Segovia baraja nuevos tipos de multa para proteger los árboles

D. A.
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Atar al perro a un árbol o tirar residuos en los alcorques son dos ejemplos de malos hábitos que la Concejalía de Medio Ambiente tiene en cuenta de cara a la nueva ordenanza que quiere tramitar una vez esté listo el nuevo Plan de Arbolado

Imagen de archivo de una poda realizada por el Ayuntamiento de Segovia. - Foto: Rosa Blanco

El Ayuntamiento de Segovia quiere iniciar la tramitación de una nueva ordenanza específica sobre el arbolado que, entre otras cuestiones, incluya un régimen sancionador de malas prácticas que atentan contra su conservación. «Hay veces que se ven cosas que no proceden, como podas o talas en zonas privadas», señalaba el concejal de Medio Ambiente, Ángel Galindo, durante la rueda de prensa que ofreció el miércoles para presentar las líneas generales del nuevo Plan Director de Arbolado que se realizará en próximos meses. «Y luego también, a nivel de las zonas públicas, hay gente que utiliza los alcorques como cenicero, para atar a un perro o para cualquier otra cosa que no puede ser», continuó el edil. «Entonces esperemos que quede todo definido en una ordenanza para un uso y disfrute del arbolado ajustado a su gestión». 

La ordenanza vigente de Parques y Jardines ya regula cuestiones relativas al arbolado, y en ella se tipifican como infracciones leves, penalizadas con multas de 30 a 300 euros, malas prácticas como «trepar o subir a los árboles» y atarles «columpios, escaleras, herramientas, soportes de andamiaje, ciclomotores, bicicletas, carteles o cualquier otro objeto». Así que ahora la idea sería ampliar ese catálogo de malos usos.

No obstante, Galindo precisó que la redacción y tramitación de la futura ordenanza requiere la elaboración previa del nuevo Plan Director de Arbolado, y éste se espera adjudicar a una empresa antes de acabar 2022 con un plazo de ejecución de cuatro meses. La normativa pretendida, por tanto, apenas habrá empezado a tramitarse para cuando acabe este mandato, y será el Gobierno municipal que resulte de las próximas elecciones (28 de mayo de 2023) el que tenga la última palabra. Un condicionante que debería invitar a asegurar el consenso político previo para prevenir riesgos de que el trabajo de hoy sólo sea humo mañana.

En cuanto al Plan Director de Arbolado, se prevé que contenga las condiciones y estrategias necesarias para conservar, mejorar y potenciar el patrimonio arbóreo de la ciudad. Incluirá un diagnóstico de su situación actual, y tomando como base las conclusiones que se extraigan, se realizará «una propuesta de modelo de arbolamiento y de gestión» que especifique la población arbórea deseable en cuanto a número de ejemplares, edades, especies y distribución por zonas, siempre con el fin de que la ciudad gane pulmón verde para mitigar en lo posible los efectos del cambio climático. «El arbolado suaviza las temperaturas en invierno y en verano, capta CO2, evita erosión... Por lo tanto, este plan no sólo tiene el objetivo de la gestión, sino también el de concienciar a la ciudadanía y valorar el árbol como un elemento estructural de la ciudad, no sólo ornamental», destacó.

No en vano, los árboles pueden jugar un papel clave contra el cambio climático, pero ya hay especies que sufren el calentamiento global desde hace años, por lo que este plan vendrá a poner orden en cuestiones como la programación de su reemplazo por otras más resilientes. Es el caso del castaño de indias que, como apuntó Galindo, ya ha empezado a soltar hoja durante el verano por falta de agua, cuando no debería hacerlo hasta otoño; y coincide que este es precisamente el árbol que más prolifera en Segovia, con un millar de ejemplares. De pino piñonero, en cambio, hay menos de medio millar, y Galindo destacó que se ha revelado como una especie que «funciona muy bien en la ciudadpor el aumento de las temperaturas».

En total, Segovia ya contaba con unos 10.000 árboles antes de iniciarse este mandato, y desde el verano de 2019 hasta la fecha se han plantado casi 2.300 nuevos. Una política verde que se pretende seguir potenciando por motivos que van más allá de la cuestión decorativa.