Las paredes hablan

A.M.
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Julio Barbero diseña un QR para incorporarlo al esgrafiado de las fachadas y ofrecer información tras ser leído desde el móvil

Julio Barbero muestra el prototipo de QR - Foto: Rosa Blanco

El maestro Julio Barbero Moreno, especialista en mortero de cal, un material que va unido a la construcción desde el segundo milenio antes de Cristo, en Turquía, llevaba mucho tiempo dando vueltas a la forma de introducir la modernidad en un soporte tradicional como es el revestimiento de fachadas con la técnica ornamental del esgrafiado, donde Segovia destaca en relación a otras ciudades españolas. Al final ha conseguido fusionar  lo que hoy es una seña de identidad de esta tierra, que tuvo su origen en el trabajo del estuco y los revestimientos interiores utilizados por los romanos e hispanorromanos en Hispania, con la tecnología de la información, a través de la elaboración de un esgrafiado con un código QR que, leído con la cámara del móvil, podrá ofrecer información tanto del edificio, como del barrio o de los personajes  que pudieron habitar en él. Ha conseguido, ni más ni menos, que las paredes hablen. 

Presentado en el III Congreso Internacional de Construcción, Arquitectura y Urbanismo Tradicionales, celebrado en la capital, donde Barbero impartió una formación práctica, el modelo realizado de prueba saluda al público con estas palabras. «Hola, amigos, soy un esgrafiado segoviano de última generación, mis predecesores suelen ser simétricos y más ornamentales formando así verdaderos tapices en las fachadas segovianas. Yo he nacido en Segovia fruto de la fusión entre un esgrafiado y las nuevas tecnologías, para poder difundir información. Se me ha creado a dos tintas, así podré ser leído por las cámaras de vuestros móviles».

Esta creación que une el pasado tradicional de Segovia con el presente tecnológico, tendrá una  duración centenaria, aportando a la fachada todas las propiedades de los revocos tradicionales de cal pero con una nueva propiedad, «yo puedo contarte una historia, la de mi edificio, mi calle, mi ciudad y, dentro de muchos años, aunque dejen de existir estas formas de difusión de información, seré el legado para las nuevas generaciones», añade la alocuión. 

El esgrafiador, a punto de que entre en el oficio la tercera generación familiar, confiesa que no pensabanque se pudiera esgrafiar un QR: «Lo veíamos un poco complicado y empezamos a hacer pruebas; cuando vimos que aquello funcionaba fue algo algo espectacular,  porque se nos plantearon gran cantidad de posibilidades ya que se podían cargar datos en el sistema», matiza. 

Todo comenzó, señala bromeando, «porque, como nos tachan de antiguos, una especie en extinción, había que fusionarse con una tecnología punta (...) incorporar el QR a las fachadas es crear un elemento cultural en ellas,  ahora mismo son preciosas y tú las ves, lo que queríamos añadir aquí es fundir dos culturas,  una artesanía que es algo actual,  es una nueva forma de crear información».

En su opinión,  con  esta técnica «se abre un mundo entero de posibilidades porque se puede crear, por ejemplo, una especie de gimcana, recorridos, planteando que los QR que tienen el fondo rojo son culturales o  los del fondo verde,  más de  tipo lúdico o rutas para niños…  Segovia tiene los esgrafiados y lo único que hay que hacer es cajearlos para poder incorporar este este nuevo elemento».

Desde su visión de toda una vida dedicada a los revestimientos y, especialmente,  el tema de cales, trabajando por el conjunto del territorio nacional, Barbero subraya que «Segovia es la ciudad con más esgrafiados que hay en España, además con la originalidad de que conforman un tapiz,  el paramento completo, mientras que en Barcelona, donde hay muchos de tipo ornamental,  Toledo,  Ávila o Madrid, son puntuales, un dintel o una faja, no son tupidos, no son las fachadas al completo como se trabaja en Segovia».

Generalmente, Barbero trabaja en cascos históricos y, aunque reconoce que sí que hay algunos diseños nuevos en este oficio heredero del arte decorativo parietal, explica que, cuando una fachada se pica porque está muy erosionada y descompuesta,  Patrimonio exige que se vuelvan a recuperar los dibujos antiguos, aunque otra cosa es en obra nueva o los QR, ahora mismo un diseño añadido, pero siempre trabaja en mantener lo que hay.

En la actualidad, su empresa ha comenzado a trabajar en la consolidación del cubo 86 de la muralla medieval,  rectangular, cerca del arco de San Andrés, con una altura de 12,20 metros,  en una obra que desarrolla el Ayuntamiento con un presupuesto de 39.446 euros que ha recibido una subvención de 27.511,43 euros del Ministerio de Cultura y Deporte de 27.511,43 euros.

Se trata de actuaciones 'bisturí' donde los trabajos –una vez colocado el andamiaje– se centrarán, entre otros, en limpiar las piedras ennegrecidas por las escorrentías de la parte del adarve o reponer algunos mampuestos, un mantenimiento de la fortificación sin alterarla.   

 Mientras, la voz que sale tras obtener el enlace a través del QR dice: «Por la duración de este tipo de revoco, dentro  de más de 100 años podré seguir siendo disfrutado por las nuevas generaciones, estoy seguro de que, cuando sea un anciano, seré protegido por patrimonio como un elemento singular de nuestras fachadas».