"Es absolutamente imposible que se puedan subir las pensiones"

Carlos Cuesta (SPC)
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Economista independiente que advirtió de la grave crisis de 2008 con mucha antelación y que en sus últimos estudios lleva poniendo en tela de juicio el sistema económico del capitalismo y alertando que vienen tiempos de cambio complicados para España

"Es absolutamente imposible que se puedan subir las pensiones"

Pocos economistas como Santiago Niño Becerra (Barcelona, 1951) pueden presumir de haber anticipado la crisis de 2008 y sus consecuencias. Sus estudios siguen estando a día de hoy marcados por el realismo de la situación económica y, de hecho, en su último libro Futuro, ¿qué futuro? (Ed. Ariel) plasma las claves para superar estas adversidades y sobrevivir más allá de la pandemia. Doctor en Economía, catedrático emérito de la Universidad Ramon Llull y profesor de Estructura Económica en la IQS School of Management (URL) es uno de los principales divulgadores españoles de disciplinas económicas.

Con el prestigio y reconocimiento que usted tiene en materia económica, quería preguntarle si la clase política cuenta con usted para que les ilumine ante el panorama económico al que se enfrentan.

No, no me ha llamado ningún político de ningún Ejecutivo para que les asesore. Posiblemente, porque pienso que las decisiones más importantes no las toma ningún gobierno sino instituciones supranacionales y, evidentemente, el gran capital. Como ejemplo, si regresáramos hasta el siglo XVII y le dijéramos al rey Luis XIV que unos siglos más tarde íbamos a ceder la política monetaria a una institución como es el Banco Central Europeo hubiera alucinado.

En España, el 15% de los asalariados son pobres porque sus trabajos son a tiempo parcia"

¿Hasta qué punto es importante el gran capital en las decisiones que se adoptan a nivel mundial?

La suma de la facturación de las principales compañías del planeta en 2019 significó la cuarta parte del PIB del planeta, ante esto, ¿alguien tiene alguna duda de quién manda?

En su libro, Futuro, ¿qué futuro? no oculta su pesimismo al igual que con su obra anterior que ponía el final del capitalismo para el año 2065.

El tema de este último libro es un análisis de los efectos que va a tener la pandemia en el nuevo orden económico internacional ante el creciente fenómeno que representa la tecnología, que va a ser la gran protagonista de las próximas décadas. 

Nuestro país tiene un problema muy grave, con unas  diferencias zonales difíciles de corregir "

¿Cómo ha afectado la pandemia en los cambios que se avecinan?

La pandemia ha actuado de acelerador del uso de la nueva tecnología y, por otro lado, hay que destacar el cambio en el orden a partir del cual, China es la gran potencia ganadora y Europa la perdedora.

En otro de sus libros, El crash de 2010 sostenía que la crisis que se avecinaba no iba a ser leve ni breve, sino el inicio de un escenario sistémico. ¿Qué nos puede decir de esta?

En el Crash del 2010 anunciaba una crisis sistémica y larga tipo a la de los años 30 que se inició en 1929 y no terminó hasta 1947. Si ahora hacemos una regla de tres y se cumplieran los mismos parámetros esta acabaría entre 2023 y 2025, aunque terminar no quiere decir que todos podamos comprarnos un Ferrari, lo que quiero explicar es que se entraría en un período de estabilidad y que la incertidumbre desaparecería. 

En el nuevo contexto ha entrado en juego la inflación, ¿diría que es uno de los aspectos más destructivos para las clases más vulnerables? 

El tema es complicado, hay un tipo de inflación que es a la que estamos acostumbrados en la que las personas y las empresas tienen más dinero en el bolsillo y, en consecuencia, hay un mayor consumo y los precios suben. Arreglar eso es bastante fácil, se elevan los tipos de interés y el gasto se reduce a un cierto equilibrio. Ahora bien, esta inflación que ahora está instalada en todo el mundo no es de ese tipo, es un fenómeno de oferta, es decir la producción es incapaz de cubrir las necesidades de la demanda. Arreglar esto es complicado y va a ser largo. De hecho, el BCE asegura que vamos a tener inflación alta hasta finales de 2023.

¿Ante la gran deuda de España, apostaría por reducir el gasto público recortando funcionarios y otros gastos de la Administración?

No, España es uno de los países que sobre población activa tiene menos funcionarios, es decir, un 13%, frente al 15% de Francia, 30% de Suecia.

¿Por qué durante la pandemia no ha habido ERTEs en la Administración a diferencia de la empresa privada agravados fiscalmente?

Es un debate del cual se habla pero nunca se aborda desde los sindicatos ni desde la patronal. No sé porqué pasa esto en España. No hay voluntad para explicar de esta realidad. 

¿Cree que se van a poder pagar las pensiones en 2023 con la base del IPC como defiende el Gobierno?

Es una cuestión que yo tengo ganas de ver cómo el Ejecutivo vende a la opinión pública que no va a poder subir este año las pensiones en función del IPC. Es absolutamente imposible, absolutamente, que tomando la inflación el Gobierno pueda subir las pensiones en función del IPC porque España tiene el compromiso de reducir el déficit que tiene a un 4,9% este año. Yo creo que la UE no lo va a consentir.

 

¿Cree que la reforma laboral conseguirá reducir la eventualidad?

Cada vez vamos más a un trabajo a tiempo parcial, a pesar de que la nueva reforma laboral imposibilita prácticamente el empleo eventual, lo que implica una enorme pérdida de poder adquisitivo. En España, el 15% de los asalariados son pobres porque trabajan a tiempo parcial. La Administración tiene un problema de envejecimiento y en los próximos años se van a producir una oleada de jubilaciones que deberán suplirse bien con nuevos empleados o con tecnología. Habrá qué ver como se solventa este asunto.

Uno de los argumentos de su nuevo libro es un aviso serio a lo que viene, ¿tan negro ve el panorama?

Es negro en función de las experiencias del pasado. Las nuevas generaciones no tienen la misma percepción que las que nacieron en los 70, u 80. Está la que denominamos milenials que ha conocido el concepto de mileuristas y ha visto las orejas al lobo. Luego está la generación Z que va del 96 al 2008 que es la que más va a padecer esta situación. La generación T, del 2008 al 2023, no tiene recuerdos del pasado y, por tanto, el futuro será el que sea porque no han conocido otra cosa. Hay mucha subjetividad sobre esta concepción.

¿Qué podemos hacer los españoles, salir del país en busca otras naciones mejor gestionadas?

De España ya se ha ido ya un millón de personas. Yo, a mis alumnos, les digo, que si pueden, que se vayan al extranjero, al menos de forma temporal, para ver que hay fuera. Nuestro país tiene un problema muy grave, mucho mayor que otros con unas divisiones y diferencias zonales muy difíciles de corregir. Por ejemplo, el nivel de renta del umbral pobreza de Navarra es de 11.500 euros frente al de Andalucía que es de 6.500 euros. Esto nos está diciendo que el desarrollo de estas dos regiones son descomunales. No es fruto de un gobierno de turno, sino que es una cuestión de décadas, de siglos. España lo tiene muy complicado.

Las próximas generaciones, de media, van a vivir peor, más estables, pero peor. Lo que tenemos que hacer es adaptarnos a las circunstancias. El concepto de resiliencia está de plena moda cuando hace años no habíamos oído hablar nada de él.