La Iglesia de Trescasas, declarada Bien de Interés Cultural

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La Iglesia de Trescasas, declarada Bien de Interés Cultural

El Consejo de Gobierno de la Junta ha aprobado la declaración de la iglesia parroquial de la localidad segoviana de Trescasas Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento, con lo que se resuelve el expediente incoado en 1980. En esta declaración se delimita un entorno de protección mínimo atendiendo a la ubicación aislada en una campa perfectamente delimitada por mojones, como espacio vinculado directamente al monumento y sobre el cual este ejerce su dominio.

Se incluyen, además, en la declaración, el conjunto de bienes, que, como bienes muebles o partes integrantes, se relacionan en el expediente. Así, se integran en la presente declaración el retablo mayor, la pila bautismal y el conjunto de pinturas sobre lienzo que acoge el templo, así como el resto de bienes muebles relacionados en el Inventario de Bienes Muebles de la Iglesia Católica.

La Iglesia parroquial de Trescasas, dedicada a la Inmaculada Concepción, se localiza junto a la antigua cañada de la Vera de la Sierra, equidistante de los núcleos de población de Trescasas y Sonseto.

Se trata de una imitación del interior de la colegiata del Palacio Real de la Granja de San Ildefonso y es conocida, por su monumentalidad, como la Catedral de la Sierra. Fue construida por deseo de Carlos III, bajo la dirección de José Díaz Gamones y Agustín García, entre 1774 y 1788.

Se trata de un sobrio edificio neoclásico; tanto en planta como exteriormente, la iglesia responde a los esquemas neoclásicos, sin embargo, el interior está dentro del barroco clasicista derivado de las obras de Ventura Rodríguez.

Presenta una planta articulada en una sola nave de dos tramos caracterizada por una rigurosa simetría, con cabecera formada por ábside y dos capillas a cada lado y presbiterio ligeramente destacado en planta, repitiendo el mismo esquema a los pies con dos torres.

La nave se cubre con bóveda de cañón con lunetos y el presbiterio con bóveda sobre pechinas, apoyada en un amplio entablamento que recorre todos los muros, lo que dota de unidad al conjunto. A los pies, sobre sencilla portada decorada con escudo barroco, se sitúa el coro.

Su interior, además del retablo del altar mayor en el que destaca la Inmaculada de Mariano Salvador Maella, acoge siete sencillos retablos barrocos con magnificas pinturas sobre lienzo, seis de ellas de la autoría de Ramón Bayeu y una de ellas de Mariano Salvador Maella.

Al exterior, la iglesia responde a una concepción neoclásica caracterizada por la simetría y juego de volúmenes escalonado. Presenta un carácter unitario mediante un tratamiento a base de revoco con refuerzos de cantería en zócalo, esquinas y recercado de huecos. La simétrica composición de la fachada principal solo se rompe por la falta del segundo cuerpo de la torre del lado del evangelio.

La torre campanario es muy sencilla, presenta dos cuerpos separados por una línea de imposta que coincide con la cornisa de todo el edificio. En el eje de la composición se sitúa la puerta de acceso, sin ningún elemento ornamental, y, sobre ella, un gran ventanal rematado en frontón curvo que ilumina la nave.