Vacaciones en Roma... En bici

Nacho Sáez
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El cantimpalense Fernando Álvaro reivindica la bicicleta como medio para viajar tras ir de Segovia a la capital italiana en 23 días.

En el Coliseo de Roma.

Ya había ido una vez en bicicleta a Múnich y en otra ocasión había recorrido la costa portuguesa, pero ahora ha doblado la apuesta al dedicar su mes de vacaciones y solicitar un mes sin empleo y sueldo en su trabajo para cubrir la distancia, también a base de pedaladas, desde Segovia a Roma y volver. Fernando Álvaro no lo considera una locura ni tampoco se ve a sí mismo como un 'superhombre' sino que ha aprovechado este reto, que narra a diario a través de las redes sociales, para reivindicar la bicicleta como medio para viajar. 

Su idilio con la bici comienza en su niñez, en la que gozó de que su padre y su tío tuvieran tiendas de bicicletas y, además, fundaran la Unión Ciclista Cantimpalos, club del que hoy todavía forma parte. «Si viviera en una ciudad, me movería seguro en bici. Aquí en Cantimpalos puedes ir a todos los sitios andando», señala en conversación telefónica desde Roma, donde este jueves tenía previsto emprender el camino de vuelta. Con un itinerario distinto al de ida.

Este bombero de profesión salió del Acueducto el 3 de octubre con la intención de hacerse un regalo y de paso tener un guiño con su tierra. «En vacaciones hago viajes de este tipo, este año cumplo 50 y qué mejor homenaje que unir el monumento más emblemático de Segovia con sus orígenes. Yo vivo en Cantimpalos pero todos los de pueblo tenemos una ciudad», subraya. El primer día llegó hasta Ayllón, en la segunda a Soria, en la tercera a Fuentes de Ebro (Zaragoza)… Así hasta completar 21 etapas con solo dos días de descanso entre medias.

Salida de Cantimpalos el pasado 3 de octubre.Salida de Cantimpalos el pasado 3 de octubre.

Más de 2.200 kilómetros a través de la costa francesa y la Vía Aurelia en los que lo más complicado, dice, ha sido la gestión del tráfico: «Me duele más el cuello que las piernas. De mirar para atrás. Llevo haciendo viajes así con alforjas desde el año 2008 y nunca había tenido tanto tráfico en tan pocos días. Llevo una luz intermitente atrás que es un salvavidas». En su opinión, España gana a Francia e Italia en respeto a los ciclistas en las carreteras. «Lo del metro y medio está funcionando muy bien aquí. En Francia depende del sitio, pero en la zona de Mónaco me pasaban los Ferraris. Y en Italia hay zonas turísticas para la bicicleta, pero el resto es tremendo. No hay arcenes, te pasan al lado poniéndose ellos en peligro con los coches que vienen de frente. He visto muchos ramos de flores», relata.

Más fotos:

En la ciudad francesa de Aix-en-Provence junto a la estatua de Paul Cezanne.
En la ciudad francesa de Aix-en-Provence junto a la estatua de Paul Cezanne.
Uno de los tramos de la décima etapa, entre Adge y Saint Guilles.
Uno de los tramos de la décima etapa, entre Adge y Saint Guilles.

De los lugares que ha visitado se queda con la comunea francesa de Menton, en los Alpes Marítimos, con Roma y con Cinque Terre. «Esto es lo único que no he hecho en bici. He ido en barco. Son pueblos que están como en acantilados, en la montaña entre riscos, y son idílicos. Las fachadas son de colores, para ir de uno a otro te tienes que salir de la montaña y volverte a meter... Es una zona muy pintoresca». Soltero y sin hijos, él viaja con un peso de 34 kilos –entre la bici y las alforjas– y con una preparación física previa basada en gimnasio, natación, senderismo y, por supuesto, bici. En todas sus vertientes. Llano, montaña... Le vendrá bien para la vuelta, en la que tiene previsto pasar por los Alpes. «La bici te hace llegar a los sitios de una manera mucho más fácil y penetrar en lo cotidiano. Para mí es el vehículo ideal para viajar», concluye.