periodo del año pasado que, de haberse mantenido, habría elevado de 27 a más de 200 las defunciones en el hospital. De ahí que ahora se registren unas cifras que, a diferencia de lo sucedido durante 2020 o en los primeros meses de 2021, ya no revelan exceso de mortalidad en comparación con años precovid, cuando cada invierno predominaban otras infecciones respiratorias menos inquietantes, pero también mortales a veces para colectivos vulnerables, como es el caso de la gripe común.

VACUNACIÓN. En este camino iniciado hacia la nueva normalidad y la 'gripalización' del coronavirus, el miércoles se marcaba un nuevo hito con la decisión estatal de librar también a los no vacunados de las cuarentenas de contactos estrechos a partir del sábado 5 de marzo; y otro hito a nivel local llega con el fin de la fase de convocatorias masivas de vacunación este viernes.

Quienes no se hayan inmunizado podrán hacerlo a partir del lunes con autocita, y Segovia llega a esta nueva etapa con un 84% de su población con pauta completa, el porcentaje más bajo de Castilla y León, donde sólo Salamanca ha rebasado el 90%, mientras la media regional se sitúa en el 87%. Asimismo, con terceras dosis hay un 50% de segovianos, frente a una media del 55% en el conjunto de la Comunidad, y los zamoranos a la cabeza (61%).

Dicho de otro modo, Segovia llega a esta fase con más de 20.000 personas mayores de cuatro años sin pauta completa de vacunación, y de todas ellas, más de 15.000 sin una sola dosis. Entre los mayores de 60 la respuesta ha sido muy alta, con cobertura total a efectos estadísticos en cuanto a segundas dosis y más de un 95% también con la de refuerzo. Pero el rechazo aumenta según baja la edad, hasta el punto de que aún son mayoría los menores de 50 años que no se han puesto la tercera. 

Dentro de los grupos de 20 a 29 y de 30 a 39 años, hay un 14-16% que no se han puesto ni la primera, y más del 30% de los padres no han llevado a vacunarse a sus hijos de entre 5 y 11 años.Cierto también que, con más de 15.000 positivos en lo que va de año, una parte significativa de la población puede estar pendiente de que pasen los cinco meses desde el contagio para vacunarse, mientras Segovia, el resto de España y del mundo avanzan hacia una nueva normalidad que, eso sí, no deja de estar amenazada por el riesgo de nuevas variantes y la posibilidad que van apuntando los expertos de otra ola en primavera, aunque sea menor que las anteriores. Y con la mascarilla a expensas de que en breve comience su retirada paulatina de los interiores.