La poeta Ana Luisa Amaral ha mostrado su "inmenso honor" por recibir el XXX Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, que ha recogido de manos de la reina Doña Sofía en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca, donde ha destacado el poder de los versos para tender "puentes" en un mundo donde "un poema puede apaciguar el ardor del mundo".

Así lo ha señalado en un acto que ha estado presidido por la reina Dona Sofía, con la presencia en la mesa del rector de la Universidad de Salamanca, Ricardo Rivero, y la presidenta del Consejo de Administración del Patrimonio Nacional, Ana de la Cueva Fernández.

Su intervención ha comenzado recordando a familiares, amigos y personas que le han ayudado en su trayectoria, y después ha recordado la relación que ha tenido con España desde su infancia, como que sus padres se casaron en Badajoz para evitar , al contraer matrimonio fuera de Portugal, que fuese reclutado como militar para ir a la India.

Después, tras nuevas referencias a su infancia, como que pasó por un colegio de monjas españolas que le enseñaron a cocinar churros y empanadillas de atún con tomates, se ha centrado en las coincidencias de España y Portugal, como dos pueblos en los que "no tiene sentido" tratarlos como "pueblos diferentes".

A continuación, tras leer un poema sobre su infancia y sobre los puentes de Oporto, en cuya proximidades vive, Ana Luisa Amaral ha incidido en los puentes que "conectan a todos", "también los de la poesía".

Sobre la poesía, la literata y premiada en Salamanca ha dicho que es "un lenguaje de intensidades", que permanece "no tan sujeta a las leyes del mercado", que permite "recordar" pero también "imaginar un futuro mejor".

Precisamente, de nuevo sobre la creación de poesía, ha defendido su labor en el "profundo sentido de pertenencia, de compartir, de sentir juntos". Eso lo aporta "el milagro de la poesía", ha concluido en el Paraninfo.

En su intervención, el rector de la Universidad de Salamanca (USAL), Ricardo Rivero, ha comenzado dando la bienvenida a los presentes y a la premiada al estudio, una institución que es "casa del saber europeo, iberoamericano" y "referencia del humanismo".

A continuación, después de destacar la obra antológica sobre la autora que acompaña al premio, ha recordado la relación entre los pueblos iberoamericanos y la importancia de que "esos puentes y caminos" estén "otra vez abiertos" después de una pandemia en la que "tuvieron que cerrarse las fronteras".

Ahora, con una situación sanitaria "segura", se han retomado también actos como la entrega del premio, que ha servido para "celebrar en suma la poesía", que es "magia" y "un arte ancestral siempre nuevo", ha continuado.

Después, ya en referencia a la obra de la premiada, ha valorado la "constelación de palabras en lengua portuguesa" que ha utilizado la autora en su trayectoria para dar forma a una obra que lleva a la infancia personal y del mundo", que deja "poema tras poema" "fragmentos incandescentes", también como "vehículo de resistencia frente a la barbarie", en referencia a una definición de la poesía que ya utilizó Amaral y que ha recordado Rivero en su intervención.

La presidenta del Consejo de Administración del Patrimonio Nacional, Ana de la Cueva, ha destacado un acto de entrega que sirve cada edición para homenajear las letras iberoamericanas" y que en esta ocasión ha gozado de "enorme transcendencia" por celebrarse con ello los 30 años del certamen y por "mostrar la recuperación paulatina de la normalidad" después de meses de restricciones por la covid.

Respecto a la premiada, le ha agradecido su "aportación indiscutible al patrimonio cultural" y ha mostrado su deseo de que el galardón sirva para "difundir aún más su literatura", por ser ella una "magnífica autora" con una poesía "cotidiana, emotiva, ética y comprometida" y que "enseña a mirar los objetos cotidianos", a los que con su verso les da un aire que "transcienden".

Sobre la trayectoria de Amaral, una "incansable autora" y con una "inmensa obra", ha destacado que "ha convertido algo tan personal e intimo" como la poesía en "una herramienta de comunicación social, para despertar conciencias ante la injusticia", además de destacar que sus poemas "dan voz a la mujer, a lo oprimido, a los migrantes, a los refugiados".

Asimismo, ha dicho de la premiada, quien "concibe la poesía como un arte en el que cabe todo y tiene la capacidad de cambiar el mundo", que ha sido "pionera" en la introducción de las cuestiones de género en la universidad portuguesa.