El derbi, para el Unami

Nacho Sáez
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0
Segosala
1
Unami
Finalizado
Un gol de Laura Llorente a 1:49 para el final inclina un partido atenazado.

El derbi, para el Unami

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Segosala-Unami

El primer derbi de la historia entre el Segosala y el Unami no pasará a la historia por su belleza, pero quienes lo presenciaron no podrán decir que no tuvo emoción. Primero por el homenaje a José Luis Villoria en los prolegómenos del choque. Los dos equipos saltaron a la cancha con una pancarta en su recuerdo, entregaron un ramo de flores y una placa a la familia y guardaron un minuto de silencio merecido para quien se volcó en cuerpo y alma con ambos clubes.

Un Segosala y un Unami que ya con el balón en juego cumplieron casi todos los clichés de los derbis. El miedo al fallo atenazó a todo el mundo hasta que la fatiga hizo que se salieran las cadenas. El Segosala mostró el ímpetu de la juventud y el Unami, el oficio de la experiencia, y el partido pudo caer de cualquiera de los dos lados.

Incluso no hubiera sido extraño que el resultado hubiera sido justo el contrario. Sin embargo, Esther, inmensa bajo los palos todo el encuentro, sujetó a las 'azules', heroicas eso sí para superar las bajas de Rocío y Leyre y la expulsión en la segunda parte de Cris.

El Segosala no se acomplejó frente a la solera de su rival sino que se rebeló, sobre todo de la mano de la jovencísima Miriam Esteban, que se doctoró en un duelo de la máxima exigencia. También tocaron la corneta Monica González y María del Valle, aunque sin el premio del gol.

La señal inequívoca de que la revolución del Segosala iba a ser incompleta afloró con la expulsión de Cris. El Unami aguantó sin encajar los dos minutos en inferioridad. Un espaldarazo moral que seguramente impulsó a Laura Llorente a tirarse al suelo y marcar por bajo el único gol del partido. La ofensiva del Segosala con portero-jugador fue sólo el epílogo sin consecuencias de un derbi por lo demás noble y con un estupendo ambiente en las gradas.