El hospital se reorganiza para facilitar descanso a pacientes

David Aso
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Introduce cambios que llegarán a casi todo el complejo a lo largo de 2023, como el adelanto de los cuidados de Enfermería, el uso de linternas, la reubicación de los carros de curas para moverlos menos o la oferta de tapones para los oídos

El cambio de rutinas que supone el proyecto Sueñón incluye el uso de linternas para encender menos luces.

Los turnos de noche de las unidades de Geriatría, Medicina Interna, Cirugía y Urología del Complejo Asistencial de Segovia nunca fueron tan silenciosos como ahora. De 00.00 a 6.30 de la mañana, durante «las horas mágicas» que les llaman, sus profesionales se han propuesto no alterar el descanso de los pacientes. Utilizan linternas para no encender luces de más. Los cuidados ordinarios de Enfermería y la administración de medicamentos se han reorganizado para no entrar en las habitaciones dentro de ese intervalo si no es estrictamente necesario. Procuran repartir de forma estratégica los carros de curas y prendas por los pasillos para tener más a mano lo que precisen en cada momento y así moverlos lo menos posible; y si las ruedas de alguno empiezan a chirriar, llaman de inmediato a mantenimiento. Bajan el volumen de las alarmas de los monitores y el resto de aparataje, y el de los teléfonos móviles también, claro... Lo próximo, ofrecer tapones para los oídos a los pacientes y enseñarles técnicas de relajación.

Son medidas sin coste y de fácil implantación con las que no descubren Roma, claro, pero a veces no basta con conocerlas. Son unas cuantas, hay que mentalizarse y no olvidarlas mientras se atienden las prioridades del día a día, o más bien noche a noche en este caso, y se han conjurado para aplicárselas a rajatabla gracias a la implementación del proyecto Sueñón, impulsado y coordinado a nivel nacional por la Unidad de Investigación en Cuidados de Salud del Instituto de Salud Carlos III. Al frente está el personal de Enfermería, y el objetivo, mejorar el descanso de las personas hospitalizadas para facilitar su recuperación. 

No en vano, si hay alguien que necesita descansar en condiciones es un enfermo, cuando además lo tiene especialmente difícil por la cantidad de tiempo que llega a pasar encamado y las siestas diurnas que conlleva; las molestias de la patología que padezca; los tratamientos y cuidados que reciba, e incluso los que le afecten indirectamente por el compañero de habitación que le haya tocado; o por su propio estado de ánimo. 

El Complejo Asistencial de Segovia se incorporó al proyecto Sueñón en junio de 2021 con su implementación en dos unidades, las de Geriatría y Medicina Interna. Este pasado verano se sumaron otras dos, Cirugía y Urología, y a lo largo de 2023 se cuenta con extenderlo al resto del complejo. «La idea es llegar a todo el hospital a partir de marzo, o al menos a todas las unidades donde sea posible», avanza a El Día Noelia del Río, subdirectora de Enfermería desde el 1 de octubre y desde entonces al frente del proyecto en Segovia. «Hemos hecho encuestas antes y después de empezar, y aunque la valoración inicial ya era buena, ahora es mejor, pero todavía nos queda margen», matiza. «También se intenta que el trato sea más cercano y respetuoso por parte del personal, hablamos más con los pacientes para darles confianza e intentar relajarles antes de que comience la noche… En todo eso se ha mejorado y lo agradecen, la verdad. Ellos notan más descanso, y a nosotros nos motiva ver que está funcionando». Hay más interacción, y la divulgación de las medidas de Sueñón contribuye a ello, ya que anima a los propios pacientes y a sus familiares a trasladar también sus quejas o propuestas.

Claro que el tema de asegurar que las puertas de las habitaciones estén cerradas desde la medianoche hasta las 6.30 de la mañana, reducir luces y ruido al mínimo en ese intervalo, adelantar la organización de los cuidados, procurar confortabilidad en lo posible, proporcionar al hospitalizado un trato cercano… ¿Acaso no eran medidas que se tuvieran en cuenta antes? «Sí, pero muchas veces, cuando estabas trabajando, igual no eras consciente de comprobar todas estas pequeñas cosas que pueden interferir en el descanso nocturno, y ahora sí que nos organizamos mejor», responde, dado que además «todo queda registrado». 

Chequeos periódicos. «Siempre ha habido una hora en que se apagaban luces, pero antes a lo mejor no teníamos tanto cuidado e igual la retrasábamos a la una y pico, que es cuando terminábamos de preparar todo. Ahora se unifican los cuidados de enfermería, procuramos que las luces no pasen de las 12 de la noche... Se han intentado disminuir los ruidos en general, y está también lo de colocar los carros en sitios estratégicos para no estar moviéndolos todo el tiempo y que se despierten los pacientes por eso», continúa Del Río.

Para no olvidarse de nada de esto han colgado el protocolo de Sueñón en su red informática interna, accesible a los profesionales implicados, que son prácticamente todos los que integran cada unidad que está en el proyecto, incluidos celadores, médicos y demás; y así realizan desde Enfermería los «checklist», unos chequeos periódicos del listado de medidas que deben aplicarse cada noche. 

«Al final es que esto no consiste en hacer grandes inversiones, sino en intentar mejorar la calidad del sueño con lo que tienes», resume. «Está claro que lo ideal sería tener un hospital insonorizado, habitaciones individuales, etcétera, pero intentamos mejorar pequeñas actuaciones en el día a día», concluye. Porque muchas veces, como ellas mismas dicen y se dicen, un buen sueño puede ser más terapéutico que una pastilla.