Los análisis no aclaran la mortandad de peces en el Eresma

D. A.
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A pesar de la presumible relación entre las 17 truchas muertas localizadas y los vertidos incontrolados que provocó el colapso del colector, Medio Ambiente no ha podido determinar la causa exacta debido al mal estado de conservación de los ejemplares

Trabajos de reparación del colector durante la mañana del pasado 3 de octubre.

El Servicio Territorial de Medio Ambiente no ha podido confirmar la causa de la muerte de peces en el Eresma durante el episodio de contaminación por vertidos incontrolados provocado por el colapso del colector de aguas residuales de Segovia entre el 1 y el 3 de octubre. Una circunstancia que complica todavía más que la investigación derive en la reclamación de responsabilidades de ningún tipo.

Según la información facilitada a El Día por la Delegación Territorial de la Junta, tres días después de la rotura del colector, concretamente el 4 de octubre, técnicos del Servicio Territorial de Medio Ambiente localizaron 17 cadáveres de trucha común en el tramo del río que discurre entre San Marcos y el Santuario de la Fuencisla. En ese momento levantaron acta del incidente y recogieron los cadáveres encontrados, que se transportaron al Centro de Recuperación de Animales Silvestres de la Junta, donde permanecieron congelados para su análisis.

Sin embargo, "el estado de conservación en que se encontraban los ejemplares en el momento de su recogida no ha permitido realizar un análisis concluyente de las muestras", añaden. "A la vista de las circunstancias en las que aparecieron las truchas muertas, la valoración de los técnicos apunta a que la causa de la muerte es la disminución del nivel de oxígeno en las aguas, como consecuencia del episodio de contaminación", subrayan; pero "las analíticas no han podido confirmar este extremo por la causa antes señalada", inciden.

Ahora, "une vez realizado el informe de lo sucedido, desde el Servicio Territorial de Medio Ambiente se están estudiando posibles actuaciones". No se da nada por cerrado, por tanto, aunque cada vez se presume más difícil que los vertidos de aquellos días tengan consecuencias para alguien.