La candidata más clara

D. A.
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Martín confirmó su intención electoral minutos después de tomar el bastón de mando. Luquero tardó cinco meses

Clara Martín, el sábado 4 de junio, durante el pleno en el que fue elegida como alcaldesa de Segovia. - Foto: Nacho Valverde (Ical)

Clara Martín no llevaba media hora como alcaldesa de Segovia cuando, al salir del salón de plenos, nada más ser nombrada alcaldesa el sábado 4 de junio, reconoció su intención de encabezar la lista del PSOE para las elecciones municipales del 28 de mayo de 2023. «Teniendo el respaldo del partido a nivel local y provincial, sí seré la próxima candidata», dijo en declaraciones a La 8. No es que descubriera Roma con tal anuncio a estas alturas, pero en estos casos el político o política de turno suele tirar más bien hacia Galicia, con frases nada concluyentes como «hay cosas más importantes», «ahora no toca», «estoy a disposición del partido»...Se ahorró los tópicos, aunque matizó que antes hay otros retos y prioridades que abordar en los once meses que quedan de mandato, con una larga lista de proyectos inacabados o sin lanzarse.

Luquero y el PSOE tenían decidido, al menos desde el año pasado, que la apuesta era Martín. Había interés por darle margen para que se foguee en el puesto e intente dejar impronta propia positiva, aprovechando de paso la ventaja electoral con la que suele partir un alcalde frente a los que aspiran a serlo. Entre otros motivos, por la bolsa de votos extra de aquellos que, ante la duda, se conforman con que nada cambie. 

En ese intervalo, según se acumulaban indicios de relevo sin que éste se produjera, crecía también el desgaste de la incertidumbre por quienes atribuyeran la tardanza a posibles dudas sobre la candidata y la hoja de ruta a seguir, aunque ahora se han despejado.Otra cuestión es que lógicamente no se sepa si al final del camino, tras las urnas, el PSOE tendrá cuatro años más de Gobierno o un precipicio hacia la oposición, pero la apuesta por Clara Martín, buena o mala, es evidente; y ella misma lo ha admitido con una velocidad sorprendente que, de forma espontánea o calculada, acertada o imprudente, la distingue de la vía más ordinaria en estos casos. Luquero, sin ir más lejos, tras suceder a Arahuetes el 5 de abril de 2014, tardó cinco meses largos en pronunciar la frase «seré la candidata». Sólo después de que lo confirmara Pedro Sánchez, entonces en su primera etapa como secretario general del PSOE, durante una visita a la ciudad el 19 de septiembre de ese año.

Antes, Luquero siempre respondió con prudencia: «Hay que darse un tiempo para ver cómo evolucionan las cosas y cómo me hago con los mandos», decía en sus primeros días de alcaldesa. «Si veo que puedo ser útil diré adelante, pero quiero ver cómo puedo contribuir con mi trabajo y con el de todo el equipo». 

Martín, en cambio, ha optado por otro estilo independientemente de que sea mejor, peor, medido o precipitado. Pero de momento, al desvelar su intención, reduce el margen a la especulación sobre otros nombres que pudiera manejar el PSOEcomo plan B o C, y previene el riesgo de ser blanco de una estrategia de manual, como es que el adversario siembre dudas sobre el liderazgo del otro hablando de alternativas.

Cierto también que los estatutos del PSOE amparan que quien es alcalde pueda optar a la reelección sin pasar por primarias, salvo que las pida un porcentaje muy alto de afiliados, aunque Martín no quiere sobrellevar presión interna tirando de reglamento. Sin apoyo amplio del PSOE no sería candidata, pero en principio lo tiene, igual que ha dejado clara su intención electoral, aunque el nombramiento oficial pueda demorarse varios meses más.