Un paseo en la actualidad por cualquier ciudad de España dibuja un desolador mapa de población. Ancianos de la mano de sus cuidadores, pocos niños y cada vez menos gente joven. Los que acaban de cumplir la mayoría de edad hacen  las maletas y quienes se quedan apenas tienen hijos. El país se encamina hacia un abismo y una enorme crisis demográfica. España podría convertirse en 2050 en el país más envejecido del mundo, superando incluso a Japón.

El 2021 volvió a marcar un mínimo histórico en número de nacimientos tras registrarse un total de 336.811, la cifra más baja contabilizada desde que se tienen datos, en 1941, según el informe publicado ayer Movimiento Natural de la Población del INE, con datos provisionales del año pasado.

Esta cifra supone una caída de un 1,3 por ciento con respecto a los alumbramientos registrados en 2020 (unos 4.500 niños menos), y mantiene la tendencia a la baja que el INE ha registrado en la última década, solo interrumpida en 2014. De hecho, el informe determina que, en la última década, desde 2011 la cantidad ha descendido un 28,6 por ciento.

Por regiones, solo en cinco se registraron el año pasado un crecimiento de nacimientos: Aragón, en donde crecieron un 3,9 por ciento; en Navarra aumentaron un 1,5 por ciento, en Baleares y en Murcia crecieron un 0,6 por ciento, y en Asturias, con un aumento del 0,2 por ciento.

El INE ha destacado también las comunidades en las que hubo una mayor caída de bebés con respecto a 2020, que fueron La Rioja (-5,7 por ciento) y Castilla y León (-4,2).

En cuanto a las muertes, se redujeron un 8,7 por ciento en 2021, en relación a las contabilizadas en 2020, el año más trágico de la pandemia de la COVID-19. 

En total, fallecieron 450.687 personas, alrededor de 43.000 menos que en 2020.

De este modo, el año pasado volvió a haber más muertes que nacimientos en España, lo que supone un saldo vegetativo negativo de 113.023. Tal y como señala el informe, esta diferencia entre nacimientos y defunciones es la segunda más negativa desde que existen datos, en 1941, es decir, hace 80 años. Solo la supera las 151.812 personas de 2020.

Detrás del descenso de la natalidad, se atisban dos causas: las mujeres en edad de tener hijos serán menos que las de la década pasada y el número de hijos por mujer también descenderá. 

La esperanza de vida alcanzará los 81,8 años en los varones y los 87 en las mujeres en 2022, esto es un aumento de 2,5 años y de 1,9 años respecto a los valores actuales. A pesar de la pérdida de población y la mayor esperanza de vida, el número de defunciones seguirá creciendo como consecuencia del envejecimiento de la población.

Con ese panorama para el crecimiento natural (diferencia entre nacidos y fallecidos) y un no más halagüeño saldo migratorio, la demografía española camina inexorablemente hacia el envejecimiento. La caída de población dejará de ser un fenómeno propio de zonas rurales o menos desarrolladas. Se generalizará. 

Madres más tardías

El número medio de hijos por mujer se mantiene en 1,19, al igual que en 2020. Es la cifra más baja desde 1996, según el informe del INE. Entonces la cifra era de 1,16. Esta cifra aumenta hasta los 1,48 hijos por mujer si se analizan las estadísticas de Murcia, mientras que en Canarias y Asturias esta media no supera el uno.

Del mismo modo, el INE destaca que, en 2021, uno de cada 10 nacimientos fue de madres de más de 40 años, cinco puntos más que hace una década. De este modo, la edad media de la maternidad en España alcanzó un nuevo máximo en 2021, con 32,6 años frente a los 28,5 años de 1985.