«Es muy loco». Hens vive este verano en una nube. Este jueves actuó en el Arenal Sound, venía del Boombastic en Asturias y aún tiene que ir a festivales en Benidorm, Fuengirola, Galicia o Soria, entre otros. «Creo que estoy en un momento de crecimiento profesional principalmente. Hace un año empezamos con tres conciertos como toma de contacto y, sin darnos cuenta, llevamos un año casi sin parar. Es una buena señal. Como mucho hemos parado tres semanas, pero casi todos los findes hemos tenido cosas», cuenta este madrileño de nacimiento pero criado en Segovia que se ha convertido en una de las grandes promesas del pop-rock español.

Está en Sony y algunas de sus canciones tienen millones de reproducciones en Spotify. De dar la campanada con Go Roneo –el grupo que formó con otros tres segovianos y que llamó la atención por toda España– pasó a emprender una carrera en solitario de éxito al menos de momento. «Sí que ha habido alguna semana que se ha hecho más pesado, porque te apetece estar en casa o tener un fin de semana libre para ver a mis colegas o a la familia, pero en general muy bien. Una vez que nos montamos en la furgo y estamos toda la banda es súper divertido y muy agradecido. Aunque haya semanas que cueste más salir de la cama para irte a 500 kilómetros de casa, es divertido y agradecido», cuenta a pocos días de subirse al escenario de las Noches Mágicas de La Granja.

Allí actúa a sus 23 años el miércoles. Será su regreso triunfal tras un año en el que «he recorrido toda España literalmente en el último año y me faltaba Segovia». «Es algo que me hace especial ilusión porque llevo sin tocar en Segovia desde marzo de 2020 que hicimos [con Go Roneo] un concierto en la Beat. Intentaremos hacer un show diferente respecto al que hemos hecho en las demás ciudades», apunta en conversación telefónica, por donde explica también que en los próximos meses publicará un nuevo disco. Un trabajo en el que dice que se notará la influencia del rap que marcó su adolescencia, disfrutada en San Millán. 

El regreso triunfal de Hens

En ese barrio pero también en Palazuelos de Eresma y Hontanares de Eresma, donde también ha vivido junto a su familia, se moldeó su personalidad». «Tengo buena memoria, pero no recuerdo mucho cómo era de niño. Sí que me acuerdo que me aburrían muchas cosas, no quería hacer siempre lo mismo, no tenía claro lo que quería ser de mayor…». Ahora se define como «intenso, cambiante y 'liao'». «Estas semanas, por ejemplo, me ha pasado que estaba súper seguro de volverme a vivir a Segovia y de repente me levanté el otro día por la mañana y decidí que ni de coña. Estaba incluso mirando una casa en Segovia, pero dije que ni de coña, me quedo en Madrid. En ese sentido tampoco puedo tener una misma rutina durante dos semanas porque entro en depresión. Y me considero un 'liao' porque cualquier día es bueno para liarse a cañas y volver a casa a las nueve de la mañana. Me da igual que sea un viernes, un lunes o un domingo. Aunque diga que no, siempre me acabo liando», se ríe.

RELACIÓN TÓXICA. El creciente interés por su vida lo lleva con deportividad. «Porque creo que tengo un público bastante guay, bastante educado en general. Sí que piensas en tener más cuidado en determinadas situaciones para no agarrarte el pedo del siglo delante de todo el mundo como a lo mejor lo podía hacer hace tres años. Pero porque no quiero que la gente tenga esa imagen de mí». Peor relación tiene con otras esclavitudes de la música actual. «Aunque hubieran pasado semanas desde el lanzamiento [de un disco o de una canción], seguía mirando los oyentes, los seguidores, las visitas… Los que publicamos en Spotify tenemos una aplicación donde nos llegan las estadísticas y todo eso, y hace un mes y medio me la desinstalé. Es que te da dolores de cabeza. Está bien tener una idea de cómo está funcionando un lanzamiento, pero como es algo que se actualiza en tiempo real me lo he quitado porque me parece algo súper tóxico y que te machaca mucho la cabeza como artista. Te llegas a preguntar por qué hoy he tenido diez mil visitas menos que ayer».

Pero dentro de diez años espera seguir trabajando en la música. «Me gustaría seguir haciendo conciertos. Ojalá que esté en un punto que no tenga que hacer tantos como este año, aunque era la primera gira y era lo que había que pelear, pero sobre todo quiero disfrutar del proceso como hasta ahora. Que no sea un trabajo por el que me levante amargado. Y si no, espero estar dentro de la música aunque sea de otra forma. Siendo compositor para otra gente, trabajando en una discográfica, montando festivales porque he estudiado Eventos y Protocolo… Lo que sea dentro de la música. Una vez que estás dentro es difícil plantearte algo fuera de ella».