Hicimos historia». El exjugador de la Gimnástica Segoviana Valle recordaba hace dos años para El Día de Segovia aquella eliminatoria de Copa del Rey contra el Athletic de Bilbao que traspasó generaciones. Niños y mayores que vivieron aquel partido lo tienen grabado en su memoria como algo inolvidable. Diecisiete años después la propia Segoviana y el Unami aspiran a que esta próxima semana pase a formar parte también del imaginario colectivo y de la identidad de la ciudad.
En 24 horas dos equipos de Primera División visitarán el Estadio Municipal de La Albuera. El Deportivo Alavés, el martes para medirse al Unami; y el Mallorca, el miércoles para hacer lo propio con el Unami. Un acontecimiento inédito para el fútbol segoviano, que ya está preparado para asumirlo. El Ayuntamiento se gastará casi 10.000 euros en alquilar los grupos electrógenos necesarios para cumplir los requisitos que exige la Federación en cuanto a iluminación del terreno de juego. Tras un tira y afloja con los clubes (la concejala de Deportes, Marian Rueda, había pedido su colaboración para afrontar el gasto), dos empresas instalarán otras tantas torres detrás de las porterías.
Aparcada la polémica por la falta de inversiones en las infraestructuras deportivas del Gobierno municipal que denuncia la oposición, el foco de atención se situará solo en el balón. El Unami vive su primera participación en la Copa del Rey. «Es un orgullo muy grande porque al final es dar visibilidad al fútbol de barro, al fútbol de abajo, de gente que no gana un duro con esto y que tiene un gran trabajo detrás. Es muy bonito ver a un equipo de esta categoría codearse con los 'top' del fútbol español», ha dicho su capitán, Sergio Prieto. Una victoria frente al Alavés parece una utopía. No tanto en el caso de la Segoviana, aunque sus responsables tienen claro que la prioridad es la Liga, donde el equipo acumula cinco derrotas consecutivas y está en puestos de descenso.
Quienes ya se han visto en esta situación tienen sus propias recetas para salir airosos. «A un partido, aunque seas inferior, si te colocas y te organizas, al otro le cuesta», ha señalado el exgimnástico Valle. «Que salgan a disfrutar porque todo puede pasar», abunda Jairo, también antiguo jugador de la Segoviana. Es la magia de la Copa del Rey, que durante los últimos años ha querido imitar a la FA Cup. «Empiezas a jugar en campos pequeños de Cuarta, con un ambiente increíble en el que lo pasas mal. Éste es el encanto y la tradición del fútbol inglés que no creo que cambie nunca. Jugar la final es un sueño que tienen desde niños», explicaba el exfutbolista Nayim de la competición inglesa. Parte de ese ambiente llega a Segovia.