Chequeo al Milano Real

Sergio Arribas
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En el muladar de Arroyo de Cuéllar los voluntarios de Seo/Birdlife capturan 7 milanos reales para su estudio. La población invernante de la especie, en peligro de extinción, supera los 2.500 en Segovia, la mitad que hace una década.

Uno de los ejemplares capturados en Arroyo de Cuéllar para su estudio. El milano real tiene una longitud de 60 a 65 centímetros, una envergadura de alas de casi dos metros (190 centímetros) y un peso que oscila desde los 900 a los 1.200 gramos. - Foto: El Navazo

Son las ocho de la mañana del sábado 11 de enero. Acaba de amanecer y a las puertas de la finca de ‘El Navazo’, su propietario, Juan Antonio García, recibe a los voluntarios de SEO/Birdlife (Sociedad Española de Ornitología). Juntos acceden al muladar del recinto, situado en mitad del bosque, a cuatro kilómetros de Arroyo de Cuéllar. El muladar surgió como alternativa a la obligada incineración de los restos de sus dos explotaciones, de pollos y ganado ovino, y como solución a la hambruna que padecían buitres y otras aves carroñeras que pueblan este territorio. Juan y su esposa Angélica diseñaron un ‘Hide’ o ‘escondite fotográfico’ para que fotógrafos y amantes de la naturaleza pudieran contemplar, en vivo, a escasos metros, el comportamiento de rapaces, carroñeras, córvidos y pequeñas aves. En esta ocasión, El Navazo abría sus puertas a los ornitólogos que, desde hace cuatro años, en el mes de enero, acceden al muladar para recoger datos sobre la población invernante en Segovia del Milano Real (Milvus milvus), una especie en peligro de extinción.

«Llevamos cuatro años colaborando con SEO/Birlife», comenta Juan, mientras ayuda a preparar la trampa para la captura. El recinto es estrecho y largo, entre pinos, para imposibilitar la entrada de muchos buitres y facilitar la llegada de otras especies como el águila imperial o el milano real.

La trampa consiste en un dispositivo que se oculta en el suelo y que lleva unos disparadores automáticos de redes. Tras colocar el cebo de carnaza junto a la red —en este caso restos de pollos— los voluntarios deberán esperar, en completo silencio, en el ‘hide’ o escondite,  una pequeña caseta de madera acristalada en su parte frontal con un ‘espejo espía’, que hace invisible a las aves la presencia de intrusos.

Nada más capturales, se les pone una caperuza.Nada más capturales, se les pone una caperuza. - Foto: El Navazo

Es un día de mucha niebla, lo que supone un pequeño contratiempo. Hasta la una del mediodía no se logran las primeras capturas. Cuando el ave aterriza y está comiendo, la red se dispara y le envuelve por completo. De inmediato, se la recoge y pone una caperuza para anular su visión. La aves capturadas son trasladadas a una nave de la finca y allí es donde los ornitólogos comienzan su trabajo.

A los milanos reales se les hace un chequeo completo. Se toman muestras de sangre y del plumaje para analizar su ADN, además de sus heces, para comprobar su alimentación y si, por ejemplo, han ingerido carne con aporte de antibióticos. También se mide la longitud de sus alas y de la cola para comprobar la edad y si son ejemplares jóvenes o adultos. El último paso consiste en anillar a los milanos y colocarles unas marcas amarillas —con el anagrama SP, que hace referencia a España—, mientras que, en algunos casos, se les incorpora un pequeño dispositivo de radiolocalizador que emite una señal y que permitirá su seguimiento tanto en España como en el resto de territorios donde migran. 

El milano real es un ave migratoria que se desplaza al sur para invernar, a España y a regiones del norte de África y que, sobre el mes de marzo, viajan al norte de Europa para anidar, a países como Alemania, Bélgica, Noruega, Polonia o Austria. «Hay un milano marcado en Polonia que ahora está mi muladar», comenta Juan, que precisa cómo ejemplares marcados en Segovia han sido detectados después por toda Europa y «aunque alguna pareja puede quedarse por aquí, el 90% migra a esos países».
siete capturados. La jornada, que concluyó sobre las cuatro de la tarde, completó la captura de 7 milanos reales y 3 ratones comunes (Buteo buteo), ejemplares a los que tan solo se anilla y se toma nota de sus medidas y características; al igual que a los ejemplares de diferentes especies de córvidos que, en otras ocasiones, también fueron capturados de forma accidental.

 Los ornitólogos anillan, miden y toman muestras de plumaje, sangre y heces a los ejemplares. Los ornitólogos anillan, miden y toman muestras de plumaje, sangre y heces a los ejemplares. - Foto: D.S.

En 2017 la población invernante de milano real en Segovia se cifró en 2.676 ejemplares, en un trabajo de recuento que realizan los agentes medioambientales de la Junta y de voluntarios, la mayoría de SEO/Birdlife Segovia. 

«Hemos pasado de unos 4.000 ejemplares hace una década a unos 2.700 en la actualidad, es decir, casi la mitad», comenta Juan, que precisa cómo este cálculo se realiza con el recuento en los «dormideros» de la especie localizados en la provincia, normalmente choperas, cerca de los ríos, aunque también en árboles altos, como pinos, robles o fresnos. Existen casi 40 dormideros en la provincia; uno de ellos en el muladar de ‘El Navazo’, donde, en una primera estimación, se han contabilizado entre 120 y 130 milanos reales.

Red de comederos para las carroñeras. La falta de suficiente alimentación es la principal amenaza del milano real. «Desde que se dejaron de abandonar cadáveres en el campo, se ha mermado su fuente de alimentación. Lo que se trata es de habilitar muladares porque el milano es básicamente un ave carroñera, aunque también se alimenta de pequeños insectos y roedores». 

Una marca amarilla con las letras SP indican que el animal fue capturado y analizado en territorio español.Una marca amarilla con las letras SP indican que el animal fue capturado y analizado en territorio español. - Foto: El Navazo

«Crear una red de comederos —añade el propietario de El Navazo— es un beneficio tanto para los ganaderos, que no tienen que pagar un seguro de recogida de animales, como para especies como águilas imperiales, milanos reales, buitres negros y leonados, para que tengan acceso fácil a la comida y, podamos, de esta manera, mantener su población».