La suya es una labor de vigilancia permanente. Tras un paso breve por el Hospital General, la enfermera Ana de Pablos lleva 39 años trabajando en Atención Primaria. Lo hace en el centro de Salud Segovia I, en el popular ‘Ambulatorio de Santo Tomás’. “Ahora estamos con consultas telefónicas. Intentamos que no acudan al centro de salud, que lo haga un porcentaje mínimo, los de urgencias o por razón muy justificada”, indica.

Cada día, el equipo realiza unas 300 llamadas a otros tantos pacientes que permanecen aislados en sus domicilios con síntomas leves de Covid-19. “En nuestra zona básica de salud tendremos unas 300 personas con síntomas, que están en sus casas, aislados del resto de la familia, normalmente en su habitación. Les dejan la comida en la puerta. Les llamamos todos los días por teléfono, que nos cuenten qué síntomas tienen para actuar en consecuencia. Tenemos gente de todas las edades y también muchos profesionales sanitarios”.

De las conversaciones telefónicas con los pacientes, De Pablos comenta que el temor es un sentimiento común. “Ellos tienen miedo. Están en casa, aislados, solos entre cuatro paredes. Les intentas tranquilizar, a veces es lo que más necesitan”, sostiene la enfermera, que admite como muchos de sus pacientes le agradecen su labor asistencial, hasta el punto que más de uno “me dicen que soy como su ángel de la guarda”.

A De Pablos los aplausos en agradecimiento al personal sanitario “siempre me emocionan”. “Tanto los profesionales que están en primera línea como la misma gente que aplaude… todos somos un equipo, cada uno en el lugar que le ha tocado. Entre todo lograremos ganar esta guerra y no tardando mucho”, sostiene