«La segunda oleada de coronavirus ya está aquí, es una realidad», decía el martes el ministro de Sanidad, Salvador Illa, pero se quedó corto en comparación con el drama que ya describían este jueves el vicepresidente de la Junta y la consejera de Sanidad. «Nos encaminamos a una situación que puede provocar nuevamente el colapso sanitario», advirtió Igea. «Hay muchos más casos que los vinculados a brotes y esto nos indica claramente que estamos en fase de transmisión comunitaria de manera generalizada en toda la Comunidad», añadió Casado, que señaló además la zona de salud de Carbonero como una de las que más preocupan en Sanidad. Transmisión comunitaria significa contagios imposibles de seguir para trazar su ruta hasta el origen, sin control.

Lo cierto es que la situación epidemiológica y sanitaria de Segovia es menos grave que la de la mayoría de la Comunidad. Su índice de reproducción del virus es de 1,09 contagios nuevos por cada positivo, afianzando así una tendencia creciente, según los datos que se facilitaban este jueves; aunque sólo Ávila lo mejora (1) en Castilla y León, mientras el resto está por encima, con Soria a la cabeza (1,65), que es donde más crece, si bien parte de niveles más bajos que el resto. 

Después de varias semanas en las que la covid-19 se estaba cebando con el medio rural, sobre todo en las zonas de Riaza y Nava de la Asunción, y aunque preocupa el fuerte aumento de casos en Carbonero, los niveles más altos se concentran ahora en la capital, que presenta una tasa de incidencia acumulada en 14 días (IA14) de 325,12 positivos por cada 100.000 habitantes. Está por debajo de todas las capitales de la región salvo Soria (192,9) y destacan mucho más Zamora (379,44), Ávila (401,77), Valladolid (489,26) y sobre todo Burgos (613,69), Salamanca (732,87), León (816,55) y Palencia (827,68), pero no por ello deja de ser un nivel de «riesgo extremo», por encima del umbral máximo que contemplan aplicar las autoridades sanitarias en esta segunda oleada (250, en lugar de los 500 que determinan ahora los confinamientos en ciudades de más de 100.000 habitantes).

Segovia, con más muertes covid fuera del hospital que dentro

Especialmente altos son los niveles de contagio en la zona adscrita al centro de salud Segovia III (San Lorenzo y casco histórico), donde la IA14 supera los 540, mientras la de La Albuera está por encima de 430 y la del centro de Santo Tomás en torno a los 270. Mucho se ha hablado de Madrid, pero resulta que en la actualidad presenta una tasa de incidencia menor que la de la provincia de Segovia y sólo comparable en Castilla y León con la de Soria.

Las consecuencias de semejante escenario son irremediables: preocupa el aumento de la ocupación hospitalaria a pesar de que en Segovia no ha subido en la última semana. Este jueves se contabilizaban 39 pacientes covid en el Complejo Asistencial (37 en planta y 2 en UCI) frente a 42 (39 y 3) el jueves 15; tres menos, pero después de registrarse cinco altas por defunción. Esa es lógicamente la última consecuencia de esta nueva oleada: con el aumento de casos terminan creciendo los ingresos y con los ingresos los fallecidos, que además arrojan un panorama aún más desolador de lo que aparentan las cifras que se suelen dar cada día.

Los partes diarios de situación epidemiológica que difunde la Junta reflejan la cantidad de pacientes con covid que mueren en los hospitales públicos de Castilla y León, entre otros parámetros, y ese es por ello el dato que suele ocupar titulares. También es la cifra que tiene en cuenta el Gobierno central cuando habla de fallecidos, pero hay una estadística todavía más preocupante que también elabora la Junta y que, sin embargo, pasa mucho más desapercibida por no difundirse en ningún parte: la denominada mortalidad covid. Incluye «personas fallecidas por covid-19 (confirmadas y compatibles con la enfermedad) teniendo en cuenta las bajas de tarjetas sanitarias, los registros de historias clínicas y fallecidos en hospitales de Sacyl», según se recoge textualmente junto a la propia estadística. Dicho de otro modo, tal y como confirman a El Día fuentes oficiales de la Consejería de Transparencia, aparte de los fallecidos en hospitales se computan así los de domicilios, residencias u otros centros, y de ahí se deduce que la cifra global de fallecidos multiplica la que se viene publicando con más asiduidad.

En el caso de Segovia, a pesar de que octubre ya destacaba como el mes con más mortalidad desde abril por haberse cobrado la vida de 13 pacientes covid en el hospital, resulta que la citada estadística refleja ya 30 fallecidos. En septiembre sólo hubo 3 en el Complejo Asistencial, pero 22 contando los que murieron sin computar en la estadística hospitalaria; en agosto, 4 y 29, respectivamente; en julio, 5 y 37; en junio, 4 y 41; en mayo, 9 y 43; en abril, 118 y 357; y en marzo, 77 y 109. 

