La Real sigue fuerte en su estadio

EFE
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Zubimendi permite a los 'txuri urdin' seguir enganchados al tren europeo (1-0). El Alavés tuvo sus opciones pero pierde la oportunidad de pegarse al Granada

La Real sigue fuerte en su estadio - Foto: Javier Etxezarreta

La Real Sociedad venció por un gol a cero al Deportivo Alavés para demostrar su fortaleza en el Reale Arena en un 2022 en el que no ha recibido ningún gol en liga, con un triunfo que le permite seguir la estela de los equipos que pelean por Europa y hundir más al Deportivo en los puestos de descenso.

El conjunto vitoriano, que era el que más se jugaba en el partido, fue dominador en el inicio ante una Real que parecía jugar con una marcha menos, proclive a plantear un encuentro muy largo.

La primera llegada local, en el despertar 'txuri urdin', tardaría más de un cuarto de hora en concretarse, eso sí fue una ocasión de gol en toda regla en una jugada conducida por Portu y finalizada de espuela por Isak, recurso que estuvo cerca de darle rédito al sueco y de sorprender a Fernando Pacheco.

Isak sería el protagonista del siguiente susto para los alavesistas. Prolongó un buen inicio de jugada de Januzaj y dejó solo ante Pacheco a su compañero Merino, pero el navarro se precipitó y remató débilmente con todo a favor para haber movido el marcador.

Isak no está teniendo fortuna cara al gol esta temporada y a tres minutos del descanso se evidenció esa falta de acierto, al errar un remate de cabeza en un servicio claro de Portu que se le escapó por encima del larguero.

José Luis Mendilibar tenía el partido donde quería a pesar de que su equipo no carburaba en ataque, los locales no estaban cómodos y si no sufrieron más es porque la puntería tampoco está sobrada en el Alavés, como comprobó Rioja en la más clara de los alavesistas.

Entraron Mikel Oyarzabal y el gigante Sorloth para cambiar el signo del encuentro en la que era la última baza de Imanol Alguacil y le funcionó cuando el noruego pudo marcar de cabeza con un balón enviado al poste y sacado luego desde la línea de gol por la defensa vitoriana con Pacheco superado.

La siguiente acción fue la del gol definitivo y tuvo como protagonista a Mikel Oyarzabal al sacar de forma brillante una falta a la que llegó desde atrás Martín Zubimendi para marcar el único tanto del choque.

El Alavés, ya sin nada que perder, se echó hacia arriba de forma clara, sin embargo la fortuna también juega y en este partido se alió con un Remiro que vio como tres remates seguidos del Alavés desde el área pequeña y otro muy claro de Vallejo no encontraron su objetivo para que la Real disfrutara de una victoria sufrida pero muy sabrosa.