CaixaBank y Fundación Torreón de Lozoya han seleccionado tres proyectos medioambientales en Segovia en el marco de la 'Convocatoria de Medioambiente 2022', que recibirán una ayuda de 30.000 euros cada uno para llevarse a cabo. A esta edición se han presentado un total de 165 iniciativas que tienen por objetivo apoyar proyectos encaminados a la mejora del patrimonio natural, a través de la protección de la biodiversidad, la innovación ambiental, la economía circular y el desarrollo rural.
La primera de las iniciativas beneficiarias de la convocatoria en la provincia de Segovia ha sido el proyecto 'Patrulla canina' de la Asociación Cultural Colectivo Azálvaro.
Esta iniciativa tiene por objeto la búsqueda y rescate de aves accidentadas en tendidos eléctricos mediante canes para la puesta en marcha de medidas correctoras.
Colectivo Azálvaro ha conformado una unidad canina, PACBA (Patrulla Canina de Búsqueda de Avifauna) que se sirve del olfato de perros especialmente adiestrados para detectar no solo aves fallecidas, sino también aquellas aún vivas pero heridas que se mantienen en la periferia de tendidos eléctricos. De esta forma se pretende rescatar un mayor número de aves afectadas.
En segundo lugar, el proyecto 'Escuelas en Transición' de Segovia por el Clima, mediante el cual la asociación trabaja en proyectos agroecológicos y medioambientales a través de la formación y actividades en eficiencia energética en centros educativos. La metodología del programa se realiza a través de aprendizaje basado en proyectos y la participación activa de toda la comunidad educativa (profesorado, alumnado, personal de servicios…) a la vez que se mejoran y optimizan las instalaciones e infraestructuras que el centro pone a disposición para el desarrollo de las actividades.
Por último, el proyecto seleccionado ha sido 'Restablecimiento y conservación de aguas y suelos en zonas vulnerables de la provincia de Segovia' de Unión de Campesinos. El objetivo general del proyecto es implantar entre los agricultores una adecuada fertilización, adaptando las dosis y técnicas empleadas a las condiciones físico-químicas del terreno y al estado fenológico y necesidades nutricionales del cultivo, algo fundamental para evitar pérdidas de nitrógeno por lixiviación a las aguas y por volatilización en forma de óxido nitroso (GEI) a la atmósfera.