Cifras sobrecogedoras que además sorprenden porque, a diferencia de lo que pasó en los dos primeros meses de pandemia, cuando Sanidad medicalizó residencias y fueron más usuarios los que fallecieron en ellas que en los propios hospitales, ahora no puede atribuirse esta circunstancia a un problema de espacio en el Complejo Asistencial, ni a especulaciones sobre pacientes rechazados. Se han dado casos por ejemplo de personas a las que ya no serviría de nada una UCI y, antes que ingresar en planta, han preferido quedarse en casa o en la residencia, pero ni esta estadística ni ninguna otra detalla cuáles son las causas más habituales de mortalidad covid fuera del hospital para poder comprobar si supuestos como el citado son mayoritarios o anecdóticos.

Casi 700 fallecidos. En total, desde el inicio de la pandemia y con datos actualizados hasta el 21 de octubre, aunque la estadística del hospital ‘sólo’ compute 233 fallecidos, la estadística oficial de ‘mortalidad covid’ refleja 668, una cifra que sí va en la línea de las estimaciones aportadas por otras fuentes como el Instituto Nacional de Estadística, que ya publicó un exceso de mortalidad en Segovia de entre 653 y 812 personas durante este año en comparación con los cinco anteriores. Es decir, que en lo que va de 2020 han muerto en la provincia 746 personas más que en el mismo periodo de 2019, 707 más que en 2018, 741 más que en 2017, 812 más que en 2016, 653 más que en 2015… Precisamente el lunes pasado publicaba un informe la oficina de estadística comunitaria Eurostat que sitúa a Segovia como la segunda provincia de la UE con mayor exceso de mortalidad durante la primavera, sólo por detrás de una italiana, Bérgamo.

Dentro de este trágico balance son abrumadora mayoría las víctimas de edades avanzadas. De 668 fallecidos en Segovia, 509 (76%) tenían más de 80 años; 93 (14%), entre 70 y 79; 41 (6%), entre 60 y 69; 17 (2,5%), entre 50 y 59; 6 (1%), entre 40 y 49; y 2 (no llega al 0,5%), entre 30 y 39. También es más que habitual que sufrieran patologías previas, de ahí que a menudo los médicos duden a la hora de atribuir tales muertes a la covid-19. Pero la influencia del virus está ahí, la estadística de mortalidad covid que ofrece la Junta la acredita, y el exceso de mortalidad de este año difícilmente puede encontrar otra explicación cuando incluso los accidentes de tráfico han bajado por el descenso de la movilidad.

Mortalidad por zonas. De todas las zonas básicas de salud en que se reparten los municipios de la provincia, la de Sacramenia es la que ha sufrido más mortalidad covid en proporción con la cantidad de titulares de tarjetas sanitarias censados. Alcanza el 1,65%, el porcentaje más alto de Castilla y León, aunque también es la que menos población tiene y ese porcentaje ‘sólo’ representa 14 fallecidos. Mucho más significativo resulta por ello el caso de la zona del Real Sitio de San Ildefonso, segunda por mortalidad covid relativa (en proporción con el número de titulares de tarjetas sanitarias) de la provincia y cuarta de la Comunidad con un 1,06%, pero reflejando ya 57 muertes en total. No en vano, fue el territorio más castigado por el virus en los primeros meses de pandemia, hasta el punto de que en marzo acumuló 10 y en abril, 37. 

No obstante, la que más fallecidos tiene contabilizados en total en la provincia es la zona de Segovia Rural con 153, aunque representan el 0,71% de sus titulares de tarjetas sanitarias. Y también se debió a la violenta incidencia del virus en la primera oleada, que dejó allí 14 fallecidos en marzo y 88 en abril.

En cuanto a la capital, Segovia I (la del ambulatorio de Santo Tomás) acumula 76 muertes covid (0,34%); Segovia II (La Albuera), 69 (0,38%); y Segovia III (San Lorenzo, que incluye el casco histórico), 40 (0,26%).

Ahora sin embargo la que más destaca es la zona de Riaza, víctima del mayor brote que ha sufrido la provincia en esta segunda oleada. Todavía está activo, con 126 positivos ya confirmados y aún con 251 contactos en estudio, pendientes de pruebas, y es el que se está cebando con una residencia de ancianos donde ya han fallecido al menos nueve usuarios en las ultimas semanas, siete de ellos en el hospital y dos sin que llegaran a ser trasladados. Una residencia que en la primera oleada no sufrió además ni un solo contagio.

De hecho, la estadística de mortalidad covid no tiene registrado ni un solo fallecido de la zona de Riaza en marzo; sólo uno en abril; ninguno en mayo; uno por mes en junio, julio, agosto y septiembre; y de repente en octubre, nueve, para sumar 14 en total durante la pandemia. 

La segunda zona con más mortalidad covid en octubre es Segovia Rural con 6, seguida de Nava de la Asunción con 3, Carbonero y Cuéllar con 2 cada una; y con un fallecido figuran Cantalejo, Segovia II (La Albuera), Sepúlveda y Villacastín.

Desde el fin del Estado de Alarma, por cierto, se han contabilizado 126 muertos con covid-19 en la provincia de Segovia, un trágico balance condenado a seguir creciendo en esta segunda oleada que, según temen las autoridades sanitarias, no ha hecho más que comenzar.